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E c u a d o r - S u d a m é r i c a

martes, 30 de julio de 2013

VOLCÁN SANGAY, MAJESTUOSO Y SOLITARIO GUARDIAN DE LA SELVA


Fotografía Leonardo Parrini
Por Leonardo Parrini

Un amanecer luminoso en la ciudad del Puyo, lo observé imponente desde la ventana del apartamento. A la distancia el volcán Sangay se mostraba, como pocas veces, con su cono perfecto despejado, sin la niebla que da el nombre a la capital de la provincia de Pastaza. Mi primera impresión fue de embeleso, genuina emoción ante la belleza del estrato volcán más austral del Ecuador y uno de los más activos del mundo. A cientos de kilómetros del volcán empuñé mi cámara con un teleobjetivo de 300 milímetros y retraté el Sangay que se yergue majestuoso en la vecina provincia de Morona Santiago, cumpliendo un viejo anhelo de fotógrafo viajero. La fotografía lograda acompaña este reportaje como una sublime muestra de la presencia del Sangay en el Ecuador amazónico y telúrico, coronado de extrañas fumarolas y nubes danzantes sobre su mitico cráter.

Sangay proviene de la voz shuar Samkay que denota espanto, o la acción de espantar. Y en honor a su nombre ancestral, el Sangay ha permanecido activo por más de siete décadas; pero contrariamente, lo hace atrayendo el espíritu aventurero de quienes visitan la ciudad de Macas, localizada a 30 kilómetros de sus faldas.

La altura de los tres cráteres que coronan el cono cilíndrico del Sangay, a 5.320 metros s.n.m., explica las nieves eternas que lo engalanan en el corazón tórrido de la selva, donde germina el bosque tropical húmedo. Este volcán se encuentra enclavado en la Amazonía ecuatoriana entre las estribaciones de la Cordillera Oriental andina. Desde allí vigila la región y ejerce un freático dominio de fuego, vapor y ceniza sobre la jungla. Desde tiempos remotos el Sangay moldea con flujos piroclásticos emergidos de su fragua interior, la trilogía de cráteres menores ubicados en el anillo del cráter principal de 100 metros de diámetro.

Los vulcanólogos dicen que el Sangay es un volcán estromboliano, lo que quiere decir que se caracteriza por erupciones explosivas, separadas por periodos de calma de extensión variable. ¡Vaya capricho telúrico! El magma del Sangay es denso e intenso en ácidos, con gran contenido de gases inflamables y explosivos que reaccionan en contacto con el aire. En este proceso intervienen en el foco del volcán, sustancias y materias derivadas de los hidrocarburos.

El otro apelativo del Sangay es que es un estratovolcán, es decir, cónico y de gran altura con un edificio compuesto de piroclastos alternantes, formado en épocas eruptivas de lava fluida y ceniza y lahares de fuego. Debido a su geoposición sobre territorio rico en petróleo, el Sangay arroja lava ácida y viscosa, abundante en sílice, que se enfría y petrifica antes de avanzar un tramo importante en la selva. Este rasgo de su comportamiento lo hace amistoso a las comunidades y pueblos indígenas amazónicos que lo rodean. 

No obstante, nativos shuar y mestizos macabeos que habitan el territorio de la provincia de Morona Santiago son testigos de las erupciones explosivas e intermitentes de los tres cráteres del Sangay al que bautizaron Samkay, por su espíritu violento. Solitario en medio de la selva, el Sangay es amo y señor de la Amazonía poblada por pueblos de cultura ancestral y que se habituaron a convivir con el coloso que, según dicen, no presenta un peligro mayor.

La flora de la comarca que rodea al Sangay es rica en especies de alisos, chuquiraguas, pumamaqui, licopodios, gencianas, achupallas y pajonal, además, una gran variedad de orquídeas y bromelias. En un habitat de gran biodiversidad conviven animales adaptados a la exuberante y dura vida selvática, como el loro de páramo, oso de anteojos, danta, oso hormiguero, pumas, venados y aves como patos, curiquingue y el cóndor.  

