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jueves, 9 de octubre de 2014

¿TELEVISIÓN INFELIZ?

Por Leonardo Parrini

El humor, decía Freud, es un vehículo donde transportar nuestros demonios del inconsciente a la conciencia; en otras palabras, una forma de identificar y exteriorizar nuestros traumas, atavismos, ansiedades u obsesiones. La sublimación de un acto fallido que permite que ciertas representaciones se vuelvan evidentes. El chiste, como energia liberadora, puede ser motivo de placer al satisfacer la tendencia natural hacia la hostilidad y la obscenidad. O, incluso, puede volverse abiertamente un acto hostil o “pretexto más común de acoso o violencia verbal”.

De estos elementos se valen ciertos programas de televisión que haciendo uso del chiste, de la parodia o del sketch, y amparados en el poder de la comunicación mediática, se burlan de personas, etnias y tendencias utilizando estereotipos que supuestamente puedan causar hilaridad. Los estereotipos suelen ser raciales, sexuales, regionales y nacionales: chiste de judíos, gallegos, pastusos, homosexuales, etc.

Uno de los estereotipos recurrentes del humor farandulero es apelar al escarnio de la homosexualidad, representada por seres lascivos inmersos en relaciones erotizadas con los sujetos del entorno. Se caricaturiza su impronta de femineidad masculinizada o masculinidad feminizada para provocar una suerte de reduccionismo ridiculizante que comprime la conducta del personaje a una sola vertiente: dualidad conductual, ambigüedad sexual presentada de manera grotesca.

En reciente resolución la Superintendencia de la Información y Comunicación (Supercom) sancionó al canal Teleamazonas por la transmisión de un capítulo de la serie ‘La Pareja Feliz’, que consideró de contenido discriminatorio. La discriminación ejercida, presuntamente, sobre el colectivo de homosexuales ha generado la reacción de ese sector de la población. La sanción se produce luego de la denuncia presentada por la Asociación Silueta X, en relación al contenido del capítulo transmitido el 2 de enero de 2014. Según determinó la Supercom, el citado episodio infringe el artículo 62 de la Ley de Comunicación. En la resolución se establece “una disculpa pública a la colectividad de diversa orientación sexual, dentro de las 72 horas, contadas a partir de la notificación de la resolución”. Para los denunciantes el fallo “es un precedente legal muy importante dentro del país (...) No ha sido fácil; sin embargo, esto nos alienta y nos da la oportunidad de hacer y ejercer la participación ciudadana en una forma mucho más abierta y segura”, según manifiesta Diane Rodríguez. En el alegato ante la Supercom, José Ortiz y Pablo Ortiz, defensores de Teleamazonas, mencionaron que “el Estado no puede calificar el contenido en la comunicación artística y señalaron que el informe del Cordicom se basa en teorías y especulaciones, por lo cual solicitaron que la denuncia sea desechada”.

Si bien la resolución de la Supercom sienta un precedente, el caso no sería el único en la televisión ecuatoriana. En segmentos de la parrilla de programación se evidencia espacios, no sólo de violencia contra el homosexual, sino que hay programas que hacen gala de violencia machista contra la mujer representada como ama de casa sojuzgada y sometida a los designios del marido supermacho, esquema argumental presuntamente usado por programas de sketch como el sancionado por la Supercom.

Discriminación y violencia

Un sondeo de la Superintendencia de Comunicación (Supercom) determinó que existen otros canales que incurren en actitud discriminatoria en sus contenidos. Gama-TV fue el medio televisivo que emitió más contenidos que pueden ser considerados discriminatorios, frente a otros 10 canales a escala nacional, según el informe de Supercom. La información de prensa relacionada con el Segundo avance de la línea de base sobre el cumplimiento de la Ley Orgánica de Comunicación, que realizó la entidad en agosto de este año, señala que de 36 expresiones encontradas en los 11 medios con contenido discriminatorio, 14 corresponden al canal incautado por el Estado. La estadística demuestra que en el período analizado por la Supercom, los medios televisivos mantuvieron un 88% de contenidos sin expresiones discriminatorias y con 12% con elementos discriminatorios. El escaneo se lo realizó a 31 medios, entre ellos 9 canales de televisión, 12 estaciones de radio y 10 medios impresos. 

En el fondo de esta realidad persiste la discusión relativa a que si el Estado puede controlar los contenidos de ficción de los espacios audiovisuales o, por el contrario, es una forma de censura y atentado a la libertad de expresión. A esta categoría habrá que anteponer el derecho de la ciudadanía a recibir un producto de calidad, no discriminatorio o violento contra diversos sectores de la población o con la intención de denigrar o vulnerar a un grupo en particular. Existe una noción para entender con inteligencia el humor: hay una creatividad sutil, liberadora y que recrea con acierto la realidad y la fantasía; pero hay también una fantasía desprovista de imaginación y que es basura pura.

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