Por Leonardo
Parrini
El humor, decía
Freud, es un vehículo donde transportar nuestros demonios del inconsciente a la
conciencia; en otras palabras, una forma de identificar y exteriorizar nuestros traumas,
atavismos, ansiedades u obsesiones. La sublimación de un acto fallido que
permite que ciertas representaciones se vuelvan evidentes. El chiste, como energia liberadora, puede ser motivo de placer al satisfacer la
tendencia natural hacia la hostilidad y la obscenidad. O, incluso, puede volverse abiertamente un acto hostil o “pretexto más común de acoso o
violencia verbal”.
De estos
elementos se valen ciertos programas de televisión que haciendo uso del chiste,
de la parodia o del sketch, y amparados en el poder de la comunicación
mediática, se burlan de personas, etnias y tendencias utilizando estereotipos
que supuestamente puedan causar hilaridad.
Los estereotipos suelen ser raciales, sexuales, regionales y nacionales:
chiste de judíos, gallegos, pastusos, homosexuales, etc.
Uno de los
estereotipos recurrentes del humor farandulero es apelar al escarnio de la homosexualidad,
representada por seres lascivos inmersos en relaciones erotizadas con los
sujetos del entorno. Se caricaturiza su impronta de femineidad masculinizada o masculinidad
feminizada para provocar una suerte de reduccionismo ridiculizante que
comprime la conducta del personaje a una sola vertiente: dualidad
conductual, ambigüedad sexual presentada de manera grotesca.
En reciente
resolución la Superintendencia de la Información y Comunicación (Supercom) sancionó
al canal Teleamazonas por la transmisión de un capítulo de la serie ‘La Pareja
Feliz’, que consideró de contenido discriminatorio. La discriminación ejercida,
presuntamente, sobre el colectivo de homosexuales ha generado la reacción de ese
sector de la población. La sanción se produce luego de la denuncia presentada
por la Asociación Silueta X, en relación al contenido del capítulo transmitido
el 2 de enero de 2014. Según determinó la Supercom, el
citado episodio infringe el artículo 62 de la Ley de Comunicación. En la
resolución se establece “una disculpa pública a la colectividad de diversa
orientación sexual, dentro de las 72 horas, contadas a partir de la
notificación de la resolución”. Para los denunciantes el fallo “es un precedente legal muy
importante dentro del país (...) No ha sido fácil; sin embargo, esto nos alienta
y nos da la oportunidad de hacer y ejercer la participación ciudadana en una
forma mucho más abierta y segura”, según manifiesta Diane Rodríguez. En el
alegato ante la Supercom, José Ortiz y Pablo Ortiz, defensores de Teleamazonas,
mencionaron que “el Estado no puede calificar el contenido en la comunicación
artística y señalaron que el informe del Cordicom se basa en teorías y
especulaciones, por lo cual solicitaron que la denuncia sea desechada”.
Si bien la resolución de la Supercom sienta
un precedente, el caso no sería el único en la televisión ecuatoriana. En
segmentos de la parrilla de programación se evidencia espacios, no sólo
de violencia contra el homosexual, sino que hay programas que hacen gala de
violencia machista contra la mujer representada como ama de casa sojuzgada y
sometida a los designios del marido supermacho, esquema argumental presuntamente usado por programas de sketch
como el sancionado por la Supercom.
Discriminación y violencia
Un sondeo de la Superintendencia de
Comunicación (Supercom) determinó que existen otros canales que incurren en
actitud discriminatoria en sus contenidos. Gama-TV fue el medio televisivo que
emitió más contenidos que pueden ser considerados discriminatorios, frente a
otros 10 canales a escala nacional, según el informe de
Supercom. La información de prensa relacionada con el Segundo avance de la
línea de base sobre el cumplimiento de la Ley Orgánica de Comunicación, que
realizó la entidad en agosto de este año, señala que de 36 expresiones encontradas
en los 11 medios con contenido discriminatorio, 14
corresponden al canal incautado por el Estado. La estadística demuestra que en
el período analizado por la Supercom, los medios televisivos mantuvieron un 88%
de contenidos sin expresiones discriminatorias y con 12% con elementos
discriminatorios. El escaneo se lo realizó a 31 medios, entre ellos 9 canales de
televisión, 12 estaciones de radio y 10 medios impresos.
En el fondo de esta realidad
persiste la discusión relativa a que si el Estado puede controlar los
contenidos de ficción de los espacios audiovisuales o, por el contrario, es una
forma de censura y atentado a la libertad de expresión. A esta categoría habrá
que anteponer el derecho de la ciudadanía a recibir un producto de calidad, no
discriminatorio o violento contra diversos sectores de la población o con la
intención de denigrar o vulnerar a un grupo en particular. Existe una
noción para entender con inteligencia el humor: hay una creatividad sutil,
liberadora y que recrea con acierto la realidad y la fantasía; pero hay también una fantasía desprovista de imaginación y que
es basura pura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario