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jueves, 5 de septiembre de 2013

SÍNTESIS NOTICIOSA: CHUCHO GUEVARA ANDUVO BORRACHO EN EL YASUNÍ


 
 Por Leonardo Parrini

El otro día leí en el muro del Facebook un post que decía, literalmente: resumiendo las últimas noticias, el Chucho Guevara anduvo borracho en el Yasuní. Claro que era un chiste de un adicto a las redes sociales que con un buen sentido de humor, ironizaba sobre la fanesca informativa que nos ha puesto de menú la prensa en estos últimos días. De refilón, digo, fanesca es un plato típico ecuatoriano -delicioso por lo demás- que incluye doce granos y pescado bacalao; y que, cuando alguien quiere referirse a una mezcolanza, habla de fanesca.

Una innegable fanesca informativa ha saturado las pantallas, las páginas de los periódicos y las notas radiales, estos días en el Ecuador; al punto de que nuestro amigo en redes sociales ha compendiado la graciosa síntesis de que el Chucho Guevara anduvo borracho en el Yasuní. La síntesis está compuesta de tres noticias que elevan el rating televisivo, aumentan las ventas de los periódicos y mueven las posiciones del ranking radial. La muerte súbita del Chucho Benítez, ídolo deportivo y seleccionado de fútbol ecuatoriano; la decisión presidencial de explotar el petróleo del biodiverso Yasuní y la mediática bronca entre el Presidente Correa y el cantautor ecuatoriano Jaime Guevara.

¿Qué tienen en común estos tres hechos, para que nuestro amigo del Facebook los haya confundido en su sarcástica síntesis? Nada, excepto haber saturado el espectro informativo de manera asfixiante. En el primer caso, Chucho Benítez se convirtió en héroe nacional en una cobertura que no escatimó el mínimo detalle morboso, por sobre cualquier circunstancia vital rebasada por su muerte prematura, luego de que la prensa deportiva especializada lo vapuleaba cada vez que fallaba un gol.

En el segundo hecho, al unísono coral los medios rasgaron vestiduras por “la defensa del Yasuní”, orquestando una campaña que busca el desprestigio del Estado ecuatoriano, ante la decisión de explotar el petróleo que subyace en ese sector del país; mientras que los países fabricantes de aerosoles contaminantes no cumplieron acuerdos internacionales de pagar su deuda planetaria, compensando a países como Ecuador que renuncian a una actividad industrial que emite gases tóxicos a la atmósfera. Y, mutis por el foro, nadie dice nada.

Y el tercer hecho mediático, se refiere al altercado lamentable que enfrentó al Presidente Rafael  Correa con el cantor popular Jaime Guevara, cuando mutuamente intercambiaron epítetos, borracho, drogadicto, rafachet y otras perlas, en consecuencia que ambos tienen en común su vocación social y política progresista. Los medios informativos, acto seguido, -y en contra del Presidente- solidarizaron con Guevara, quien no requiere de la defensa de una prensa proselitista, alineada históricamente con todo aquello que el cantor de contrabando combate y denuncia en sus rebeldes canciones. Pero el media bussines funciona así, y no de otra manera.

No es chiste, ni motivo de orgullo para la prensa ecuatoriana que sus públicos ensamblen tres hechos noticiosos en un satírico mensaje de forma indiscriminada, aunque sea por broma. No, ciertamente. Porque de niños nos enseñaron que aquello que publican los diarios son verdades indiscutibles y, que por indiscutibles, los diarios son creíbles. Porque en la universidad aprendimos que la prensa informa, educa y entretiene, objetivamente. Porque la prensa es el cuarto poder del Estado y esto no es una metáfora, sino la más alarmante realidad. Porque todos los días y todos los días los diarios publicaban porquerías, como dice Piero. Porque la vida, para tranquilidad de muchos, no empieza ni termina en las mesas de redacción de los medios mercantilistas. Porque lo que vale no se compra con dinero. Ni las grandes causas pueden ser motivo de permanentes campañas de marketing político-mediático, porque el ser humano también actúa por convicción y desinteresada generosidad. Porque es sospechoso -por decir lo menos –que todos los medios coincidan en tratar a sus públicos como borregos, cuando no lo somos. Porque el linchamiento mediático -pese a la rabieta de los académicos de la lengua- no es puro simbolismo. Porque cuando la gente critica a la prensa está hablando en serio, y cuando la prensa critica al gobierno, se pone más seria aun. 

Por eso es tragicómico que nuestro amigo del Facebook sintetice e ironice la saturación mediática en un país donde, para bien de la verdad, el Chucho Guevara nunca anduvo borracho en el Yasuní.

1 comentario:

  1. Muy bueno tus comentarios, espero con la misma crítica analices las noticias "públicas" que a mi punto de vista son de espacio netamente gubernamental y su trabajo de informar se ha transformado en una campaña continua, como ves no hay mundo perfecto.

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