Por Leonardo
Parrini
Una joven mujer vestida
con baby doll color fucsia posa de
pie, apoyada en una puerta, y de espaldas a la cámara, mientras mira por sobre
su hombro con gesto insinuante. Sobre un costado derecho de la página, un texto
dice: Empieza bien parado la semana con
tu lunes sexy picante. Claudia Hurtado ¡Tremenda "potra" carajo!”.
La escena corresponde a la portada del vespertino guayaquileño Extra publicada
en la edición del lunes 26 de agosto del 2013. Luego
de una audiencia de sustanciación que se realiza atendiendo denuncias formuladas por
la asambleísta Soledad Buendía, y presentadas ante el Defensor del Pueblo y al
Consejo de Regulación y Desarrollo de la Comunicación, la Supercom resolvió
sancionar al diario Extra con una multa equivalente al 10% de su facturación de
los últimos 3 meses, como parte de una sanción por “reincidencia”.
La sanción incluye el imperativo de dar disculpas
públicas a diario Extra, las que fueron
expresadas en los siguientes términos: “Damos cumplimiento a la Resolución No.
020-2014-DNJRD-INPS dictada por el Superintendente de la Información y
Comunicación, en la que se nos impone la siguiente medida administrativa:
“disculpa pública por el tratamiento sexista y estereotipado que a través de la
sección Lunes Sexy se da a la mujer”. Diario Extra presenta disculpas públicas
a la señorita Claudia Hurtado, modelo colombiana, así como a todas las mujeres
que pudieran sentirse ofendidas por las fotos publicadas el pasado 26 de agosto
de 2013 y por los textos referidos a las mismas. En todo caso, aclaramos
que el propósito de tal publicación ha sido destacar la proverbial belleza de
la mujer latinoamericana y que los calificativos son expresiones tomadas del
argot popular, esto es, piropos que pudieran ser ofensivos a la sensibilidad de
ciertas personas, lo cual lamentamos profundamente”.
¿Y las otras fotografías?
El caso llama la
atención a partir del hecho de que el diario Extra no es la primera vez, ni
será la última, que pública fotos de mujeres ligeras de ropa, aludiendo en sus
titulares a situaciones insinuantes de erotismo. Se diría que es un gancho
imprescindible del vespertino costeño, con el propósito de hacer más atractiva la
edición a sus lectores. Siendo así, llama la atención que sólo se sancione la
publicación de la foto de la modelo colombiana Claudia Hurtado, que no difiere
en sensualidad de las cientos de fotografías publicadas en la sección La chica del Lunes y promovida en la
portada. ¿Qué tiene de censurable esta foto y no las otras?
En una lectura
semiótica de la imagen de la modelo colombiana, diríamos que ésta hace alusión
a una intencionalidad erótica, que no difiere en su sentido de las demás
fotografías de modelos publicadas con anterioridad, o posterior, a la edición
censurada. En todas las imágenes publicadas de modelos de portada existe una
significancia de erotismo, es decir, la fotografía “se limita a mostrar
epidermis con generosidad y a sugerir con mayor o menor picardía”, gesto que
incluye expresiones faciales y acciones corporales explícitas.
Esta
circunstancia se colige a partir del reclamo de la parte denunciante. Posición
fundamentada en términos de que “el diario Extra hace fotografías de mujeres, hombres y
representantes de la comunidad GLBTI. Pero, ¿cuál es el enfoque de esas
fotografías? ¿Hacen relación a características intelectuales de las
personas o más bien dan un enfoque trivial al mostrar atributos físicos, o
cierto tipo de cosas que menoscaban a las personas?”. Alegato
que afirma que “la publicación de la portada incentivaba un gusto morboso por
el cuerpo en desmedro de la intelectualidad”. Si dicho alegato alude a otras “fotografías
de mujeres, hombres y representantes de la comunidad GLBTI”, y que fue tomado
en cuenta para efectuar la Resolución No. 020-2014-DNJRD-INPS dictada por el
Superintendente de la Información y Comunicación ¿por qué sólo se sanciona a la edición del 26
de agosto del 2013? La resolución de la Senacom, si bien se inscribe en los
términos de la Ley de comunicación, dista de ser un fallo exclusivamente
técnico y se convertirse en un acto de censura. Un acto restrictivo de la
libertad de expresión, basado en una visión reduccionista de la sexualidad
humana, a la que se reprime de ante mano, presuntamente, en nombre de la moral y las buenas
costumbres.
Una sociedad que se jacta de protagonizar un
proceso de cambios políticos, económicos y sociales expresión de estrategias
incluyentes, no puede menos que aceptar la diversidad de expresiones
culturales. El Estado que regenta dicha sociedad de cambio y de revolución
ciudadana, está llamado a diseñar políticas públicas encaminadas a educar, y por ese medio, revolucionar las conductas humanas hacia
nuevas posibilidades de expresión y entendimiento cultural. Y de este modo innovar políticas que
adolecen de vacíos conceptuales que son reemplazadas por acciones censoras,
como es el caso de la sexualidad y sus múltiples manifestaciones artísticas,
periodísticas, publicitarias, etc. Cuánta falta hace que el Ministerio de Cultura,
en concomitancia con el de Educación, y los que resulten pertinentes, propenda a crear o fomentar una cultura que incluya
una nueva mirada de la sexualidad, sin falsa moral ni moralinas de escaparate,
dado que el erotismo, expresión de esa sexualidad, corresponde en última instancia
a un tema más cultural que sexual. Sólo así no tendremos que -cada vez que veamos el Extra- pedir disculpas por el trasero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario