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sábado, 6 de octubre de 2012

MOVIMIENTO INDÍGENA: ¿INTEGRACIÓN O SEPARATISMO?

 Por Leonardo Parrini

Uno de los cambios esenciales que ha vivido el Ecuador durante los últimos 35 años - luego del retorno a la democracia en 1978 - es la irrupción del movimiento indígena en el escenario político y social. Jaime Roldós, primer presidente del periodo democrático, reafirmó la condición del Ecuador como “país amazónico, desde siempre y para siempre”, aludiendo a la existencia de nacionalidades indígenas en esa región. Pueblos y comunidades de la Amazonía que conforman el movimiento indígena, junto a las etnias serranas, que en los años noventa adquiere protagonismo luchando por sus derechos a la tierra, al agua y a los beneficios de un Estado petrolero que les negaba salud, educación, vivienda y conexión cultural con el resto del país.

Reivindicaciones que se convirtieron en conciencia y organización política nacional en capacidad de plantearse la toma el poder. Es así que fraguada en la lucha, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, CONAIE, adquirió una capacidad de decisión y convocatoria de notable magnitud. Ese fue un factor esencial en los levantamientos que derrocaron a los ex presidentes Bucaram y Mahuad, al punto que Antonio Vargas, presidente de la CONAIE, integró un triunvirato junto a los coroneles que derrocaron a Mahuad.

Luego de esa experiencia, el movimiento indígena participó en contiendas electorales y consiguió representantes al poder legislativo y cargos de elección popular en gobiernos locales. Sin embargo, no en vano se afirma que el poder corrompe o burocratiza. Quien sabe si fue ese poder lo que pudo hacer cambiar la faz de la CONAIE, combativa y pura, ejemplar en su mandato de no mentir, no robar y no ser ocioso, consagrado como principio ético por sus ancestros.

Extravío separatista y desintegrador

Y vino el tiempo de los reveces éticos con la consecución de firmas falsas para legitimar la inscripción de candidaturas ante las autoridades electorales. Y vino la era de los ponchos dorados con pago de suculentas prebendas a dirigentes indígenas que accedieron a los estratos más empingorotados del poder. Y vino la hora de los reveces políticos con el acuerdo con los socialcristianos de la Junta Cívica de Guayaquil, crema y nata de la derecha oligárquica costeña. Hecho calificado por el sociólogo Alejandro Moreano como un tropezón y rebatido por la analista Eryka Sylva Charvet como un extravío. Ese fue el principio del fin de la postura indígena tradicional.

Desde una caracterización equívoca del Gobierno de Correa “como pro-colonial y neoliberal”, la organización indígena declara la guerra al régimen  -su “enemigo común” junto a la derecha política- y rechaza organismos, leyes y autoridades emanadas del Estado. Proclama la tesis de un Estado plurinacional que, en su visión indigenista, conlleva un riesgo de ser separatista y desintegradora, puesto que pretende gestionar decisiones “por fuera del Ejecutivo y del Legislativo”, como ha señalado la CONAIE. Esta diversidad excluyente de un nosotros indígenas, por racista e inconstitucional, no contribuye a la unidad nacional basada en una justa y armónica coexistencia intercultural.

Sería plausible reconocer una motivación autonomista, racial y política, antes que adoptar una postura de ultra oposición al Estado nacional, aupada con recursos financieros provenientes de fundaciones internacionales y, al mismo tiempo, reclamar derechos a ese Estado.

La pertinaz oposición de la CONAIE al derecho constitucional de los pueblos indígenas a ser consultados y valorados en una consulta previa a una licitación petrolera, sería otro extravío. Oposición a un ejercicio democrático que no tiene otro propósito que identificar sus necesidades y beneficios ante una eventual actividad hidrocarburífera en cuatro provincias amazónicas de mayor presencia indígena del país. No obstante, el Estado está obligado a dialogar el tema con los indígenas, desde sus dirigentes hasta sus bases, sin exclusión.

La negación del derecho a ser incluidos hace mal a los pueblos y nacionalidades indígenas y a la democracia. Puesto que su savia vital y sabiduría ancestral son necesarias en estos tiempos de participación ciudadana y justicia social. Sin embargo, los dirigentes de la CONAIE desconocen esta realidad socializante a cuenta de quién sabe qué atávica razón. Extravío que fracciona y desintegra al movimiento indígena, como ente social y político, con imprevisibles consecuencias.

1 comentario:

  1. Anónimo11/12/2012

    Les recomiendo revisar el video en youtube llamado "Viajando Con Pizarro"... Es la primera vez que se informa la verdad de lo que pasó durante la venida de los delincuentes Españoles a las Américas..... Cosa similar deben hacerse en todos los Países y con la misma calidad de video y sonido.... AMÉRICA, debes publicar tu verdad para que los libros de historia se reformen.....
    El link directo es: http://www.youtube.com/watch?v=HqhWi-ukR3c

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