GRANDES TEMAS - GRANDES HISTORIAS

E c u a d o r - S u d a m é r i c a

sábado, 29 de noviembre de 2014

¿SABEMOS REALMENTE LO QUE LEEMOS?

Por Aitor Arjol

Hoy es viernes, 28 de noviembre. Son seis horas más en España que en cualquier lugar de Quito. Estoy en una vieja biblioteca. Es más vieja por los recuerdos que por los años en que se puso el primer ladrillo. Quiero decir, con ello, que por las estanterías, cajas, mesas, sillas, calefacciones pegadas a la pared y ventanas de aluminio han transcurrido mis carnes desde que era adolescente hasta el presente en que escribo. Veinte años entre un extremo y otro. Que dan para contar mucho. En primer lugar, por los regresos. Después, por las ignorancias y, además, inevitablemente, pienso en el transcurso del tiempo. En cómo nos vemos un año tras otro, sin que quede mayor rastro de fe para la esperanza.

Estas y otras preguntas se detallan en un imaginario papel de periódico sobre mi cabeza. En diferentes páginas y secciones. La de los regresos, a la sección del tiempo. No piensen que por una cuestión de rayos, truenos y condecoraciones grises. Al tiempo lo que es del César. En cuanto a las ignorancias, buena pregunta. Dónde carajos las pongo. En lo local, porque la ignorancia empieza en todos los alrededores que no conozco e ignoro supinamente. En la de espectáculos, también, y hasta es una candidatura idónea, porque no hay mayor e inconsecuente ignorancia que la que pesa sobre quien está pendiente de su propia imagen estética, como si los perros fueran más bellos con un collar de perlas. O tal vez en la internacional, que va como anillo al dedo dado que, por costumbre, o ignoramos lo que sucede más allá de nuestras cejas o los medios de comunicación trivializan tanto las malas noticias que nos acostumbramos a las decapitaciones, las guerras latentes, los crímenes despóticos, las desapariciones masivas, las grandes catástrofes naturales, las pandemias, los movimientos circulares de las caderas femeninas, las separaciones escandalosas o los famosos que entran y salen de y hacia las cárceles como racimos de uva.

Después de la enumeración anterior creo que la respuesta que más sentido tiene es que la ignorancia disponga de una presencia universal en todas las secciones de la mayor parte de medios de comunicación. Y de ahí, me pregunte, una vez a mi regreso, si España es un país de ignorantes. Miro al vecino, al contertulio, a la estudiante anónima de la mesa de al lado de la biblioteca, al administrativo, al panadero, al que reparte luces y bombillas, a la que atiende la renovación del pasaporte, al guardia de paisano que hace lo propio con mi cédula de identidad, a otros que están en la cola, al viento que invade el carril de mis ojos, a mi madre que me acompaña, a la que me insulta por escrito creyendo que jode, a la que se ríe conmigo después de contarnos la vida de los últimos doce años sin contar con lo que hemos vivido bajo la sombra de un sauce, la que me saluda desde el interior de su establecimiento como una forma de decirle que he llegado... después de mirar eso puedo advertir lo siguiente. La ignorancia está en nosotros en la medida en que nos hemos hecho los ignorantes o los medios han hecho que lo seamos para que, en consecuencia, ignoremos cuán ignorantes son aquellos que tienen la responsabilidad de no serlo ¿Se entiende el trabalenguas? Se lo explico con mayor concisión.

El anónimo autor de un artículo, escribiendo al respecto, responde que se refiere a "la ignorancia premeditada y sibilina, de aquellos forajidos ibéricos, expertos infames, cuatreros tramposos, astutos bandoleros" y "la ignorancia del que sabiendo lo que hace, y por qué lo hace, prefiere pronunciar un sonoro no sé o no me consta”. Así que ya sabemos que la ignorancia de la que más me importa hacerme eco es la que un buen número de políticos de los más diversos signos ideológicos, empresarios, maletines e imputados judiciales pertenecientes a los más diversos órdenes de la representación nacional. Una ignorancia sumada a la arrogancia con que están dispuestos a negar los delitos cometidos. Es como si únicamente ellos tuvieran el privilegio de cometer lo que les plazca, sin que por ello la justicia terrenal les caiga. Dicho en términos populares: quieren hacer lo que les salga de la punta del peine, por si acaso se pensaban que iba a situar otra especie de punta para que luego las beatas o “curuchupas” eleven el grito al cielo y me excomulguen. Y después de hacer lo que les plazca, saltándose a la torera todo tipo de leyes, reglamentos y preámbulos, además quieren hacerse los machos o las hembras, porque hemos tenido de todo: desde “machotes” yendo al cajero automático a sacar dinero en efectivo para dedicarlo a putas, cacerías y viajecillos; hasta “hembrotas” que son capaces de mandar a unos tíos en plan marciano a matar perros y con ello afirmar que resolvió la crisis del ébola; pasando por caballeros con pedigrí de sangre azul que se montan una fundación para desviar fondos, no declarar a la Hacienda Pública y obtener el beneplácito de otro que fue importante para el país pero a punto de jubilarse se mete a cazar elefantes en alguna parte de África; eso sin contar con un honorable presidente que está jubilado y le dio por confesar que durante más de dos décadas tuvo platica escondida en Suiza; y después toda una larga trama de alcaldes y concejales varios acusados de favoritismo, concesiones ilegales, prevaricación y robo de chuletas de cordero. La lista me duele la cabeza.

