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martes, 18 de marzo de 2014

TRES MUJERES Y UNA ESTRELLA SOLITARIA



Por Leonardo Parrini

Donde manda capitana no manda marinero: eso ocurre hoy en Chile. En el país de la estrella solitaria hoy brillan las mujeres por su presencia estratégica en la política nacional. A quién quepa dudas bástele mirar los cargos políticos más importantes en el país que están en manos de mujeres: Michelle Bachelet, Presidenta de Chile; Isabel Allende Bussi, Presidenta del Senado, y Claudia Pascal, Ministra del Servicio Nacional de la Mujer, única militante comunista en el gabinete de Bachelet.

¿Qué tienen en común estas tres distinguidas damas? Ser hijas de la represión instaurada por la dictadura militar de Pinochet que azoló a Chile entre 1973 y 1990. Sus padres murieron luchando en la defensa del Régimen de Salvador Allende, incluido el propio Presidente mártir. Pero, entre lo que representan, lo más importante es la presencia de una generación de mujeres que asume cargos claves para la vida del país austral. Y lo hacen con una clara conciencia de la urgente necesidad de cambios que apremia a la sociedad chilena, heredera de las políticas dictatoriales que no han permitido el imperio de la justicia y la igualdad social.

Gobernar para la igualdad

Las voces de estas tres mujeres se dejan oír en Chile como una esperanza de que su protagonismo garantice las transformaciones estructurales que el entramado político, social y económico de Chile requiere en forma perentoria. La voz campante la tiene la propia Presidenta Bachelet, quien ha señalado que ahora es tiempo de hacer los cambios en Chile, el país más desigual del mundo: “Hay sectores que sienten que los cambios tienen que hacerse de un día para otro. Pero la realidad es que requiere de un proceso legislativo, asegurar bien el financiamiento. El problema sería que las expectativas estén más dominadas por la impaciencia o por la desconfianza. Esto no será precipitadamente, pero sí con un sentido de urgencia”, puntualizó.

El Gobierno entrante se ha comprometido a implementar de manera urgente 50 medidas iniciales que incluyen temas de salud, educación, protección social, trabajo, seguridad ciudadana, descentralización, ciudad territorio y reconstrucción, medio ambiente, cultura, deporte, equidad de género, pueblos indígenas, agricultura recursos hídricos y pesca y crecimiento económico. Estas  medidas se resumen en tres aspectos básicos y emergentes en Chile: justicia tributaria, educación y una nueva Constitución.

El Senado en manos de una mujer

Por su parte Isabel Allende -hija de Salvador Allende-, desde su curul como Presidenta del Senado, asume una responsabilidad por primera vez ejercida por una mujer en Chile, país  donde “es difícil para una mujer ejercer política”. Sin  embargo, Allende ha dicho: Tenemos un compromiso y vamos a sacar adelante los proyectos que están escritos en el programa de Gobierno de Michelle Bachelet. Si nos pueden acompañar parlamentarios que no forman parte de nuestra coalición, bienvenidos.

Convencida de que “hoy en día la desigualdad no genera cohesión ni gobernabilidad”, Isabel Allende dice que a “la Nueva Mayoría la une un programa de Gobierno, cuya columna vertebral -educación de calidad y gradualmente gratuita, reforma tributaria y nueva Constitución- puede cambiar para siempre nuestra sociedad”.

En Gabinete, una mujer comunista

Claudia Pascal,  antropóloga de profesión, hija de migrantes comunistas españoles que llegaron a Chile huyendo de la dictadura de Francisco Franco, es una mujer clave en el Gabinete de Bachelet. Pascal asumió la cartera de Ministra del Servicio Nacional de la Mujer, cargo eminentemente relacionado con los derechos sociales de las mujeres chilenas: Nos hemos ganado este espacio, señala la secretaria de Estado.

Su mayor desafío consiste en llevar adelante reformas para despenalizar la interrupción voluntaria del embarazo en caso de peligro de vida de la madre, inviabilidad del feto o violación. En Chile no existe el aborto bajo ningún supuesto. Sin embargo, se realizan cerca de 70.000 intervenciones de manera clandestina. Pascal ha señalado que “lo que no puede suceder en Chile es que haya la obligación, en caso de una violación, de mantener el embarazo, sin contemplar el proceso de vulneración y violencia contra la mujer que conlleva ese hecho”. Corren buenos tiempos para las mujeres en Chile. Todo indica que podemos augurar que con la presencia de estas tres madrinas de la igualdad, en el país de Gabriela Mistral, ahora brille una buena estrella.

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