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jueves, 26 de noviembre de 2015

EL "DEMONIO" ES OTRO

Por Edgar Allan García

Ahora que el mundo mira por encima del hombro a los musulmanes y la mayoría de "occidentales" están convencidos de que estos son una plaga sobre la tierra, hay que recordar, con el fraile dominico y teólogo de la liberación Frei Betto, que "Las mayores atrocidades de la historia -como la Inquisición, el colonialismo, la esclavitud, el nazismo y las dos guerras mundiales- fueron cometidas por naciones que se consideran predominantemente cristianas." El Teólogo brasileño agrega: "¡Cuántos cristianos se llenan la boca -y a veces también el bolsillo- con el nombre de Dios! ¡Y tienen el corazón repleto de ira, de odio, de venganza y de prejuicios!  ¡Cuántos explotan la buena fe del rebaño de fieles para extorsionar, corromper y multiplicar sus negocios, y llegan incluso a prometer el infierno a quien los denuncie!". Palabras sin duda necesarias las de Frei Betto para no caer en la sicosis colectiva de estos tiempos.

Cuando conocí Túnez, en un viaje literario que hice desde Madrid hace más de 3 años, me sorprendió el hecho de que en los países musulmanes no se consume alcohol, lo que ha quitado un factor de enorme perturbación a las relaciones sociales e intrafamiliares, como en "occidente". Lo segundo que me llamó la atención fue que en las reuniones literarias estuvieron varias mujeres con el velo sobre el rostro y, cuando les pregunté sobre el particular, estas me explicaron que no solo que ellas estaban de acuerdo  con llevar el velo sino que luchaban por mantener dicha costumbre, lo que me reveló hasta qué punto los "occidentales" solemos meternos en lo que no nos incumbe con el propósito de imponer nuestra particular noción de justicia. También me conmovió la hermandad de los musulmanes entre sí, capaces muchos de ellos de abandonar sus casas y refugiarse en las de sus padres, para dejar lugar a los migrantes de otros países que llegaban huyendo de zonas en conflicto, algo que resulta prácticamente imposible en el mundo "cristiano". 

Hoy en día se habla mucho de la rivalidad entre sunitas y chiitas, como si se tratara de un fratricidio irreconciliable, pero la verdad es que entre ellos ha existido convivencia pacífica durante siglos, al punto de que hay muchos matrimonios mixtos, religiosamente hablando. Durante la fiesta religiosa del cordero -que recuerda aquel pasaje bíblico, y del Corán, en el que la mano de Abraham (Ibrahim) es detenida en el aire por Dios para que no mate a su primogénito y, en su lugar, sacrifique un cordero- las familias vienen desde muy lejos, atravesando muchas veces el mundo, para sacrificar el cordero ritual. Lo curioso es que la mejor parte del cordero no es para la familia que lo sacrifica sino que esta se echa a las calles para entregarla, con grandes gestos de hermandad, a los más pobres del barrio o del pueblo, sin que importe sin son sunitas, chiitas, alawitas, drusos, o de otra religión, porque hay que saber que entre los "árabes" no solo hay musulmanes, sino también cristianos, en incluso practicantes de la religión judaica.

No es entonces la rivalidad entre sunitas y chiitas el verdadero origen de los enfrentamientos, sino siniestros  intereses políticos: Arabia Saudita, aliada incondional de los Estados Unidos, al igual que los reinos de Katar y Kuwait, han armado y financiado a los grupos sunitas con el objetivo -no negado- de golpear al país con el mayor número de chiitas en el Medio Oriente: Irán; provocando de paso la caida de un régimen chiita con mayoría de población sunita, como es el caso de Siria, con el  fin de tener supremacía sobre la convulsionada región, lo que, por supuesto, favorecería los intereses de "Occidente". Por eso, detrás de esta jugada, soplando los vientos de guerra, se encuentran los Estados Unidos y otros países "occidentales", en especial Francia e Inglaterra, dedicados a financiar, armar y colaborar logísticamente con los que ellos han denominado como la "oposición" al régimen sirio, pero que en realidad se trata del "estado islámico" que ahora dicen combatir.

A estas alturas no se sabe si, como decía un amigo, las pirañas le han mordido la mano a quien las alimentaba, o si, por el contrario, "el atentado de París" no es más que un bien estudiado plan -semejante al de las "Torres Gemelas"- para que la Otan entre con más bríos -y con un gran pretexto- a reconquistar un territorio en el que Rusia -en solo unas semanas- se ha enseñoreado, y en el que China ha hecho su aparición, como aliada de Rusia. Es por esto que muchos analistas han dicho que estamos en plena III Guerra Mundial: de este enfrentamiento, sobre territorio sirio, saldrá un nuevo orden mundial, acaso multipolar, lo que, de nuevo, podríamos llegar a una etapa de Guerra Fría... en la que habrá que tomar partido.

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