Claro que para informarse de esto, como señalaba al principio, acudimos a diferentes medios de comunicación que, en la mayor parte de los casos, están polarizados y sirven a los intereses políticos de turno. Es decir, a ver quién coño se atreve a morder la mano que te da de comer. En el mejor de los casos, solo sirven para seguir mintiendo a los lectores, o convencer a la ciudadanía de que no pasa absolutamente nada. Oye, qué va, si solo es una simple granizada. Qué no cae nada del cielo. Que estamos saliendo de la crisis. Claro que, después de todo eso, resulta que aparece una formación política totalmente nueva, nacida no de lo que proponen sino de lo que los demás no han hecho, y en vez de dejarles un necesario espacio de difusión o reflexión, los mismos medios de comunicación la demonizan, atendiendo al siguiente principio fundamental: ojo que los que vienen son peores que el hambre, que quieren convertir a España en una República de propiedad colectiva y pandereta comunitaria. ¿Es objetivo que una televisión pública, o un medio de prensa nacional, recurran a este argumento? ¿O lo correcto sería analizar sus propuestas y, de paso, atreverse a denunciar la corrupción? ¿Es que España es un país de tontos? ¿O solo somos tontos en la medida en que hemos elegido libremente a quienes tontamente nos representan y nos dan por los cuartos traseros hasta que nos escueza?

La tontería tiene diferentes grados y niveles, al parecer. Pero, en definitiva, donde resulta más paradójica y sorprendente es en la propia apatía de la ciudadanía. Es como si nada les importara y fuesen los más interesados en correr un tupido velo, en seguir pensando en que esto es como el “País del Nunca Jamás” de Peter Pan, el “Barrio Sésamo” de la gallina Caponata o el “País de las Maravillas” de Alicia. Realmente, este trasunto va con todos nosotros. Hacen que yo también me sienta tonto. Bueno, casi, porque en caso contrario no escribiría nada de esto. Así que, más o menos tonto, me senté a dialogar con la lluvia, en la biblioteca, como dije al principio, de cara a una ventana que no ofrece más que lluvia al otro lado, gotas de sudor otoñal sobre el río Nervión. A ver si sabemos lo que leemos.

viernes, 28 de noviembre de 2014

SIN QUERER QUERIENDO


Por Leonardo Parrini

Debo confesarlo: nunca me gustó el Chavo del Ocho, ese niño adulto fruto del kitsch latinoamericano tan bien encarnado por los mexicanos. Jamás pude ver un capítulo entero, nada me hacía identificarme con esa subcultura tercermundista que profesa dudosos valores humanos, que hace una apología de las familias desestructuradas y de los “trabajos” no productivos y, que guinda del pastel, promueve un soterrado marginalismo social. Nunca sentí atracción por ese getho latino donde habitan estos personajes lumpenescos. Me resultó siempre imposible reconocer algún elemento en común con las fórmulas manidas de los guiones del sketch por demás maratónico de la historia de la televisión latinoamericana.

Debo confesarlo, no obstante, sin querer queriendo, me impresionó la muerte de Roberto Gómez Bolaños, el comediante nacido en ciudad de México hace 85 años que supo interpretar como nadie la cultura, la psicología social del mexicano y, por ende, del latinoamericano influido por el modo de vida azteca. Una impronta de fatalismo envuelto en el telamen de un humor ingenuo, acrítico, que se solaza del ridículo ramplón, del efecto fácil y ordinario. Un humor de ironías obvias inmersas en una trivialidad sin brillo, repetida como fórmula argumental probada hasta la saciedad.

Debo confesarlo. Una vida en la televisión no la vive cualquiera, en ese medio del olvido, de la transitoriedad, de la banalidad sin límites, del chapuzón en aguas estancadas en la mediocridad del espectáculo cultural masivo. Una trayectoria como la que cumplió Roberto Gómez Bolaños en la pantalla chica, es sin duda singular y admirable. ¿Y cuál es la fórmula?, pues la misma que empleó en sus guiones calcados unos a otros, en sus personajes sacados del trasfondo humano. El Chavo huérfano que vive en un barril, la viuda Doña Florinda o madre soltera que nunca se quita los ruleros del cabello, el famélico Don Ramón, eterno cesante de la vida y su hija Chilindrina la eterna llorona del barrio. Y Kiko, el niño sobreprotegido y mimado. El señor Barriga, usurero rentista, el profesor Jirafales, larguirucho maestro de las cosas simples. Y qué decir del Chapulín Colorado, el súper héroe, o mejor, el antihéroe latinoamericano que por su picardía e inocente desfachatez se ganó el corazón de los televidentes.

