Por Leonardo
Parrini
Donde manda
capitana no manda marinero: eso ocurre hoy en Chile. En el país de la
estrella solitaria hoy brillan las mujeres por su presencia estratégica en la
política nacional. A quién quepa dudas bástele mirar los cargos políticos más
importantes en el país que están en manos de mujeres: Michelle Bachelet,
Presidenta de Chile; Isabel Allende Bussi, Presidenta del Senado, y Claudia
Pascal, Ministra del Servicio Nacional de la Mujer, única militante comunista
en el gabinete de Bachelet.
¿Qué tienen en
común estas tres distinguidas damas? Ser hijas de la represión instaurada por
la dictadura militar de Pinochet que azoló a Chile entre 1973 y 1990. Sus
padres murieron luchando en la defensa del Régimen de Salvador Allende,
incluido el propio Presidente mártir. Pero, entre lo que representan, lo más
importante es la presencia de una generación de mujeres que asume cargos claves
para la vida del país austral. Y lo hacen con una clara conciencia de la urgente
necesidad de cambios que apremia a la sociedad chilena, heredera de las
políticas dictatoriales que no han permitido el imperio de la justicia y la
igualdad social.
Gobernar para la igualdad
Las voces de
estas tres mujeres se dejan oír en Chile como una esperanza de que su protagonismo
garantice las transformaciones estructurales que el entramado político, social
y económico de Chile requiere en forma perentoria. La voz campante la tiene la
propia Presidenta Bachelet, quien ha señalado que ahora es tiempo de hacer los
cambios en Chile, el país más desigual del mundo: “Hay sectores que sienten que los cambios tienen
que hacerse de un día para otro. Pero la realidad es que requiere de un proceso
legislativo, asegurar bien el financiamiento. El problema sería que las expectativas estén más dominadas por la
impaciencia o por la desconfianza. Esto no será precipitadamente, pero
sí con un sentido de urgencia”, puntualizó.
El Gobierno entrante se ha comprometido a
implementar de manera urgente 50 medidas iniciales que incluyen temas de salud,
educación, protección social, trabajo, seguridad ciudadana, descentralización,
ciudad territorio y reconstrucción, medio ambiente, cultura, deporte, equidad
de género, pueblos indígenas, agricultura recursos hídricos y pesca y
crecimiento económico. Estas medidas se
resumen en tres aspectos básicos y emergentes en Chile: justicia tributaria,
educación y una nueva Constitución.
El Senado
en manos de una mujer
Por su parte Isabel Allende -hija de Salvador
Allende-, desde su curul como Presidenta del Senado, asume una responsabilidad
por primera vez ejercida por una mujer en Chile, país donde “es
difícil para una mujer ejercer política”. Sin embargo, Allende ha dicho: Tenemos un compromiso y vamos a sacar
adelante los proyectos que están escritos en el programa de Gobierno de
Michelle Bachelet. Si nos pueden acompañar parlamentarios que no forman parte
de nuestra coalición, bienvenidos.
Convencida de
que “hoy en día la desigualdad no genera
cohesión ni gobernabilidad”, Isabel Allende dice que a “la Nueva Mayoría la une un programa de Gobierno, cuya columna
vertebral -educación de calidad y gradualmente gratuita, reforma tributaria y
nueva Constitución- puede cambiar para siempre nuestra sociedad”.
En Gabinete,
una mujer comunista
Claudia Pascal, antropóloga de profesión, hija de migrantes comunistas
españoles que llegaron a Chile huyendo de la dictadura de Francisco Franco, es
una mujer clave en el Gabinete de Bachelet. Pascal asumió la cartera de
Ministra del Servicio Nacional de la Mujer, cargo eminentemente relacionado con
los derechos sociales de las mujeres chilenas: Nos hemos ganado este espacio, señala la secretaria de Estado.
Su mayor desafío
consiste en llevar adelante reformas para despenalizar la interrupción
voluntaria del embarazo en caso de peligro de vida de la madre, inviabilidad
del feto o violación. En Chile no existe el aborto bajo ningún supuesto. Sin
embargo, se realizan cerca de 70.000 intervenciones de manera clandestina. Pascal
ha señalado que “lo que no puede suceder
en Chile es que haya la obligación, en caso de una violación, de mantener el
embarazo, sin contemplar el proceso de vulneración y violencia contra la mujer
que conlleva ese hecho”. Corren buenos tiempos para las mujeres en Chile. Todo
indica que podemos augurar que con la presencia de estas tres madrinas de la
igualdad, en el país de Gabriela Mistral, ahora brille una buena estrella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario