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lunes, 8 de abril de 2013

LA MONARQUÍA IMPOPULAR


Por Leonardo Parrini

Que la popularidad del rey Juan Carlos ha caído como su papada barbiblanca es noticia, pero añeja. La aceptación al rey en las encuestas venía cayendo en picada hace rato en los sondeos sobre la popularidad del monarca y la forma como ejerce su omnímodo poder detrás del poder. El 53% de los españoles encuestados "desaprueban" la forma en que el Rey ejerce sus funciones, contra 42% que "aprueban" la gestión.   

¿La causas? El inventario mediático de la prensa española -que ya no considera intocable a la familia real- está encabezado por escándalos de corrupción, desaguisados del rey que caza elefantes en África mientras funge de representante de fundaciones protectoras de animales, desvío de fondos públicos, tráfico de influencia, entre otras perlas, para colmo en un país que se debate en la peor crisis de su historia.  

Para los analistas de la gestión de la casa real española la investigación “por corrupción contra Iñaki Urdangarin, esposo de la infanta Cristina, sospechoso de haber desviado millones de euros de fondos públicos, y la convocatoria ante la justicia de la propia infanta”, ha acabado de hundir a la monarquía en una crisis sin precedentes. La prensa considera que “es imposible que la Infanta no estuviera al tanto de los negocios de su marido, acusado de beneficiarse del desvío de seis millones de euros (USD 7,7 millones) de fondos públicos a través de una fundación inscrita "sin fines de lucro".

Lo imperdonable para los españoles es que esto suceda en una España sumida en la crisis y que exige sacrificio a sus connacionales, “con los recortes sociales más devastadores en décadas”. En educación pública se han disminuido 10.000 millones de euros (casi USD 13.000 millones) de la asignación estatal. España exhibe cinco millones de desempleados y una tasa de pobreza infantil que rebasa el 27% en un país europeo que se jactaba de su estado de bonanza.

La guinda del pastel se conoció con el “escándalo que vincula directamente al Rey al conocerse 20 años después una herencia que le dejó su padre por unos 2,3 millones de euros (USD 2,9 millones) en Suiza, paraíso fiscal donde también el ex tesorero del gobernante Partido Popular, Luis Bárcenas, acumulaba 38 millones de euros (USD 49 millones) sin declarar”.

Cazador cazado

Este panorama no era conocido sino hasta hace poco, cuando la prensa española le quitó la indulgencia al rey y destapó los despropósitos de una monarquía, cuyos gastos no eran auditados y que cuestan al pueblo español considerable proporción del presupuesto nacional. "Esto se ha acabado. La gente ha dicho hasta aquí. Se acabó el hacer la vista gorda y el tapar los ojos hacia los negocios irregulares. Se acabó el Estado de paternalismo hacia la Corona", señaló el periodista José María Calleja.

A la cacería de la prensa contra el rey y su sequito familiar se suma la ola de rechazo en las redes sociales a un hecho insólito, protagonizado en abril pasado por el rey Juan Carlos. Convertido en cazador cazado por la prensa, una fotografía lo muestra junto a elefantes capturados en una jornada de cacería en Botswana. ¿Qué hacía el Rey, miembro de la mayor entidad protectora de animales del mundo, en una de las semanas más oscuras de la economía española, cazando elefantes en África?, se preguntan la prensa y los tuiteros españoles. Luego del incidente un rey abatido y lloroso pidió disculpas como símbolo de un soberano que da pésimas señales de presagio al futuro de la monarquía española.

Para contrarrestar la acción mediática, Juan Carlos y sus adláteres iniciaron una intensa gestión con los medios informativos españoles. El New York Times publicó que "el Rey y sus cortesanos han estado trabajando de un modo agresivo", junto a “sus auxiliares y los servicios secretos españoles, como las personas que han ejercen presiones sobre los responsables de algunos medios para bajar el tono de la cobertura del caso de corrupción”.

No cabe duda que “la monarquía está pasando quizás el peor momento que recordamos, desde la llegada de Juan Carlos al trono”, según subraya Fermín Bouza, profesor de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid. Ante este panorama, el tablero se muestra adverso para el monarca que, quizá, por salubridad pública debería abdicar mucho antes de que desilusionados cortesanos den un definitivo jaque mate al rey.

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