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miércoles, 7 de noviembre de 2012

LAS RE-ELECCIONES PRESIDENCIALES


Foto eldiario.com
Por Leonardo Parrini

Aquí va a pasar lo mismo, me dijo una estudiante de periodismo en referencia a la reelección presidencial estadounidense. Pura intuición, -me dije- y le pregunté si es bueno o es malo que aquí en el Ecuador de la revolución ciudadana vaya a pasar lo mismo que en EE.UU. Se quedó un instante pensando y respondió con toda seguridad: es bueno porque quiere decir que no estamos improvisando las cosas en el país.

La reelección en EEUU

La reelección de Barack Obama, significa en el sentido gringo del término, dar una nueva chance al presidente. ¿Para qué? Para consolidar planes de gobierno y políticas que requieren de mayor plazo para obtener resultados. Por ejemplo, superar la crisis económica que cimbró los cimientos del sistema financiero con igual riesgo que un huracán.

Obama tiene el reto de reducir el desempleo, sacar de la incertidumbre a más de 43 millones de desocupados, aumentar la confianza en los sistemas de seguridad nacional, mejorar las políticas medioambientales y confirmar que la política exterior norteamericana no es un asunto de agentes secretos, sino de una actitud solidaria, menos invasiva y guerrerista, que dé lugar a la cooperación y fomento económico y social con aquellas regiones más deprimidas del planeta, si pretende mantener su influencia mundial. 

Deberá Obama escuchar con mas atención a los inmigrantes provenientes de países latinoamericanos, aliados naturales de EE.UU. en la búsqueda de mejores condiciones de vida. En este sentido, Correa ha deseado éxitos a Obama.

La reelección en Ecuador

En Ecuador podría pasar lo mismo. El país puede dar una nueva chance al presidente Correa para consolidar su proyecto político y dar golpes de timón, señalando en la brújula para dónde navegamos capitán. Al mismo tiempo, oportunidad de profundizar una organicidad política que garantice que el proyecto no depende sólo de la figura del presidente. También deberá profundizar el ideario del régimen, refrescándolo con nuevas utopías posibles. Y acaso lo más importante: efectivizar una real participación ciudadana en los planes políticos, sociales y económicos del gobierno.

La historia enseña cómo los países que han dado una básica continuidad a su gestión gubernamental, son los que obtienen mejores resultados en asuntos claves de política interna y externa. El arte de la política actual consiste en dar proyección al poder con crecimiento económico, profundización de la democracia representativa, mejoramiento del sistema productivo, generación de empleo, conquista de nuevos mercados y una ascendiente internacional coherente.

En ese sentido, en el Ecuador de hoy urge optimizar la gestión de política pública con la democratización de los beneficios petroleros en planes y proyectos de desarrollo nacional y regional. Dar pasos en firme hacia una revolución educativa y cultural que suponga la creación de nuevos paradigmas de desarrollo y acceso tecnológico. Iniciar una revolución cultural que remueva los cimientos de viejas concepciones excluyentes o maniqueista de las identidades culturales del país, avanzando en una visión universal de la cultura, desde nuestra particularidad latino andino americana.

La reelección presidencial debe ser vista como una opción de cambio. Un gobierno reelegido, inteligentemente debe renovarse y corregir errores, aprovechando la segunda oportunidad concedida por el pueblo. La reelección presidencial puede ser vista como la confirmación a un sistema de gobierno, a condición de que sepa cambiar lo que urge mejorar con flexibilidad y vocación de futuro. Si va a pasar lo mismo en Ecuador que en los EE.UU, como intuye la estudiante de periodismo, que la re-elección presidencial no sea, en el peor de los casos, el último día de continuismo y el primero de lo mismo.

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