Por Leonardo Parrini
El 11 de septiembre no registra efemérides importantes en la historia.
Excepto aquellas en que la intolerancia y la violencia se convierten en signos
de nuestro tiempo. Perlas históricas brillan en este sentido: El 11 de
septiembre de 1940 se crea en España un tribunal
especial para la represión de la masonería y el comunismo. El 11 de septiembre
de 2003, el Gobierno de Israel resuelve que Yasser Arafat debe ser deportado o
eliminado.
Martes 11 de septiembre de 1973, Santiago de
Chile. Las FFAA chilenas derrocan en cruento golpe de Estado al
Presidente Constitucional de Chile, Salvador Allende Gossens, quien muere en
desigual enfrentamiento bélico en su despacho de La Moneda, sede del gobierno cercada
por tanques y bombardeada desde el aire por una flotilla de aviones de
combate.
El golpe de Estado en Chile rompió los paradigmas
de la democracia latinoamericana y marcó un funesto precedente de
violencia e intolerancia. No deja de ser notable que la represión, entendida como
el miedo a las ideas del otro, se desatara en Chile, país que se preciaba de
una estabilidad institucional borrada, a sangre y fuego, por un movimiento militar
de inspiración fascista encabezado por el entonces general Augusto
Pinochet.
Miércoles 11 de septiembre 2001, Nueva York. Un atentado en serie con el
secuestro de cuatro aviones
de pasajeros fue provocado por un grupo de 19 miembros de la red islámica
Yihadista Al-Qaida.
Los secuestradores divididos en cuatro grupos tomaron el control de las naves
luego de reducir a la tripulación. Los dos primeros aviones de los vuelos 11 de
American Airlines y 175 de United Airlines, respectivamente, fueron estrellados contra
las torres gemelas del World Trade Center que se desplomaron por el impacto en las
dos horas siguientes.
Un tercer avión secuestrado, el vuelo 77 de
American Airlines, impactó
contra las instalaciones del Pentágono, en Virginia.
El cuarto avión, del vuelo 93 de United Airlines, no alcanzó ningún objetivo ya que los
pasajeros y tripulantes en el intento de recuperar el control del vuelo
provocaron la caída de la nave en un campo abierto de Shanksville, Pensilvania. El atentado dejó 2.973 personas fallecidas
confirmadas, 24 desaparecidas y 19 secuestradores muertos.
¿Qué nos deja de enseñanza la efeméride de la intolerancia el 11 de
septiembre?
Dos vertientes del ideario europeo, liberalismo y romanticismo,
utilitario el primero y mesiánico el segundo, han marcado la conducta de la
humanidad a partir del modernismo. La historia registra una clamorosa antología
de padecimiento humano en los anales de regímenes inspirados en estas fuentes
ideológicas como innumerables son los signos de intolerancia bajo esos modelos
de gobierno. Emergidos de guerras o revoluciones, dichos sistemas forjaron la idea
de que la democracia imperfecta y la tolerancia relativa son las mejores fórmulas
de gobernabilidad posible.
La efeméride del 11 de septiembre enseña una didáctica del terror en que
el estigma político de la confrontación -léase
Chile 1973, EEUU 2001- es síndrome de debilidad humana e incapacidad de aceptar al otro. Con una historia sombría, el 11 de septiembre es una fecha para guardar
incontables minutos de silencio y reflexionar acerca de qué hemos hecho de
nuestra condición humana. Acaso podamos todavía considerarnos una
especie superior.
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