Por Leonardo Parrini
Salvaguardia. La
palabra tiene aroma de emergencia, de protección ante algún riesgo y, precisamente,
ese es el sentido que el Gobierno ecuatoriano ha dado a esta medida económica adoptada
esta semana: proteger la producción nacional. El difícil entorno que enfrenta
la economía nacional provocada por la caída de los precios del petróleo obligó
a recortar en enero pasado 1.420 millones de dólares al presupuesto del Estado
para 2015, y así enfrentar la disminución de entrada de divisas. La salvaguardia
arancelaria es una media normal aplicada en economía con el propósito de equilibrar
la balanza de pagos, es decir, las cifras entre lo que el país exporta e
importa. La idea es reducir importaciones y estimular la producción nacional de
bienes de consumo y sus eventuales exportaciones a mercados externos.
La salvaguardia
anunciada por el Presidente Rafael Correa gravará a los productos importados de
2.800 subopartidas con tasas entre el 5% y el 45%. Los productos gravados con impuesto
del 5% corresponden a benes de capital y materias primas no esenciales, con un 15%
productos se sensibilidad media para la producción nacional y el 25% a
neumáticos, cerámica, partes de televisores y motocicletas. También
incluye una sobretasa del 45 por ciento para importaciones de consumo final
como televisores y motocicletas.
La medida adoptada por el Gobierno -que tendrá
una duración de 15 meses-, afectará al 32% de importaciones y reemplaza a las
salvaguardias cambiarias vigentes desde el 5 de enero pasado para productos
provenientes de Colombia (21%) y Perú (7%). Productos alimenticios como carne de
res, pollo y cerdo, frutas, verduras y otros alimentos están en la lista de
productos gravados, en alrededor de 385 subpartidas. Quedan
fuera de la medida arancelaria los medicamentos y combustibles, materias primas
y bienes de capital, artículos de higiene personal y uso en el hogar, equipo
médico, repuestos de vehículos, lubricantes e importaciones por correo rápido y
menaje de casa.
Impacto de la salvaguardia
La salvaguardia es una medida necesaria ante la débil estructura productiva nacional
para mantener la dolarización vigente desde el 2000. La medida se
toma cuando disminuyen drásticamente los ingresos por exportaciones y hay que
importar menos, porque no es posible aumentarlas de la noche a la mañana, según
los especialistas. “El impacto de las salvaguardias será mínimo”, señaló el Presidente
Correa, quien reiteró que las mismas “responden
a la depreciación del dólar respecto a las monedas de países vecinos. Ante la
ausencia de moneda nacional tenemos que aplicar medidas para proteger la
producción nacional, compensar la pérdida en valor de exportaciones petroleras
y resguardar la misma dolarización”, indicó.
Es imperativo que la salvaguardia sea bien
comprendida por la ciudadanía, y en especial por los productores y comerciantes,
para evitar acaparamiento de productos y especulación de precios. Los analistas
advierten que anunciar medidas de este tipo es una noticia que motiva la
inmediata acumulación de inventarios (especialmente de bienes de consumo) antes
de la medida, para luego vender a precios altos como si hubiesen pagado los
nuevos aranceles.
En este sentido,
el país debe tener claro que el impacto de la salvaguardia arancelaria es mínimo,
según las autoridades económicas. Analistas recomiendan que “hay que redoblar
el esfuerzo para exportar más lo antes posible y prever unas salvaguardias que
no sean en altos porcentajes, que no impacten demasiado en el nivel de empleo alcanzado,
invirtiendo productivamente con base en el endeudamiento público y facilitando
a las inversiones privadas para salvar el barco en el que vamos todos”.
Ante la salvaguardia
arancelaria el Ecuador enfrenta el estimulante reto de aplicar sus energías a este cometido para
vender más bienes y servicios. Empresas nacionales de cosméticos y de productos de
limpieza creen que la aplicación de salvaguardias puede ser una oportunidad
para producir más o colocar en el mercado nuevos ítems. En Laboratorios Gil,
que fabrica cosméticos se espera que la medida impulse su negocio, tal como
sucedió tras las salvaguardias del 2009. La producción de esta empresa en ese tiempo no llegaba ni a los 15
kilos mensuales de champú, ahora es de cinco a seis toneladas mensuales. En la
línea de químicos nacionales, por ejemplo, antes ocupaban el 10% de las ventas
y ahora el 50%. Laboratorios Mollie, que
provee a Almacenes Mendieta de esmaltes y otros artículos de línea capilar y de
manos, representan el 30% de las ventas y antes era menos, indicó el propietario
del local. Frente a una medida temporal como la salvaguardia
arancelaria, la situación económica del país nos impone, una vez más, esa fórmula
tan ecuatoriana de que ante los desafíos, sí se puede.
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