GRANDES TEMAS - GRANDES HISTORIAS

E c u a d o r - S u d a m é r i c a

martes, 27 de noviembre de 2012

JUAN SECAIRA, EL POETA DE VISLUMBRE SOMBRÍO



Fotografía de Leonardo Parrini
Por Leonardo Parrini

El Premio Nacional de Poesía Jorge Carrera Andrade, año 2012, cayó en buenas manos y en buena lengua. Aquellas que amasan y la que habla el dialecto poético de Juan Secaira en promisoria tentativa, vislumbre sombrío, como el pan de cada día. Palabra necesaria la suya, de versos encontrados a la vuelta de una vivencia cotidiana. Poesía evocativa y provocativa de añoranzas y pretéritos perfectos en los que el pasado no regresa anclado a un mero registro de la memoria, sino que iza velámenes para emprender una travesía existencial que no está exenta de dolores y desdichas.

Recreada la imagen a partir de la vivencia, ésta se hace poesía claroscura, sin subvertir una atmósfera sombría, dialéctica de contrarios, que recrea la poética de Secaira, escrita en un muro en penumbras donde cuelgan versos de un poeta dolido por un pasado que se escabulle y escamotea la dicha de un presente de añoranzas urgentes.

Dijimos hace un tiempo, a propósito del recital Seis poetas Seis voces, donde Secaira dejó oír la suya: “Asistir a un recital colectivo de poesía en un mundo de comunicaciones virtuales, discursos parafrásticos y simulaciones electrónicas es, en definitiva, una tentativa que bordea la más flagrante utopía. Significa volver a recobrar la fe en la palabra que busca la emoción, como condición poética esencial.” Y no nos equivocamos.

La palabra poética de Secaira nos devuelve, por antonomasia, la fe en lo real sin simulacros. Lo reiteramos una vez más: Juan Secaira, poeta del desencanto, el descrédito de lo circundante es lo suyo: Encontrar la belleza en eso que dicen fealdad. ¿Un antipoeta, que acorrala al verso en su propia antítesis? Como un calambre fue la felicidad / Imprevista reacción del espíritu ante la eventualidad del diario vivir. Su poesía es la de un vaticinador de antípodas de aquello que no llega a ser: La vida nos lleva / Víctimas no somos / Solo extraños. Y así vaticina: Nadie más tocará nuestra sangrante belleza enajenada, violada y dispuesta  a escabullirse.

¡Vaya oficio de hurgar y evocar en las densidades del ser aquello que no fue o será! Aspiración dual de un ser y no ser que trae consigo esta poesía inhóspita que no se deja habitar fácil por las emociones del lector, porque está ahí como un presagio, un designio, una verdad largamente fermentada en la encimas del alma atribulada del poeta. En semejante trance la poética de Secaira es conmoción y emoción, como diría Ezra Pound.

Cuando el jurado otorga un premio, se hace eco de las resonancias de un poeta y asume la responsabilidad de entregárnoslo entero, en sus aciertos y desaciertos. En esa medida, el libro No es dicha, galardonado en justa lid, no es una obra premeditada, no es un fruto perfecto, sino un soplo esencial de vida que intenta persuadirnos de que la poesía es la búsqueda de una emoción a través de la palabra.

La poética de Juan Secaira en su libro No es dicha, acreedor al Premio Nacional de Poesía Jorge Carrera Andrade, vislumbra con certeza el otro lado de aquello que no es dicha. Insinuante tentativa que por antonomasia nos remite a un mundo de plenitudes, añorado como una ausencia. Sugestiva promesa trae consigo el instante poético de No es dicha, la esperanza: gesto desapercibido que vuela, como atisba Juan Secaira, el poeta de vislumbre sombrío.






1 comentario:

  1. Anónimo12/01/2012

    excelent lo q escriben aqui palabras q llegan y muestran y transmiten lo q manifiesta una persona a travez d sus obras

    ResponderEliminar