En épocas pasadas la esencia incandescente del Sangay alcanzó los ríos Upano y Palora y modificó el paisaje de una comarca de extraordinaria belleza. Sus habitantes, descendientes de la Pachamama, saben del regazo de este entorno agreste y tenaz, como la fuerza que moldea el carácter de su gente. Arútam, el espíritu de la selva que domina estos parajes y rige la vida de los hijos de la madre tierra, habita en cascadas próximas al Sangay. No sería extraño que en las entrañas fecundas de fuego y ceniza del volcán, el dios Shuar se nutra del vigor y la sabiduría con que reina la jungla indómita.

lunes, 29 de julio de 2013

LA ÚLTIMA JUGADA DEL CHUCHO


Foto El Comercio
Por Leonardo Parrini

Qué dificil conjugar este verbo terrible: murió Christian “Chucho” Benítez, goleador histórico de la Selección de Fútbol del Ecuador. Qué insólito decir que su joven corazón lo venció en una última jugada. Y qué dificil eludir los sustantivos, convertidos en calificativos: baluarte del fútbol, hermano grande, ser humano ejemplar…

La patria está de luto, decretó el Presidente Rafael Correa, quien calificó la muerte del puntero izquierdo ecuatoriano de “tragedia nacional”. La noticia se regó por el mundo, confusa al comienzo, inapelable después. La posible causa, un paro cardio respiratorio en el contexto de un cuadro de peritonitis. Qué frágil es la vida, aun para los más fuertes, para un atleta de élite, Chucho Benítez, joven futbolista de 27 años en la cúspide de su carrera, la muerte no tuvo tregua.   

Un buen día Christian Benítez, nacido en Pichincha, Ecuador, con sólo diez años de edad se integró al club quiteño El Nacional acompañado de su madre, según recuerda su primer entrenador Orlando Narváez. El técnico lo evoca como “un niño muy pícaro y vivaz, los defensas no podían pararle por su vivacidad”, superando todas las instancias de formación futbolística en el club.

La gloria le sonrió temprano al Chucho. Luego de una vertiginosa carrera iniciada el 2004 en el club El Nacional, en 2007 se integra al fútbol mexicano. Allí milita en los clubes Santos Laguna y América, donde deja una secuela de 103 goles y cuatro títulos como el máximo goleador de la temporada 2013.

La fama rodea su figura exaltándola hasta los más altos niveles de la gloria deportiva, con un destacado séptimo sitial como anotador sudamericano. Su prestigio rebasó las fronteras continentales. Hace apenas unos días había fichado en el club qatarí El Jaish SC, donde haría una temporada signada por el éxito deportivo y económico.

En la cúspide de su trayectoria, Christian Benítez, con el once en la espalda, era el baluarte en la delantera de la Selección Ecuatoriana de Fútbol, de cara al mundial Brasil 2014. Su ausencia es un vacío humana y futbolísticamente insustituible. A su partida deja sin consuelo a su mujer y a sus dos hijos:“Te encargo mucho a mis hijos. De esto no voy a poder salir, siento que me muero”, dijo en entrevista con ESPN Liseth Chala, quien compartió las últimas palabras de Christian Benítez.

Hoy, en homenaje póstumo por su prematura muerte, la cancha principal de la Casa de la Selección llevará el nombre de Christian Chucho Benítez. La misma gramilla donde el delantero de la Selección abrigó grandes ilusiones con la tricolor del alma. Su entrenador, Reinaldo Rueda lo convocará, una vez más, para fortalecer en la arenga deportiva a sus compañeros de lid. Por el simple hecho de que Chucho “era el jugador que ponía la alegría y la armonía del grupo cada vez que se concentraban, como un ser humano tan especial, tan noble, tan leal para la Selección y para nosotros. Siempre fue lumbrera y catalizador con su calidad humana”.

