GRANDES TEMAS - GRANDES HISTORIAS

E c u a d o r - S u d a m é r i c a

lunes, 13 de abril de 2015

EDUARDO GALEANO, MEMORIA DE FUEGO


Por Leonardo Parrini

Éramos locos e irresponsables, con esa cordura y valentía que confiere a la juventud la convicción de las causas justas. Era el invierno del setenta y uno y Santiago de Chile lucía gris, como el continente latinoamericano con sus arterias desangrándose. Eduardo Galeno, con voz en alto para exigir justicia, esgrimía rotundos argumentos por la dignidad continental. Las Venas abiertas de América Latina, escribió Galeano con el puño cerrado y la convicción poderosa de que la justicia tarda, pero llega.  

Canto en prosa, oración por nuestro futuro regional. Historia de la América morena, global y ensombrecida. Relato de la colonización europea de los siglos XVI y XIX -inglesa y luego norteamericana-, crónica del oprobio, denuncia en alta voz. Poderosa cimiente sobre la cual engendrar nuevas esperanzas, Las Venas Abiertas de América Latina, premio Casa de las Américas, fue el imperecedero legado de Eduardo Galeano que hoy nos deja más solos en el mundo. 

Esos días aciagos de los años setenta, plenos de energía transformadora en tierras polarizadas por enfrentamientos sociales y políticos, quedaron plasmados a fuego lento en la obra de Galeano. Periodista y editor en la Universidad de la República, en Montevideo, tardó cuatro años en investigar y recolectar la información necesaria para escribir, en noventa noches de arduo trabajo, el clásico de la literatura social latinoamericana. A pocos meses de publicado, Galeano se ve forzado al exilio ante la dictadura militar que se apoderó del país charrúa. Galeano, al calor de los años, nunca desdijo sus afirmaciones plasmadas en el libro, ya que “no se arrepiente en nada de lo que escribió”.

No obstante, confesó una vez que Las Venas abiertas de América Latina es “pesadísimo, como la prosa de la izquierda”, y que fue escrito “sin conocer debidamente sobre economía y política”. El libro fue bastante popular en la región después de su publicación, convirtiéndose en uno de los iconos de la literatura política del continente. Ediciones posteriores a 1997 llevan un prólogo de la chilena Isabel Allende. León Gieco menciona, en 1992, a Galeano en su popular canción Los Salieris de Charly, del disco Mensajes del alma y en el video de la canción. El grupo Los Fabulosos Cadillacs graban un álbum con el nombre del libro donde aparecen pensamientos de Eduardo Galeano con su voz.

Posteriormente, entre 1982 y 1986, Eduardo Galeano escribe su célebre Memoria del Fuego, trilogía compuesta por los títulos Los nacimientos, Las caras y las máscaras y El siglo del viento. El texto es un fecundo y hermoso relato que narra la historia de America Latina, desde la creación del mundo hasta nuestros días. Junto a su obra literaria y periodística, este volumen es un señero impostergable para comprender la realidad social y cultural de nuestro continente. Frente a la presencia ausente de Eduardo Galeano, provocada por la muerte ante un cáncer pulmonar esta mañana, nos queda el estupor por la pérdida de un intelectual a carta cabal. Un luchador imprescindible por la justicia y la dignidad de América Latina. Un pensador lúcido como pocos, consecuente hasta el fin de sus días: Quien no se hace el vivo va muerto. Estás obligado a ser jodedor o jodido, mentidor o mentido. Tiempo del qué me importa, el qué le vas a hacer, el no te metás, el sálvese quien pueda. Tiempo de los tramposos: la producción no rinde, la creación no sirve, el trabajo no vale. En el Río de la Plata, llamamos bobo al corazón. Y no porque se enamora: lo llamamos bobo por lo mucho que trabaja...

No hay comentarios:

Publicar un comentario