Debo confesarlo. Roberto Gómez Bolaños fue el maestro de la ironía simple que, al final del día, se identifica con un sistema mundano donde no se reconocen estructuras sociales, sino los linderos de un barrio suburbano donde todo ocurre al margen del sistema. En ese espacio de conventillo tercermundista todo y nada puede suceder, en un espacio atemporal, cuya única sustancia es la reiteración de vivencias estereotipadas (frases clisés, gestos, bromas, diálogos, reacciones,) de las que se conoce de antemano el desenlace, desde el mismo momento de encender el televisor, pero que cautivan, porque siempre nos recuerda ese marcar el paso en la vida donde nada es irrepetible y todo es posible con solo vivirlo.

Ingeniero de profesión, y creativo publicitario por vocación, Gomez Bolaños, fue guionista y diseñador de sus propios personajes. Su apelativo Chespirito, es nada más y nada menos que una alusión a su talento Shakespeareano, del que brotaba un caudal de ideas que luego plasmaba en sus guiones. Dice una crónica de prensa queLa creatividad de Gómez Bolaños, que sus primeros maestros bien habían diagnosticado como propia de un géiser, hizo un programa que se extendería a una hora y se llamó entonces Chespirito. Se convirtió entonces en un espacio de sketches. Aquí nace El Chapulín Colorado y para 1971 había llegado El Chavo del Ocho”. 

Su clásico personaje, el Chavo del Ocho, es el símbolo viviente del clasismo de la sociedad mexicana que desprecia al pueblo. De allí que el Chapulín Colorado personaje del que no “contaban con su astucia”, vino a resarcir la figura del infante desplazado, del niño sin pasado ni futuro, como alter ego de la infancia latinoamericana postergada y marginal. Por sobre las vicisitudes políticas Roberto Gómez Bolaños llevó sus personajes a polémicos escenarios del continente, en los que su apoliticismo rampante resultó siempre sospechoso. Así actuó en la dictadura de Pinochet y para una fiesta infantil de un narcotraficante colombiano, circunstancia desmentida por el actor.

Debo confesarlo, sin querer queriendo, tengo la impresión de que la muerte de Roberto Gómez Bolaños pone fin a la historia de un personaje pequeño en estatura, pero grande en contextura histriónica. Una parodia del latinoamericano marginal y marginado, encarnado en un actor que al morir representa a su propio mito que ya se venía perfilando en vida.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

EL LUCRATIVO OFICIO DE GERENTE

Por Leonardo Parrini

Alguna vez un representante de los trabajadores en un foro sobre derechos humanos dijo que la desigualdad en los sueldos en el capitalismo, es el reflejo numerario de la explotación del hombre por el hombre. Y la frase quedó sonando en el ambiente como una denuncia y, al mismo tiempo, como una amenaza para los derechos humanos. Si bien el capitalismo considera al trabajo como una mercancía vendible al mejor postor, cierto es que en el mercado laboral éste se transa con brechas, por lo demás, inaceptables que difieren años luz de aquella afirmación que habla de cada cual según su capacidad, a cada quien según su necesidad.

Un reciente informe de la Encuesta General de Remuneraciones que cubrió entre 250 y 300 empresas locales y multinacionales -presentada la anterior semana por la consultora Price Waterhouse Cooper (PWC)-, en el Ecuador el incremento salarial es de un promedio del 5,09%, en las pequeñas empresas y en las medianas de un 4,82%. La vigencia del informe viene a contrastar con la política del Gobierno ecuatoriano que propone, entre otras reformas, limitar las utilidades para elevar los salarios y propender de este modo a remuneraciones equitativas y reducir la brecha de la injustica laboral. La propuesta gubernamental sugiere que “un empresario deberá pagar a su trabajador menos calificado no menos de 20 veces su propio sueldo”, según señaló el Presidente Rafael Correa, quien considera que los sueldos empresariales exagerados se disfrazan de utilidades que deben ser repartidas entre los trabajadores.  

Contrastes salariales

En el ojo del huracán de un debate complejo y necesario, están las compañías ecuatorianas que más utilidades reportan, como es el caso de las telefónicas y las productoras de bebidas alcohólicas y cemento que deberán, según la exhortación del Presidente Rafael Correa, mejorar la remuneración a sus empleados por ostentar mayores márgenes de utilidades. Las compañías que mayores ganancias reportaron en el país, durante el 2013, son  Conecel $ 341 millones, Andes Petroleum Ecuador $ 211 millones, Schlumberger del Ecuador $ 137 millones y Corporación Favorita $ 132 millones. Como un eco, el ministro de Relaciones Laborales, Carlos Marx Carrasco, replicó la afirmación presidencial, al reconocer que “hay un problema, por eso hay que garantizar el alza”, en aquellas empresas en que el empleador acostumbró a los trabajadores a recibir altas utilidades y bajos salarios.