La vida, que suele ser tránsito efímero para nosotros los mortales, es un camino ancho para quienes trascienden, más allá, en la memoria colectiva de su pueblo. Esa senda inicia hoy Christian Benítez. Hasta siempre Chucho, hermano grande, como siempre te anticipaste a la jugada; y ahora, en la gramilla de la eternidad, harás la última finta genial y así sortear para siempre el olvido.

viernes, 26 de julio de 2013

LA CRUZADA DEL PAPA VIAJERO


Por Leonardo Parrini

Un hombre alto de aspecto saludable desciende del avión de Alitalia, viste una sotana blanca que se bate al viento carioca. Camina por la pista aérea y saluda a la comitiva que le brinda la recepción oficial: es Jorge Bergoglio, bonaerense, hoy Papa Francisco, el evangelizador viajero que emprende la nueva cruzada católica en América Latina.
 
En el Brand marketing esto se llama posicionamiento: la idea que se fija en la mente del consumidor, a través de mensajes audiovisuales. Señales ineludibles que forman parte de la cultura de la imagen que vivimos en la sociedad posmoderna. Para que una recordación de marca, producto o slogan se fije en el ranking cerebral del consumidor, es preciso que la nueva marca desplace a otra ya posicionada en la mente –que se expresa en el Top of Mind-, puesto que sólo recordamos o retenemos siete nombres en la mente. 

¿A quién pretende desplazar la imagen del nuevo Papa Viajero?

Los asesores del marketing papal lo saben perfectamente, y, esta vez, su labor se muestra impecable: un Francisco austero, posicionado como el Papa de los Pobres vista las favelas más miserables del mundo. Para algunos puede resultar paternalista o populista la figura del nuevo Branding papal, pero efectiva al fin. Impronta creada a imagen y semejanza de los requerimientos de una iglesia desgastada. Institución acusada de despilfarro, abandono de las causas populares y de un oropel que opaca la austera imagen del Cristo redentor de los humildes, desnaturalizado por sus propios seguidores. Ese mismo Cristo de brazos abiertos sobre El Corcovado, recibió en Rio de Janeiro al Papa Viajero. 

El mensaje discursivo de Francisco es clarísimo: Río se convierte en el centro de la Iglesia en su corazón vivo y joven porque ustedes han respondido con entusiasmo a la invitación para ser amigo de Jesús. Desde El Corcovado el Cristo redentor nos bendice viendo este mar y la playa. Sus familias y comunidades locales les han transmitido el gran don de la fe, Cristo ha crecido en ustedes, hoy confirmamos la fe en Cristo vivo que habita en ustedes.

El posicionamiento de la imagen papal incluye otros elementos ya reiterados con anterioridad por las Iglesia Católica, remozados hoy por la logística de la convocatoria a una nueva cruzada: el ascendiente en la juventud. La organización eclesiástica apostólica romana, organiza la visita papal a la 28 Jornada Mundial de la Juventud, evento de características planetarias que se apropia de un concepto generacional y habla a nombre de todos los jóvenes del planeta. No obstante que los católicos sólo pueden representar alrededor del 20% de la población mundial. Según la Agencia Fides de los 6,698,353,000 habitantes del planeta, solamente 1,165,714,000 son católicos, es decir, aproximadamente una de cada seis personas ha sido bautizada por la iglesia romana. 

¿Qué significan estas cifras para la Iglesia Católica? Sin lugar a dudas, que la imperiosa invitación a renovar su espíritu misionero que a lo largo de dos milenios la ha impulsado a llevar el Evangelio hasta los lugares más recónditos de la tierra. El contraataque católico comenzó el pasado octubre del 2010, al concluir el Sínodo de los Obispos sobre el Medio Oriente, cuando el Papa Benedicto XVI anunció que la próxima Asamblea general ordinaria del Sínodo obispal, en 2012, “se dedicará al tema La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana”.

