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viernes, 26 de octubre de 2012

PROHIBIDO OLVIDAR


Foto Metroecuador
Por Leonardo Parrini

Como en las viejas formas de hacer política, dos candidatos a los comicios presidenciales del Ecuador 2013, - un ex banquero y un ex coronel - han abierto las puertas de sus secretarías políticas como un baratillo de ofertas y proponen cifras al alza en el valor del Bono Solidario que brinda el Estado a los pobres. Esto sería tentador para los indecisos votantes si alguno de los dos oferentes dijera, claramente, cómo piensa incrementar dicho valor. Pero en política lo no dicho suele ser más importante que lo que se dice, entonces nada nos dicen al respecto.

El Gobierno, terciador en las elecciones con el presidente Rafael Correa como candidato oficial, se anticipó a decir que los incrementos de los 50 o más dólares del bono solidario contra la pobreza, deben ser financiados por el lucro de la riqueza. Acto seguido, señaló que las utilidades de la banca es la fuente de riqueza desde donde se obtendrán los recursos para financiar la bonificación popular ofrecida en campaña.

Voces discordantes salen a la palestra diciendo que la sugerencia gubernamental de financiar el bono, -creado por Mahuad en tiempos de la cólera popular contra el feriado bancario que congeló las cuentas a miles de familia en país-, es hoy una forma de “debilitar la solvencia del sistema bancario”. Prohibido olvidar que la medida bancaria que dispuso de los depósitos de los ahorrantes fue creada por el derrocado ex presidente Mahuad inspirado, precisamente, en uno de los banqueros de entonces, hoy candidato aspirante al poder que participa en el baratillo de ofertas.

El gobierno de Correa ha señalado que se trata de financiar el incremento del bono de desarrollo humano,  llamado con toda razón solidario, poniendo en marcha “la mayor transferencia y redistribución de recursos en la historia de este país” en un gesto que luce, eso sí, como una forma de solidaridad social. La banca hoy rompe vestiduras y defiende sus intereses con voces que reúnen en un coro junto al candidato banquero a su asociado, el alcalde de Guayaquil conspicuo representante "de la oligarquía costeña", y a sectores de una prensa agenciosa que editorializa contra la medida oficial, predispuesta a defender los intereses bancarios en su agenda temática.

La campaña electoral con ofertas de baratillo de elevar el valor del bono - por encima de los 50 dólares ofrecidos por el gobierno -, emprendida por el candidato ex banquero y candidato ex coronel, es a todas luces un error estratégico de sus asesores: ¿cómo pretenden competir, electoralmente, contra un gobierno que tiene la credibilidad y los recursos para ofrecer y cumplir la oferta sin arriesgar imagen?

La estrategia del gobierno de prometer el alza del bono y al mismo tiempo sugerir que sea financiada por la banca, tiene un doble efecto ganador: por una parte solventa una promesa electoral con plata ajena; y por otra, exacerba los ánimos del candidato banquero que se pone al descubierto al salir como como defensor de una banca que aún es recordada como la perjudicadora de los intereses populares, cuando congeló las cuentas y dejó a miles de ecuatorianos de brazos cruzados. Prohibido olvidar.

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