La brecha salarial en el Ecuador es significativa, mientras un miembro de alta gerencia gana $ 20.000 dólares como promedio mensual, en constraste, un gerente medio gana $ 5.757, y el sueldo promedio de un trabajador es apenas de $ 510 dólares al mes. Esta grieta se hace más evidente, según el informe de la Price Waterhouse Cooper, en las compañías de servicios comerciales, en sus áreas de producción y operaciones que contratan mano de obra mejor calificada. Un estudio del mercado laboral ecuatoriano realizado por Deloitte, en 2012, analiza las brechas salariales existentes entre el salario básico unificado SBU, que es de $ 340 dólares y los salarios ejecutivos, y establece que en Ecuador un sueldo de $ 20.000 mensuales equivale a 63 veces el SBU. En tanto, el sueldo promedio de un ejecutivo de segunda línea es de $ 14.000 mensuales, lo que representa 44 veces el salario mínimo de un obrero. El panorama amerita un diálogo tripartito entre los interesados: Gobierno trabajadores y empresarios, a fin de consensuar cifras salariales más razonables por lo conveniente y más justas por lo evidente.

martes, 25 de noviembre de 2014

QUÉ SER CUANDO GRANDES

Por Leonardo Parrini

Sentado a la vera, en la puerta de la casona de la calle Maruri, un barrio de clase media de Santiago donde viví mi primera infancia, un buen día discutimos con un amigo de la jorga barrial acerca de qué queríamos ser de grandes. Él, ufano y seguro, me dijo que quería ser un superhéroe asistido por poderes extraordinarios, provenientes, sin duda en ese entonces, de la tecnología del momento. Lo miré entre asustado y envidioso, y pensé en mi propio futuro y vi en una imagen más bien difusa, que yo solo quería aprender a pensar para saber cosas que ocurren alrededor. Pero ese no es un trabajo concreto, -me dije-, como ser ingeniero, abogado, médico o superhéroe. Parece, más bien, un oficio secundario sin título académico y sin mercado laboral definido. Y la vida me dio la razón. Mis amigos de infancia que pensaban como el aspirante a superhéroe se ubicaron bien en la vida, es decir, eligieron un camino con más certeza de futuro, más tangible, en cuanto a los pasos por venir, según veo hoy que los he reencontrado en el Facebook ostentando lucrativas profesiones.

Evocando estas vivencias me vino como anillo al dedo un artículo que leí en Internet acerca de la dicotomía entre las ciencias exactas y las humanidades. Y lo digo con absoluta convicción, puesto que no han sido pocas las veces en las que he dudado de mi camino recorrido. ¿Existe una disociación irreconciliable entre las llamadas ciencias fácticas y las humanidades? Esta dicotomía que divide a las vocaciones humanas es analizada por el biólogo Edward O. Wilson en su texto The meaning of human existence (El significado de la existencia humana), con un abreboca provocador: “Promocionemos las humanidades, que son lo que nos hacen humanos, y no usemos la ciencia para hacer el tonto con esa fuente inagotable, el absoluto e inigualable potencial del futuro humano”, afirma Wilson.

Y el autor sustenta esa conclusión anticipada con reflexiones muy atendibles como que la ciencias es perecible, ya que “los descubrimientos científicos y los avances tecnológicos tienen su ciclo vital y es probable que pronto éste empiece a ralentizarse cuando alcance un determinado nivel de desarrollo”. Esta sugestiva idea se inclina a favor de lo trascendental de las humanidades –arte, filosofía, literatura- que no conocen obsolescencias, sino que proporcionan respuestas más a largo plazo, Y eso es curioso, porque la ciencia asoma siempre como una promesa de futuro, mientras que la filosofía, o el pensamiento social, como una aburrida cuestión del pasado.   

Ser o no ser

Wilson arguye que la evolución cultural es diferente de la ciencia porque “es completamente el producto del cerebro humano”, y que “hace falta un contacto íntimo con la gente y el conocimiento de incontables historias personales. Siglos y siglos de investigación para entender milenios de historia. En definitiva, un pozo inagotable”. Mientras que para el biólogo estadounidense el proceso de obtención del conocimiento por la vía de la ciencia es limitado en el tiempo.
Otro de los argumentos a favor del humanismo del conocimiento es que favorece a la diversidad, condición muy prestigiada en la actualidad. Lo diverso en la naturaleza, lo diverso del actuar humano, en fin, esa particularidad que hace de cada cual un ser único y especial para si mismo y para los demás. Por el contrario, afirma Wilson, la ciencia homogeniza, estandariza la vida. “La ciencia y la tecnología serán las mismas en todas partes, para cada cultura civilizada, subcultura y persona, -recuerda- lo que seguirá desarrollándose y diversificándose hasta el infinito son las humanidades”.

Evocando la figura del niño que quería ser superhéroe y aquel que solo aspiraba a conocer más de su entorno, diremos que la cuestión no está en disociar el pensamiento científico del humanismo del pensamiento. El quid del asunto radica en el uso de los productos de las ciencias, como la tecnología, los instrumentos tecnológicos, etc. El acervo cultural producido por las humanidades es trascendental, porque se muestra real ante la necesidad de dar nuevas respuestas para transformar el entorno y crear nuevo sentido a la vida también cambiante. El pensamiento humanista no es el producto de un proceso industrial que está expuesto al manejo deshumanizado de la tecnología, como tantas veces ocurre. Aún las ideas más descabelladas y deshumanizadas tienen un sustrato en la concepción de una nueva realidad, de un proceso de construcción y en esa medida la dicotomía ciencia-humanidades es un poco falsa, ya que todo depende de qué sentido demos al talento humano y a los instrumentos tecnológicos que éste crea y que nunca podrán suplirlo a cabalidad.

lunes, 24 de noviembre de 2014

PETROCORRUPCIÓN A RITMO DE SAMBA

Por Leonardo Parrini

Con más vigor que el propio petróleo, industria que mueve miles de millones de dólares en el mundo, la petrocorrupción en Brasil amenaza con incendiar el país de la samba ante el escándalo desatado en la industria estatal más grande de América Latina: Petrobras. Como por un tubo de oleoducto fluía el dinero producto de contratos amañados, sobornos, sobrefacturación, testaferrismo bancario, negocios privados y compra de puestos políticos, hasta que los primeros implicados decidieron delatar a sus compinches en una cadena de soplonaje y delación sin precedentes en el país carioca.  

La policía llamó al operativo Juicio Final, como premonición de lo que se avecina en Brasil luego de que un expediente judicial encabezado por el juez Sergio Moro, aplica la delación como mecanismo de judicialización de autores cómplices y encubridores del caso de corrupción pública más sonado de la historia del país. El caso involucra a personeros y directivos de la estatal Petrobras, empresarios privados, funcionarios de segundo orden y políticos del Partido de los Trabajadores, en una danza de los millones al ritmo de las revelaciones del mayor delator del caso, el cambista Alberto Youssef.

La “delación premiada”, o rebaja de pena a cambio de delatar al resto, ha puesto en la cárcel a 16 implicados, 13 empresarios, directivos, altos ejecutivos, un exdirector de Petrobras y el cuarto delator, Alberto Youssef guardan prisión en el penal de Curitiba. Los cargos: alimentar un sistema muy sabido que permitía a los altos directivos de Petrobras recibir comisiones chuecas, o coimas, por contratos tramitados y aprobados en favor de contratistas privados y realizar sobornos a destajo. Al final del día el hombre del maletín jugaba un rol clave en un sistema de corrupción que llegó a mover más de 10.000 millones de reales, unos cuatro mil millones de dólares, aunque nadie puede afirmar con certeza la cifra real. Los contratos grandes bordeaban los 25 mil millones de dólares. En la ruta de la corrupción quedaban porcentajes de comisiones entre el 10% y el 50%, pero el delator Youssef asegura que los partidos políticos, entre ellos el PSDB y el PT de Lula y Dilma Rousseff, se llevaban su parte, que ascendía al 3%.

La gigantesca Petrobras, con 86 mil trabajadores, “refina el 98% de la gasolina que se consume en Brasil, comercia con cerca de 20.000 empresas que le surten de todo tipo de productos y ella misma es responsable de un décimo de todas las inversiones que se acometen en Brasil”, según datos de prensa. El caso tiene repercusiones graves: solo dos de las diez mayores empresas de ingeniería y construcción del Brasil no estarían implicadas en el escándalo. Existe un riesgo cierto de que se paralicen las principales obras públicas en marcha; “en una palabra: que el país se pare”, según afirman observadores y líderes de opinión brasileros.

La prensa carioca recoge el testimonio de los implicados, a confesión de partes relevo de pruebas: “el soborno era inevitable, si no, no salía la obra. Si alguien desconoce esto, desconoce la historia de este país”. El empresario Ricardo Semler, de 55 años, en una reciente columna en Folha de São Paulo titulada Nunca se roubou tão pouco (Nunca se robó tan poco) escribe: Era imposible vender directamente sin soborno. Lo intentamos de nuevo en los años ochenta, noventa e incluso recientemente. En 40 años de persistentes tentativas, no hicimos nada”.

De las cifras de una economía corrupta se pasó a la revelación política con “ramificaciones imprevisibles”. Los implicados acusan a los directicos del Partido de los Trabajadores, al tesorero del  João Vaccari, de llevarse sobornos para sufragar las campañas políticas de su partido. La Presidenta Rousseff, con el parche puesto antes de la herida ha dicho que bajo su mandato “se investiga y se persigue la corrupción”. ¿Será suficiente esta declaración de principios, cuando al final del día su partido está acusado de actos de corrupción evidentes? Sin embargo, cierto es que en su gobierno por primera vez en la turbia historia de Brasil no habían sido encarcelados empresarios intocables. En una elocuente conclusión el Fiscal General dijo que antes existía la justicia de las tres pes: putas, prestos y pobres y que desde hace algunos años ya no es así. En tiempos en los que el Estado es el referente de la ética pública, la apología de lo estatal no debe obnubilarnos y más bién tomar, con espíritu crítico, el ejemplo brasilero para no bailar la misma samba.

sábado, 22 de noviembre de 2014

MINDO, A VUELO DE PÁJARO


Fotografía Leonardo Parrini
Por Leonardo Parrini

Desde el amplio ventanal panorámico del restaurante de La Roulotte, una construcción circular de maderas de caoba y canelo que proporciona una vista de 360 grados, la selva asoma como un paraíso terrenal. A pocos metros de nuestro punto de observación, los colibríes trepidan sus alas en un vuelo que los mantiene suspendidos del aire, mientras succionan con su largo pico el néctar aromatizado del bebedero. En Mindo conviven 24 de las 120 especies de colibríes existentes en el Ecuador. Son aves de una belleza singular, livianas y provistas con plumajes de brillantes tonalidades, una auténtica metáfora de luz y color. El cuello de los machos es casi siempre rojo brillante, azul o verde esmeralda. Por extraño influjo, los picaflores son atraídos especialmente por vegetales de color rojo o naranja intenso. Los quindes se alimentan, principalmente, del néctar de flores para obtener las calorías que a algunas especies les permiten volar y mover sus alas a 78 ciclos por segundo. 