Tiempo de nueva evangelización

No por casualidad la nueva cruzada se inicia en Brasil, país con la mayor cantidad de feligreses de Latinoamérica, que se debate agobiado por el desencanto de una política gubernamental populista en jornadas de violentas protestas sociales. Quien todavía tiene dudas de los verdaderos motivos de la visita papal a Sudamérica, y en particular Brasil, no tiene más que recordar los peregrinajes del Papa Viajero, Karol Józef Wojtyla en la década de los años ochenta. Wojtyla, convertido en el pontífice polaco Juan Pablo II, vistó en ese entonces Polonia, el más débil aliado del bloque socialista europeo oriental, agitado por las crecientes protestas del Sindicato Solidaridad que lideró Lech Wałęsa. Aupado por su compatriota, Wałęsa emprendió el asalto al cielo y tumbó al régimen comunista polaco. Juan Pablo II sumó esta cruzada a su prolífera labor proselitista: beatificó a 1.340 personas y canonizó a 483 santos en sus peregrinajes por 129 países del planeta; no obstante, su mayor logro evangelizador fue su contribución al derrumbamiento del socialismo europeo del siglo XX.

Guardadas las proporciones, Francisco tiene una misión análoga a la de su colega polaco: liderar un proceso de recuperación del influjo ideológico de la Iglesia Católica en la región latinoamericana que eligió el camino socialista del siglo XXI. La nueva cruzada es inequívoca: disputar espacios a los regímenes populistas izquierdizantes que hoy rigen los destinos de Argentina, Bolivia, Ecuador, Brasil y Venezuela. El paso ya fue dado en Rio de Janeiro, la primera piedra como diría Cristo, ya fue lanzada, así se construyen los grandes propósitos. Y de manera coherente, estratégica y campante: convocando a las nuevas generaciones con un mensaje de humildad y vocación redentora. Un detalle anecdótico: el actual Papa Viajero, pese a su posicionamiento como el Papa de los Pobres, no tuvo la suficiente humildad de besar el suelo latinoamericano a su arribo a Brasil, en un gesto que evidencia su altiva disposición a evangelizar; un acto que nunca la Iglesia Católica ha hecho con rebosante sumisión, sino más bien con la cristiana convicción de quien sabe que ha rio revuelto siempre hay ganancia de pescadores.

lunes, 22 de julio de 2013

¿ESTALLÓ LA TERCERA GUERRA MUNDIAL?

Por Leonardo Parrini

Estalló la tercera guerra mundial. Esta afirmación podría resultar tremendista, pero tiene visos de realidad en los entretelones de la actual situación internacional. Una reciente declaración emitida la semana anterior por el tribunal especial estadounidense para la Vigilancia de Inteligencia Extranjera que renueva la autorización a las agencias de seguridad para recopilar información telefónica de usuarios fuera de EE.UU, según informe de la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI), así lo sugiere. Para algunos observadores EE.UU. “se autoriza” a espiar al resto del mundo en un escenario geopolítico internacional que escapa de su influencia, y en una situación de guerra cibernética no declarada, pero practicada en un territorio sin fronteras como versión de la tercera conflagración mundial.

El analista Jacob Appelbaum sugiere la impotencia de los Estados de derecho ante dicha situación: “Hay una falacia, sin embargo, en nuestro concepto del Estado de derecho. La falacia es la noción de que la ley pueda cambiar la realidad”. Es como si una ley por decreto prohibiera el cáncer. Appelbaum es coautor con Julian Assange, Andy Muller-Maguhn y Jeremie Zimmerman de un libro acerca de la criptografía y el futuro del internet: Cypherpunks. La publicación sugiere que en la actual infraestructura de telecomunicaciones mundiales hay normas “que son así de absurdas”, puesto que entre los técnicos del espionaje ejercen la misma eficacia que la ley sobre el cáncer. La situación pinta de tal gravedad, que incluso la legislación vigente en el Ecuador puede regular el uso del espionaje en indagaciones fiscales, pero no puede impedir que alguien fuera de la ley intercepte, almacene, analice y abuse de la vigilancia de las telecomunicaciones en la arquitectura del Internet de manera indetectable.

