Por Leonardo Parrini
“La verdadera riqueza de Yasuní
no descansa bajo tierra ni en forma de minerales dorados, sino en su
extraordinaria y única biodiversidad y en los pueblos indígenas que han elegido
vivir en aislamiento, resguardados en la espesura de la selva…”
Bajo este principio, la
iniciativa del gobierno ecuatoriano de renunciar a la explotación de reservas
petroleras existente en la bio reserva del Parque Nacional Yasuní en la
Amazonía del Ecuador, recibió el impulso del músico británico Sting. El célebre
cantante de rock ha decidido realizar conciertos en el Ecuador en apoyo del
proyecto Yasuní-ITT-Ishpingo-Tambococha-Tiputini por la importancia
que representa para la comunidad internacional la conservación de esta bio
reserva amazónica.
Sting es famoso por su
compromiso político adquirido en defensa de los derechos humanos. En la década
de los años setenta compuso un álbum con una serie donde destaca el tema Ellas bailan solas (They dance alone),
en homenaje a las viudas de los hombres asesinados por la dictadura de Pinochet
en Chile, luego del golpe militar que derrocó a Salvador Allende el 11 de
septiembre de 1973. Sting exhibe una amplia trayectoria en la ejecución de
musica rock como uno de los más acreditados exponentes británicos de ese género
musical. Esta vez encuentra una nueva causa en Ecuador, país que visitará el próximo
año junto a su esposa Tride Styler para unir su voz a la conservación del
Yasuní.
Yasuní paraíso biodiverso del planeta
El Yasuní fue declarado por la UNESCO en 1989 Bio-Reserva y
Herencia, como uno de los lugares más biodiversos del mundo y habitat de
la mayor variedad genéticas de animales y plantas del planeta. El parque abarca
cerca de un millón de hectáreas de selva tropical virgen en la provincia ecuatoriana
de Francisco de Orellana. Científicos presumen que ese territorio no se congeló
durante la era del hielo, hace dos millones de años, convirtiéndose en refugio
de fauna y flora con especies endémicas
que sólo se encuentran en la exuberante selva amazónica.
La región de Yasuní ha sido el hogar
de aborígenes Waorani durante siglos, compartida con indígenas Tagaeri y
Taromenane que en 1968 rechazaron la colonización y se refugiaron en lo
profundo del bosque selvático para vivir en aislamiento, no contactados, en sus
tierras ancestrales situadas entre los ríos Curaray y Napo. El Ecuador
se ha comprometido a no explotar tres bloques petroleros ubicados en el parque Yasuní,
beneficiado por un fideicomiso que administra el Programa para el Desarrollo de
la ONU.
A cambio de dejar bajo tierra
846 millones de barriles de petróleo -quinta parte de la reserva total del
Ecuador- el país recibiría 3.600 millones de dólares hasta el año 2023. Por lo
pronto, sólo se han logrado recabar 200 millones con aportes de la comunidad
internacional. Países como Francia, Japón, Canadá y Alemania han ofrecido realizar
canje de la deuda que mantiene con ellos Ecuador, mientras China, Korea del Sur
y Luxemburgo han comprometido su contribución económica como apoyo al proyecto
Yasuní-ITT
Defensa de la
naturaleza humana
El proyecto Yasuní-ITT recibe el impulso de Sting,
precisamente, días antes de iniciarse la XI ronda que licitará bloques
petroleros en el sur oriente del Ecuador. Aunque en aparente contradicción con
la causa conservacionista, la decisión gubernamental ecuatoriana de explotar
sus reservas hidrocarburíferas existentes en la zona suroriental del país, implica
reforzar la política pública del régimen en el manejo de sus riquezas naturales
“en beneficio de la región amazónica y de todos los ecuatorianos”.
El presidente Rafael Correa ha prometido “vencer la
pobreza existente en la Amazonia ecuatoriana con recursos provenientes de la
explotación de reservas no renovables” como el petróleo, en una región donde el
mandatario no sólo ve culturas ancestrales y bio diversidad, sino la más
deprimente miseria que afecta a miles de seres humanos en una zona que
representa la mitad del territorio nacional.
Cuando la guitarra de Sting emita sus primeros acordes
por el Yasuní y el legendario músico británico proclame su apoyo a la vida
natural y biodiversa en esa reserva amazónica, el Ecuador habrá dado un paso
coherente y trascendental en la defensa de la naturaleza y por lo más
importante dentro de ella, el ser humano.
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