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sábado, 17 de noviembre de 2012

LA OSCURA NOCHE EUROPEA


Por Leonardo Parrini

La crisis que sacude a Europa y, en particular, a España, encuentra sus raíces en el árbol de las viejas políticas neoliberales por las que el continente europeo abandonó su modelo de economía social de mercado que le había asegurado una mejor calidad de vida y el mejoramiento en las condiciones de educación, salud y pensiones de la seguridad social. La correlación de fuerzas que se ha dado en la última década en Europa marcó un cambio en la conducción económica de países como España, Grecia e Italia, con nefastas consecuencias. Inusitadamente, estos países “han comenzado el desmontaje de esa economía social de mercado, y están plateando un esquema de desarrollo económico en el mercado libre de la empresa privada de absoluta desregulación de la cuestión social”, manifiesta el historiador Juan Paz y Miño.

Este giro en ciento ochenta grados que hizo perder el norte de una política social a la comunidad europea, reproduce viejas fórmulas neoliberales ya conocidas por nosotros latinoamericanos, durante la década de los años ochenta, que originaron la anterior crisis en América Latina. Con el elegante, pero cínico rótulo de austeridad, España endosa la crisis y pasa la cuenta a sus trabajadores y sectores menos favorecidos por la sociedad del despilfarro en la que estaban sumidos hasta hace poco tiempo. Sociedad de la abundancia ficticia, con endeudamiento masivo en la compra de vivienda, que hace que hoy los angustiados españoles se suiciden desesperados por la imposibilidad de pagar deudas adquiridas durante el periodo de la burbuja inmobiliaria que llevó a la gente a endeudarse -a precios especulativos por sobre las rentas- en una vivienda para vivir o alquilar.

El endeudamiento de los españoles se triplicó en la última década. En el año 2006 una cuarta parte de la población estaba endeudada a más de 15 años. El impacto social de la crisis que empezó en el 2007, ha golpeado a casi 2 millones de españoles y entre los más afectados hay 16 millones de personas en situación de precariedad que corresponden a asalariados que ganan menos de mil euros mensuales. A ellos hay que sumar los hogares que no tienen ingresos de ningún tipo, que este año son ya casi los 3 millones en el Estado español.

Viejas medidas para una nueva crisis

El gobierno de Mariano Rajoy ha respondido a la crisis con el incremento del impuesto a la renta, medida tomada en sentido contrario a lo que reclaman los trabajadores. Además, el gobierno implantó el pago de impuestos a proveedores, lo que sumado a la reforma laboral que impone contratos temporales sin garantías ni pago por despidos, constituye un paquetazo con medidas de evidente rechazo popular. Estas acciones gubernamentales provocaron que un 43,74% de la población en España, unos 20,6 millones de personas, se encuentre en situación de precariedad, debido al aumento del paro, la rebaja de salarios y los ajustes realizados por el Gobierno.

Las medidas neoliberales del gobierno de Rajoy desencadenaron la reacción de los sindicatos de obreros españoles, que paralizaron a cinco millones de trabajadores dispuestos a hacer sentir su protesta en varias ciudades del país. El paro en España coincidió con una jornada de movilización sindical europea contra la austeridad, con huelgas convocadas también en Portugal y en Grecia. Europa no aprende la lección y tropieza con una piedra conocida. La amenaza que el efecto de la crisis europea afecte a nuestros países no está descartada, hoy que navegamos en aguas más seguras de políticas económicas y sociales orientadas al desarrollo, con menor costo social y mayor participación popular.

Ahora que América Latina juega un rol más influyente en el contexto regional, gracias a una mayor claridad en sus políticas de desarrollo e inserción internacional, los europeos vuelven la mirada hacia el nuevo continente y empiezan a migrar a nuestras tierras. Aquí no se les cerrará las puertas a los que vengan a trabajar, no, como a muchos sudacas en Europa. Resulta que ahora somos los hijos pródigos de la madre patria que en algún momento extravió su camino de progreso social y desarrollo económico, que podría retomar cuando despierte de la oscura noche neoliberal en la que se encuentra sumida. 

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