El aporte de WikiLeaks

Las lecciones que dejan las revelaciones de Wiki Leaks son claras. Vivimos una estado de guerra de alcance mundial en que el enemigo de la humanidad tiene la capacidad de interceptar las comunicaciones, sin autorización ni conocimiento de ninguna Asamblea o Parlamento, sin consentimiento de las empresas operadoras de Internet, o de telefonía pública o privada, y sin que medie supervisión gubernamental alguna. Se trata del más flagrante atentado a los derechos humanos, en el escenario de una guerra que rebasa el ámbito militar y convierte en víctimas a civiles inocentes. Los Estados de derecho del planeta hacen agua ante la posibilidad de palear la tormenta del espionaje que arrasa como un tsunami la privacidad de miles de millones de ciudadanos en el mundo.

“En Ecuador, las comunicaciones de todos los ciudadanos se mantienen vulnerables para que unos pocos puedan ser espiados”, revela Jacob Appelbaum. Y la impotente situación del país lo vuelve vulnerable a los ataques en esta guerra mundial absolutamente desigual librada sin previo aviso, sin códigos de ética y sin las posibilidades ciertas de contrarrestarla a corto plazo. Más aun, cuando las posibilidades teóricas de que las resoluciones de los tribunales nacionales o internacionales sobre espionaje puedan tener carácter vinculante o obligatorio con son nulas y falaces. En otras palabras, las computadoras no entienden de leyes y quienes las operan en la práctica del espionaje, tienen la consigna de obtener datos, analizarlos y almacenarlos con fines bélicos. Las limitaciones impuestas por las leyes de las naciones a nivel continental y mundial, sólo surten efecto dentro de los marcos legales de cada país; por tanto, no existen en el mundo de los espías electrónicos norteamericanos o europeos que operan en un plano paralelo y extralegal.

¿Cómo entonces el Estado de derecho puede anteponerse al estado de guerra mundial?

Esa es la pregunta que subyace en el enfoque de Julian Assange en un coloquio al que invitó a prominentes expertos en el tema de protecciones y seguridades cibernéticas. Si las leyes son impotentes, ineficaces o inaplicables, es el momento entonces de pasar a una acción técnica más allá de lo legal, pero amparada en nuestros sistemas de justicia. La criptografía es la tecnología aplicada de la ciencia de los códigos que constituye una alternativa para el continente y el mundo que permite contrarrestar, o poner fin, a los ataques en la tercera guerra mundial librada en el espectro de la primera conflagración internacional cibernética.

Se trata, además, de modificar la legislación ecuatoriana para que permita que empresas, gobiernos, personas y otros grupos puedan asegurar sus comunicaciones del lado de la emisión a la recepción. Esto se llama end-to-end (punto a punto), sostienen los expertos. Tal vez sólo así estemos menos desprotegidos en la guerra que tiene como campos de batalla las audiciones telefónicas y el espionaje redado en Internet, cuya arquitectura debe ser cambiada, al menos en América Latina y Ecuador, para romper con la dependencia internacional y hacer frente al clima bélico impuesto por EE.UU.

Hoy estamos buscando ideas revolucionarias que podrán cambiar el mundo de mañana, dice Julian Assange. Un mundo en el que debemos garantizar tres libertades básicas: libertad de comunicación, de movimiento e interacción económica. Assange sugiere que con la transición de nuestra sociedad al Internet la libertad de movimiento personal quedó inalterada, la libertad de comunicación ha mejorado mucho, en cierto sentido, porque ahora podemos comunicarnos con muchas más personas, pero ha empeorado porque ya no existe privacidad y nuestras comunicaciones pueden ser espiadas, guardadas y utilizadas contra nosotros en una militarización de estas interacciones. Julian Assange manifiesta, además, que “se está llevando una guerra furiosa por el futuro de nuestra sociedad, invisible para la mayoría de la gente”. Hace 10 años esto parecía fantasía y se pensaba que era cosa de paranoicos, hoy es una fría realidad. Frente a este tenebroso panorama, acaso si existe la mínima posibilidad de que sólo sea una pesadilla: no podemos estar todos locos.