Cohabitante del colibrí en Mindo es el gallo de la peña de color rojo radiante, que construye sus nidos en las vertiginosas paredes verticales de los cañones rocosos. En Mindo se dan cita 500 especies de aves entre las que cabe notar el tucán, loros, búhos, tangaras, quetzales, mirlos y caciques. Entre especies animales de mayor envergadura cohabitan pumas, osos de anteojos, venados, ardillas, tigrillos y guantas. Y el lagarto pinocho, declarado extinto hace 50 años, y recientemente redescubierto en el 2005 en Mindo. El bosque nublado de esta zona es un ambiente cálido y húmedo, con la mayor diversidad vegetal del continente, posee 2.000 especies de plantas natales en el área, incluyendo una multitud de orquídeas salvajes. En el lugar se pueden encontrar orquídeas epífitas, bromelias, musgos y árboles de todo tamaño: tangaré, arrayán, caoba, colorado manzano y aguacatillo, y frutales de  limón naranja, naranjillas silvestres y banano.  

Paraíso terrenal

Mindo es cabecera parroquial del Cantón San Miguel de los Bancos, Provincia de Pichincha, ubicada a unos 80 km al noroeste de Quito con una población de 3.000 habitantes que se dedican a la cría de ganado, agricultura y turismo. El pintoresco pueblito se encuentra enclavado a 1.250 snm en las estribaciones del volcán Pichincha, emplazado en un valle de 19,000 hectáreas del Bosque Protector Mindo Nambillo, un ecosistema único donde habitan 90 especies de mariposas.

Ignacio de la Torre, propietario de La Roulotte, cuenta que en Mindo se practica deportes de aventura, como senderismo, cabalgatas, ciclismo de montaña, descenso de aguas bravas o tubing. La aventura comienza en un complejo de cabañas de madera de caoba, construidas con ruedas o carromatos a la usanza gitana europea, una idea aportada por su socio Stephane Pignolet. Las cabañas disponen de todos los servicios y su diseño arquitectónico  proporciona un ambiente seco, fresco e iluminado. Como buen anfitrión, Ignacio hace gala de su arte culinario en la preparación de sus especialidades el Fondue de queso y la Charbonnade que incluye Lomo fino de res, lomo fino de cerdo, salchichas de ternera, camarones, acompañados de salsas, rösti y ensaladas.
“Estamos ubicados en el chocó andino –dice Ignacio-, mientras compartimos un suculento desayuno de frutas y jugos-, este lugar es único en tierras que eran de Antonio José de Sucre y de la Marquesa de Solanda, a las que arribaron colonizadores para trabajar la tierra, madera y ganadería. El centro poblado actual se creó cerca del sitio donde existía el pequeño pueblo original, arrasado por el rio Mindo y aquí se construyó este paraíso”. La Roulotte se encuentra ubicada a dos kilómetros del pueblo.

Contando pájaros

Una de las actividades predilectas de Ignacio es el conteo de pájaros que anualmente tiene lugar en el mes de diciembre. Se trata de un censo con fines de conservación de las especies de aves que habitan Mindo en un área de 24 kilómetros de diámetro. Esta iniciativa de la Asociacion de Guías Naturalistas de Mindo busca generar información para conocer el estado actual y los cambios que puedan tener las poblaciones de aves a lo largo del tiempo en lugares específicos, además de fortalecer el conocimiento y la generación de herramientas adecuadas para el manejo y la conservación de la avifauna. El conteo de pájaros navideño inició en 1900 en los EE.UU, gracias al ornitólogo Frank Chapman quien, molesto por la matanza de pájaros en una cacería navideña, decidió contarlos.

El primer conteo, -cuenta Ignacio-, inicia en Mindo, en 1994, con 12 personas que participan, y obtienen los primeros resultados: 220 especies en 12 diferentes rutas en 24 horas. Los expertos consideran que las aves son indicadoras del estado de salud de nuestro medio ambiente porque son ellas el primer grupo de animales que se ve afectado por los estragos de la contaminación, la destrucción de bosques y la ampliación de la agricultura y ganadería extensiva. La contaminación, incluyendo aquella de pesticidas, derrames de petróleo, ha llevado al envenenamiento y a la muerte por hambre a muchas especies en el Ecuador.  

Símbolo  mundial

El conteo navideño tiene reglas muy sencillas; cada zona de influencia tiene un rango de 24 km de diámetro, un área de 576 Km² denominada IBA, Importat Bird Area. Los registradores se dividen en grupos que intentan cubrir el mayor territorio posible dentro de este círculo en un día calendario por 24 horas, contando todo pájaro y especie que vean o escuchen con certidumbre. La zona de Mindo-Tandayapa lleva 19 años efectuando el conteo navideño en la región. Los lugareños sienten orgullo, puesto que en el año 2000 se contaron 358 especies quedando Mindo por primera vez en primer lugar a nivel mundial. Y nuevamente, en los años 2006, 2007, 2008, 2009 y 2010 con un record de 423 especies y el 2011 en segundo lugar con 432. Para el 2013, Mindo obtuvo el segundo lugar con 464 especies. Ecuador con apenas el 1.5% de la superficie de Sudamérica aloja más de 1600 especies de aves encontradas en un territorio de 270.670 Km². Posee el 18%, es decir, la sexta parte de las casi 9.700 especies de aves reconocidas del mundo, más de la mitad de las especies de aves de Sudamérica; similar número de especies de Norteamérica y Europa juntos, poco menos que el doble de especies de aves de Costa Rica (877 sp) y casi la mitad de todos los colibríes que habitan en el mundo las podemos encontrar en Mindo, según indica la información de la Asociacion de Guías Naturalistas. Este año el conteo tendrá lugar en Mindo el 20 de diciembre y el reconteo el 21. Una actividad considerada puerta de entrada a la conservación de aves en su entorno natural que permite desarrollar una promoción turística, educativa y sostenible como el aviturismo, ideal para los amantes de la naturaleza, la aves y sus entornos.

Ignacio cuenta que se conoce de antemano qué clase de pajaros se espera encontrar durante el conteo, pero suele suceder que hay especies nuevas que deben ser fotografiadas. Hay ejemplares que se avistan junto a troncos o en las riberas del rio o en cañones, sobre los árboles o en pleno vuelo. Si no se toma la fotografía del ave hay que hacer un registro y los datos recopilados se catalogan para Audubon, sociedad internacional encargada de registrar las especies y conservar la naturaleza. Al día siguiente los grupos contadores se reunen y un voceador nombra un ave, el que la ha avistado levanta la mano y se la registra. El Pájaro yumbo es propio del chocó y es el ave más emblemática de Mindo con sus siete colores; aunque para algunos, el gallo de la peña es el más representativo de las especies. Este es un dato importante a nivel internacional, porque hace de Mindo un símbolo de conservación de aves en todo el planeta, concluye Ignacio.

Miro por el ventanal panorámico del comedor de La Roulotte y un colibrí de dorso verdiazul trepida sus alas a la velocidad de la luz que refracta su bellísimo ornamento plumal. No quiero congelar el movimiento de sus alas con el obturador de la cámara. Que siga difuso, mágico, divino y alado, como este sueño de alto vuelo que empieza en Mindo y no concluye en la eternidad.

lunes, 17 de noviembre de 2014

UN PARQUE SIN MAMÁS


 
Por Dani Game
Corresponsal en Paris, Francia
 
Atravieso el parque Monceau en el primer frío del invierno. Los jóvenes corren disciplinados, pegados a sus audífonos. ¿Será que pueden escuchar los latidos acelerados de su corazón o se darán cuenta del gesto de dolor que me regalan con el ceño de su frente y su respiración casi asfixiada? 
 
Damas y caballeros parisinos caminan a paso lento, sus manos adornadas de anillos con piedras, mangas Channel y relojes Cartier toman bastones, baguettes tradition o arrastran carritos de compras por este barrio elegante. Los niños que hasta ayer eran bebés van de la mano de sus otras madres, mujeres venidas de algún lugar que no entra en el mapa de este Paris. Con un francés cantado a otro ritmo, ellas impiden que estas personas pequeñas se coman los gusanos, la tierra o aterricen de cara mientras intentan dominar su marcha. 
Funcionarios de las embajadas cercanas, diplomáticos de paso seguro que un día extrañarán atravesar este parque para llegar a sus oficinas. Un día se irán de Paris, y un día volverán de vacaciones, sólo a recordar cada mañana y tarde de sus días de misión.

Otros, libres de horarios,  se acuestan en el césped a leer, a mirar, a pasar el tiempo.

Y en medio de todas las figuras de este parque un grito nos paraliza, un grito de bebé que no para, que no llora, sólo pide algo y nadie sabe qué es. Una abuela lo carga con apuro, el bebé apenas le calza en los brazos. Lo mueve, lo besa, le dice cosas. Algunos le preguntan qué sucede o si pueden hacer algo. Ella sonríe y responde con un poco de pena “Es el primer día sin su mamá”. Se le acabó la  licencia de maternidad a la solicitada, no se le puede pedir a un bebé de pocos meses que entienda, que no la extrañe y que no grite. 

