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miércoles, 4 de septiembre de 2013

SI SE CALLA EL CANTOR…


Foto Cotopaxinoticias
Por Leonardo Parrini

Si se calla el cantor calla la vida, dice un clásico verso del poeta argentino Horacio Guaraní. Debe el canto ser luz, allí donde existen tinieblas, dudas, opresiones; en alusión a que siempre deben existir voces disidentes en la sociedad, voces que se alcen para señalar las injusticias, los desvaríos y excesos del poder.

El cantor Jaime Guevara, en voz alta, ha venido cantando lo suyo desde hace más de tres décadas contra las injusticias cometidas dentro y fuera de su patria. Así solidarizó con el pueblo chileno en épocas en que Pinochet daba un baño de sangre al país de la estrella solitaria. Solidarizó con Pedro Restrepo, cuando bajo el gobierno de León Febres Cordero se cometió el crimen de Estado contra sus hijos Pedro Andrés y Carlos Santiago, luego de hacerlos desaparecer y asesinar en manos de la Policía. Solidarizó contra el crimen de la profesora Consuelo Benavides, cometido en el mismo régimen. Y se sumó con su talento de cantor popular a todos los eventos solidarios con los oprimidos, los excluidos y las víctimas de los excesos del poder del continente latinoamericano. Ese, y no otro, es Jaime Guevara.

El Presidente Correa ha escrito en su cuenta de Twitter que “cómo saber que el malcriado tenía problemas neurológicos”. Todos sabemos, quienes conocemos a Jaime Guevara desde hace tres décadas, que padece de una epilepsia crónica, que lo hace convulsionar en pleno escenario, y que es abstemio radical y vegetariano.

Que no signifique callar al cantor, y con él, a las voces disidentes con los asuntos aún pendientes de un proceso definido incluyente y democrático. Que no signifique criminalizar la protesta ciudadana o la disconformidad popular en el Ecuador y el continente. Que no signifique que los gestos reñidos con las costumbres de urbanidad reemplacen a los argumentos políticos o a los versos de protesta. Que no signifique que ahora los que están por no explotar los recursos del Yasuní tengan la razón a río revuelto. Que no signifique perder de vista al enemigo principal de las causas justas del pueblo ecuatoriano.  

Ecuador ama la vida, y si se calla el cantor calla la vida. ¿Cómo entender entonces que se haya producido tan lamentable altercado entre Correa y Guevara? El uno empeñado en hacer de su país un territorio más justo y solidario; el otro, empeñado en lo mismo, pero por otros medios. Así, deben estar frotándose las manos los oportunistas de siempre a la espera, precisamente, de que se cometan errores al interior de las fuerzas políticas que luchan por el cambio social. ¿No han coincidido en más de una ocasión, en la misma barricada, Correa y Guevara?  Estarán frotándose las manos los lanza piedras, los lanza insultos, los que prefieren las dictaduras a los gobiernos incruentos, los que amparados en intereses transnacionales aúpan a los movimientos opositores al aprovechamiento de los recursos del Yasuní.

Guevara siempre le ha hecho dedo al poder, siempre lo provocó al borde del arresto; y de hecho, fue arrestado en varias ocasiones por los aparatos represivos de gobiernos muy distintos al actual. Guevara es un anarquista que no reconoce otras formas de poder, gobierno o Estado, que no provengan de las entrañas del pueblo. Y con esa pasión anarca, con ese desprecio por toda forma de poder omnímodo es que, una vez más, hizo dedo al poder; pero, esta vez equivocado, no distinguió entre un gobierno popular de aquellos que lo arrastraron desde los escenarios donde cantaba su protesta para llevarlo a las mazmorras de la policía. Innecesario error es provocar de esa manera al poder de un gobierno radicalmente opuesto a los anteriores.

Y el poder esta vez respondió con otro error, aun cuando fuera en defensa del honor de su representante, el Presidente de la República. Rafael Correa ha reconocido que “hay un informe equivocado”, en lo relacionado a la versión de que el cantor habría estado bajo los efectos del alcohol el día del incidente. "Provocan hasta que uno comete un error y se legitima. Vamos a corregir esa información el próximo sábado, pero no vamos a pedir disculpas”, dijo el Presidente.

Que no calle el cantor, porque el silencio cobarde apaña la maldad que oprime, dice Horacio Guaraní. Cuando este tiempo de maldad posmoderna aún no concluye, si se calla el cantor, muere de espanto, la esperanza, la luz y la alegría. Grave sería, entonces, si se calla el cantor contra toda injusticia que provenga, tanto de la izquierda obsecuente, como de la derecha prepotente. Cómo no lamentar, entonces, el incidente del Presidente, si se calla el cantor, cuando con él calla la vida.

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