Asamblea ciudadana Sucúa -Morona Santiago. Fotografía Leonardo Parrini
Por Leonardo Parrini
La palabra consulta tiene como
sinónimo el término oráculo de evidente estirpe ancestral que, en cualquiera de
sus acepciones, adquiere sentido de vox populi o voz y voluntad del pueblo. Tu
palabra vale, ha dicho el Estado a las comunidades, nacionalidades y pueblos
amazónicos como idea fuerza de la consulta previa a la Ronda Suroriente Ecuador
y esta revalorización de la oralidad testimonial tiene el destello de un gesto
político que robustece la democracia participativa.
La indagación del vox populi
amazónico es inédita, ya que por vez primera el Estado pregunta al pueblo previamente
su criterio acerca de una ronda de licitación petrolera cuya respuesta,
afirmativa o negativa, sirve para reorientar las decisiones de la política
pública en procesos licitatorios, desarrollo de proyectos de impacto social y
construcción de infraestructura.
En otras palabras, la consulta
previa está interesada en la respuesta de la ciudadanía como un
derecho amparado en la Constitución y un ejercicio de participación colectiva
que le sienta bien a la democracia porque la nutre de sentido y voluntad popular.
Este ejercicio de democracia real
se ve fortalecido por las propuestas que ya se escuchan en las audiencias públicas.
Tanto en sitios apartados como próximos de la Amazonía, moradores de toda
condición piden mayor participación e información y proponen ejecutar obras en
beneficio directo de su comunidad. Esa valiosa respuesta refuerza el
conocimiento que ya se tiene de las zonas de influencia, proporcionado por un estudio
de impacto ambiental realizado en las provincias de
Pastaza, Morona Santiago y parte de Napo y Orellana.
La consulta previa es una
decisión tomada por el Gobierno, según algunos, en un momento y en el lugar
menos indicado. Geográficamente situada en bastiones opositores al régimen, con
presencia de actores políticos vinculados a Pachacutec y PSP, así como a
fundaciones financiadas por ONGs internacionales con diversos intereses en
juego. ¿Cuáles pueden ser las
motivaciones de fondo que tiene el Gobierno para realizar una consulta previa
sobre un tema polémico como la explotación petrolera en zonas ecológicamente
sensibles, territorio políticamente adverso y a pocos meses de una elección
presidencial?
Uno. Sin duda, un estilo de
hacer las cosas de un modo distinto que difiere del pasado catastrófico de la extracción
petrolera en la Amazonía que se amparaba en contratos desventajosos para el
Estado, firmados con empresas transnacionales que se llevaban el grueso de las
utilidades, dañaban el ambiente y no reconocían mayores beneficios a las
comunidades indígenas en las zonas de influencia. Ahora se reconoce el derecho
del hombre y la mujer amazónicos a compartir los beneficios del petróleo, a
través del 12% de las utilidades en proyectos de desarrollo y a influir en los
contratos firmados con el Estado.
Dos. Ejecutar la política
pública con la convicción de que las cosas que sucedan cambien las condiciones
sociales y políticas en territorio amazónico. Actuar en una realidad adversa
con decisión de cambio es propio de emprendedores, cualidad que resulta justo
reconocer al actual régimen que no ha escatimado esfuerzos en ejecutar una
contundente obra social y cuidado ambiental con una millonaria inversión
pública en la Amazonia. Dicha inversión tiene ejemplos como: 215 millones de
dólares en Sucumbíos, 77 millones en Orellana, 518 millones en Napo, 220 millones
de dólares en carreteras para Zamora Chinchipe, además del mejoramiento de
infraestructura en salud y educación en Pastaza y Morona Santiago, gestión que
cambió el rostro de postergación a la región amazónica.
Tres. Las autoridades del
sector hidrocarburífero reconocen que la razón de fondo para convocar a la Ronda
Suroriente Ecuador -y su correspondiente consulta previa-, responde a la urgente
necesidad de reponer reservas de petróleo que están a la baja en la región
amazónica norte y centro. La investigación territorial que está en marcha
centra la prioridad de búsqueda de nuevos yacimientos en el suroriente ecuatoriano,
cuya prospección sísmica, luego de adjudicar 21 bloques o parte de ellos en la
XI licitación, corre por cuenta y riesgo de las empresas interesadas. Este modo
de licitar habla de una política petrolera convertida en acto de inteligente responsabilidad
en el manejo de nuestros recursos naturales no renovables que verá sus frutos
en el siguiente gobierno, al cabo de cinco o más años. Y un detalle importante:
la nueva forma de licitar ahora disminuye
el riesgo para la gestión estatal y fortalece la asociación mixta entre Empresa
y Estado bajo la modalidad de un contrato de servicios. Para entrar en la
lógica de comprensión de la consulta previa es preciso creer en la democracia,
confiar en la política pública y concebir el futuro en armonía y desarrollo
nacional como expresión de la voluntad popular. Tres gestos propios también de
hombres y mujeres de buena voluntad.
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