Por Leonardo Parrini
Alguna vez un representante
de los trabajadores en un foro sobre derechos humanos dijo que la desigualdad
en los sueldos en el capitalismo, es el reflejo numerario de la explotación del
hombre por el hombre. Y la frase quedó sonando en el ambiente como una denuncia
y, al mismo tiempo, como una amenaza para los derechos humanos. Si bien el
capitalismo considera al trabajo como una mercancía vendible al mejor
postor, cierto es que en el mercado laboral éste se transa con brechas, por lo demás,
inaceptables que difieren años luz de aquella afirmación que habla de cada cual según su capacidad, a cada quien según
su necesidad.
Un reciente
informe de la Encuesta General de Remuneraciones que cubrió entre 250 y 300
empresas locales y multinacionales -presentada la anterior semana por la
consultora Price Waterhouse Cooper (PWC)-, en el Ecuador el incremento salarial
es de un promedio del 5,09%, en las pequeñas empresas y en las medianas de un 4,82%. La vigencia del informe viene a contrastar con la política del Gobierno
ecuatoriano que propone, entre otras reformas, limitar las utilidades para elevar
los salarios y propender de este modo a remuneraciones equitativas y reducir la brecha de la injustica laboral. La propuesta gubernamental sugiere que “un empresario deberá pagar a su trabajador
menos calificado no menos de 20 veces su propio sueldo”, según señaló el
Presidente Rafael Correa, quien considera que los sueldos empresariales exagerados
se disfrazan de utilidades que deben ser repartidas entre los trabajadores.
Contrastes
salariales
En el ojo del huracán
de un debate complejo y necesario, están las compañías ecuatorianas que más utilidades
reportan, como es el caso de las telefónicas y las productoras de bebidas alcohólicas
y cemento que deberán, según la exhortación del Presidente Rafael Correa,
mejorar la remuneración a sus empleados por ostentar mayores márgenes de utilidades.
Las compañías que mayores ganancias reportaron en el país, durante el 2013, son
Conecel $ 341 millones, Andes Petroleum
Ecuador $ 211 millones, Schlumberger del Ecuador $ 137 millones y Corporación
Favorita $ 132 millones. Como un eco, el ministro de
Relaciones Laborales, Carlos Marx Carrasco, replicó la afirmación presidencial,
al reconocer que “hay un problema, por
eso hay que garantizar el alza”, en aquellas
empresas en que el empleador acostumbró a los trabajadores a recibir altas utilidades
y bajos salarios.
La brecha
salarial en el Ecuador es significativa, mientras un miembro de alta gerencia
gana $ 20.000 dólares como promedio mensual, en constraste, un gerente medio gana $ 5.757, y el sueldo promedio de un trabajador es apenas de $ 510 dólares
al mes. Esta grieta se hace más evidente, según el informe de la Price Waterhouse Cooper,
en las compañías de servicios comerciales, en sus áreas de producción y operaciones
que contratan mano de obra mejor calificada. Un estudio del mercado laboral
ecuatoriano realizado por Deloitte, en 2012, analiza las brechas salariales
existentes entre el salario básico unificado SBU, que es de $ 340 dólares y los
salarios ejecutivos, y establece que en Ecuador un sueldo de $ 20.000 mensuales
equivale a 63 veces el SBU. En tanto, el sueldo promedio de un ejecutivo de
segunda línea es de $ 14.000 mensuales, lo que representa 44 veces el salario mínimo
de un obrero. El panorama amerita un diálogo tripartito entre los interesados: Gobierno
trabajadores y empresarios, a fin de consensuar cifras salariales más razonables
por lo conveniente y más justas por lo evidente.
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