Paso de largo mirando a ese niño, escuchando sus gritos. Todos nos separamos de nuestras madres porque se les acaba la licencia de maternidad o porque nosotros decidimos que es hora de su jubilación. Nos hicimos adultos tal vez, decidimos aterrizar de cara, gritar, correr hasta la asfixia, comer gusanos y saborear un puñado de tierra durante alguna misión. Atravesamos el parque, llegamos a otro lugar al que sólo volveremos para recordar, para recordarlas y ver a algunas convertidas en abuelas. 


sábado, 15 de noviembre de 2014

FIN A LAS CRUCES EN EL HORIZONTE LABORAL


 
Por Leonardo Parrini

Cuesta imaginar desde la ventana de la bohardilla-taller de uno de los pintores afincados en el barrio Las Peñas, que allá en la riada del Guayas hayan flotado cruces sobre el agua, una vez sumergidos los cadáveres de las víctimas aquel 15 de noviembre de 1922. Ha trascurrido casi un siglo de ese episodio trágico de la historia del movimiento obrero ecuatoriano, cuando un puñado de hombres y mujeres sucumbiera luchando por consolidar la jornada de ocho horas de trabajo. En ese mismo sitio, a orillas del manso Guayas que deja fluir sus aguas pardas, arrastrando lechuguines al ritmo de la tibia brisa costeña, se suele evocar la masacre de trabajadores narrada en la novela publicada por Joaquín Gallegos Lara en el año 1946.

Dice la crónica: El conflicto comenzó en el sector de Durán, con la huelga de los trabajadores ferroviarios de la Guayaquil and Quito Railway. Los trabajadores de los carros urbanos de la ciudad paralizan sus actividades el 7 de noviembre, posteriormente los de la empresa eléctrica también se suman a los reclamos y reivindicaciones como el cumplimiento de las 8 horas de trabajo, mejora salarial, aviso en caso de despido con 30 días de anticipación, etc. La noche del 13 de noviembre Guayaquil quedó a oscuras. El movimiento huelguístico se va extendiendo y se desarrolla una gran asamblea de trabajadores. La huelga general de trabajadores fue reprimida violentamente el día 15 de noviembre luego del reingreso en la ciudad de la policía por órdenes directas del presidente Tamayo, que presionado por los grupos de poder de la ciudad ordenó al General Barriga, Comandante de la Zona de Guayaquil, mediante un telegrama : "Espero que mañana a las seis de la tarde me informará que ha vuelto la tranquilidad a Guayaquil, cueste lo que cueste, para lo cual queda usted autorizado", causando una masacre (la mayoría estaban desarmados) en la que murieron un número indeterminado de guayaquileños (los cálculos varían de entre unos centenares a unas 1.500 personas), cuyos cuerpos fueron arrojados mayoritariamente al rio Guayas con los vientres abiertos para evitar que flotaran.

Reformas laborales

El movimiento obrero ecuatoriano enfrenta hoy distintas realidades a la luz de una larga historia de lucha por los derechos laborales y la construcción de leyes que amparen al trabajo frente al capital. En el contexto de la discusión sobre las reformas al código laboral, el Gobierno nacional ha presentado, -en conmemoración de las efemérides del 15 de noviembre-, una propuesta enviada a la Asamblea Nacional para análisis y aprobación. El planteamiento oficial consta de cinco ejes:

En primer lugar se propone la profundización del derecho de estabilidad, puesto que aún existen contratos en los que el trabajador es despedido del trabajo sin indemnización, por lo que se propone eliminar el contrato a plazo fijo, y se crea el despido nulo para las mujeres en estado de gestación y para los dirigentes sindicales. Se sugiere el pago de un año de sueldo como indemnización en caso de despido intempestivo.

Como segundo grupo de reformas se sugiere la búsqueda de mayor equidad, y establecer límites de brechas salariales entre quienes más ganan frente a los que menos ganan dentro de una misma empresa. Esto significa, que el empresario deberá pagar no menos de veinte veces el monto de su propio sueldo a sus trabajadores. Si el empresario gana veinte mil dólares, su trabajador deberá ganar, al menos, mil dólares. Por otra parte, el retraso del pago de utilidades deberá pagarse con intereses al trabajador. Las utilidades tendrán un límite de 24 salarios básicos unificados anuales y el resto irá a fondos del IESS para financiar pensiones jubilares de trabajadores autónomos y amas de casa.

El tercer eje es la modernización del sistema salarial para terminar con un país paternalista y clientelar que otorga sobresueldos en fechas especiales, contrastados con los bajos sueldos mensuales: frente a esa situación se propone la mensualización voluntaria de los sobre sueldos o llamados decimos. Se sugiere como cuarto eje de reformas, la democratización de la representación laboral, a través del voto universal, libre y secreto para elegir a sus dirigentes; y, poder votar para el comité de empresa sin necesidad de estar afiliado a algún sindicato. El quinto paquete de reformas propone cambios en la ley de seguridad social para lograr la universalización del sistema. Se trata de una reforma dedicada a las trabajadoras del hogar, con la que se pretende reconocer el aporte de más de un millón y medio de amas de casa que deberán ingresar al sistema de seguridad social.

Con estas reformas se busca eliminar las cruces en el horizonte laboral ecuatoriano, como símbolo de injusticia social e inequidad económica en el Ecuador. Un país donde se proclama que la revolución ciudadana, es la revolución de los trabajadores para los trabajadores.