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lunes, 11 de febrero de 2013

EVANGELIZADORES DEL SRI Y LA LISTA DE GRANDES DEUDORES TRIBUTARIOS


Por  Leonardo Parrini

Desde épocas remotas el recaudador de impuestos ha sido un personaje odiado, inoportuno y moralmente despreciable para moros y cristianos, y también para aquellos que no lo son. Con poca popularidad los recaudadores se disputan el odio personal y el rechazo social a su actividad, desde que las primeras leyes tributarias aparecieron en Egipto, China y Mesopotamia. Sociedades cortesanas de faraones, emperadores y reyes que se valían de funcionarios vistos como gente corrupta  que explotaban al pueblo, para recabar de los súbditos bienes materiales en especies, funciones laborales y riqueza. Un ejemplo de recaudación colectiva es la construcción de la pirámide Keops, en el año 2,500 A. C., cuya obra se terminó en veinte años con participación de 100,000 personas que acarreaban materiales desde Etiopia. 

En la antigua Roma, el César decidía cuánto dinero quería recaudar de los territorios ocupados por el Imperio. Una vez fijada la cantidad vendían la concesión a una persona que pagaba por adelantado el dinero al Imperio, cuyo negocio consistía en recaudar tanto como le fuera posible. Ese era el caso en Jerusalem, donde Cristo conoció a Mateo, el recaudador de impuestos que reclutó entre sus discípulos. Mateo, el cobrador de tributos se convierte en Mateo el evangelista, el hombre que recababa los bienes y la fe a su pueblo.

La lista negra

El Ecuador del siglo XXI tiene su recaudador-evangelizador, a la usanza de Mateo: Carlos Marx Carrasco, Director del Servicio de Rentas Internas, SRI, no usa varas ni lleva barba o túnicas blancas, sino que se vale de sofisticados software, laptops, tablets, iphones y otros gadgets electrónicos, para registrar las contabilidades al dedillo y establecer las listas de deudores morosos.

Recientemente, Carlos Marx C., acompañado de su propio séquito de discípulos-tributarios, presentó a la prensa los nombres de los cien grupos económicos que más dinero adeudan al Estado por concepto de impuestos. Durante la ceremonia mediática C.M. Carrasco, cual Mateo evangelizador del siglo XXI, dijo muy solemnemente entre un enjambre de cables y micrófonos: "Seis años he pasado en esto que yo mismo llamé evangelización tributaria, y no me arrepiento". De qué se va a arrepentir, si en materia de tributos en tiempos del SRI nadie se escapa; todo dato personal, empresarial e institucional es debidamente comprobado en un cruce informático que a los pinochos tributarios hace crecer la nariz y las multas considerablemente. No obstante el monto de los últimos cinco años por impuestos impagos en el Ecuador asciende a $ 2.500 millones de dólares, según el SRI.

Carlos Marx, el ecuatoriano del siglo XXI -igual que el Carlos Marx alemán del siglo XIX- tiene mucho que ver con el capital y bienes materialistas que deben ser redistribuidos, conforme un sentido de elemental equidad. Pero esa aspiración evangelizadora de Carlos Marx Carrasco todavía está en veremos y hoy se ve obligado a publicar los nombres de aquellos que ponen la nota de desequilibrio en la tributación de la revolución ciudadana. Y el Top Ten que encabeza la lista de los cien mayores deudores al fisco dice: Grupo Andes Petroleum (OCP, YPF Ecuador, Overseas Petroleum y otras empresas,) que adeuda al Estado 813 millones noventa y siete mil seiscientos cuarenta y un dólares con setenta y cuatro centavos. Le siguen en la nómina: Exportadora Bananera Noboa ($ 269 millones), Banco Pichincha ($ 182 millones), Almacenes Juan Eljuri ($ 78 millones), Corporación El Rosado ($ 65 millones), Dinadec ($ 52 millones), Reybanpac ($ 52 millones), Consorcio Nobis ($ 42 millones), Bonanza Fruit Company ($ 34 millones), Unibanco ($ 34 millones). Las deudas, según el SRI, suman 1.900 millones de dólares. 

Los nombres de los macro deudores aparecen en una pantalla gigante emplazada en la sala de prensa para registro de los comunicadores, salvo un pequeño detalle: la cifra de “deuda firme” no es tal, sino apenas de 44 millones de dólares debidamente consignados en la columna de la izquierda, puesto que la cantidad de 1.900 millones ha sido impugnada por los grupos deudores. Por eso es que Carlos Marx Carrasco, antes de que se acabe la rueda de prensa, incita a los morosos a pagar, porque al SRI no se le escapa nadie, ahora que “nuevos vientos soplan por la administración de justicia, al menos la tributaria”. Acto seguido, el recaudador del SRI, -cual Mateo evangelizador-, pide un acto de fe contable a los periodistas: que crean en la veracidad de sus cifras. Los chicos de la prensa graban, filman, anotan, cogen sus equipos y se van. En la mesa de redacción les asalta la primera inquietud: ¿por qué el evangelizador-recaudador del SRI habrá publicado la lista a pocos días de las elecciones, y no antes? Vaya uno a saber, como si fuera vidente: La fe es un acto ciego que hay que seguir, sagradamente, al pie de la letra.

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