Por Leonardo
Parrini
Che Guevara
en su clásica concepción del hombre nuevo,
hacía referencia a un ser humano integral, despojado de todo afán individualista,
que adopta como motor de su conducta “los incentivos morales”, por ende incorruptible.
Un sujeto histórico que “deja de lado deformaciones elitistas del accionar
político y centra su vida en el objetivo fundamental que es eliminar el lucro de
las motivaciones psicológicas, en beneficio absoluto de la colectividad.” Ha
transcurrido medio siglo de que fueran enunciados estos principios y las nuevas
izquierdas latinoamericanas, que en su momento adoptaron estos fundamentos como
faro de su modelo de gestión política, hoy enfrentan circunstancias históricas que
desdibujan este paradigma guevariano.
En reciente declaración
Evo Morales, Presidente de Bolivia, reconoce que el "voto castigo a la
corrupción" provocó la derrota de su partido en La Paz y El Alto, al
evaluar este lunes el resultado preliminar de las elecciones regionales del
domingo pasado. Acusaciones por actos de corrupción contra la candidata a la
gobernación de La Paz del Movimiento Al Socialismo (MAS), Felipa Huanca, y del
exalcalde de El Alto, Edgar Patana, habrían afectado sus aspiraciones electorales:
"Donde hemos perdido es por culpa de
los alcaldes del MAS, hicieron mala gestión, es voto contra la corrupción, así
lo siento", concluyó Morales.
En Chile, el régimen de Michel Bachelet,
militante del socialismo chileno que, históricamente, se ha regido por los
principios ideológicos profesados por el Che, ve opacarse el horizonte político
por acusaciones de tráfico de influencias en las que habría incurrido Sebastian
Dávalos, hijo de la mandataria y asesor de la Presidencia. Dávalos, denunciado por la derecha política por supuestos delitos
de tráfico de influencias y uso de información privilegiada, tras un negocio
inmobiliario realizado por su esposa, Natalia Campagnon. La nuera de Bachelet, protagonizó
un escándalo denominado Nueragate, como
socia del 50% de la empresa Caval Limitada, al obtener el 16 de diciembre de
2013 un préstamo en el Banco de Chile por 10,4 millones de dólares para la
adquisición de terrenos en el municipio de Machalí, en la región de O'Higgins, al sur de Santiago. Con esos fondos obtuvo “unos terrenos rurales que estaban
pendientes de ser recalificados para uso urbano y que después fueron vendidos
por un precio superior en 4,8 millones de dólares al de la compra”, según la
denuncia. Bachelet lamentó en estos términos el hecho: "Para
mí, como madre y como presidente, han sido momentos dolorosos. Llevar
adelante esta tarea implica muchas veces tener que tomar decisiones que son
dolorosas", dijo.
En el cono sur,
la nación Argentina gobernada por los Kirchner no escapa a los tentáculos de la
corrupción. La justicia investiga en ese país presuntas irregularidades contables
y registrales en una empresa hotelera de la mandataria Cristina Kirchner. La
presidenta afirmó que el negocio inmobiliario es el más rentable para los argentinos.
Su hijo Máximo, experto en el mercado inmobiliario invirtió más de dos millones
de dólares en Puerto Panal, un barrio exclusivo de fincas en medio de un entorno
natural a 100 kilómetros de Buenos Aires. Según informes de prensa, “en
Argentina, muchos cuestionan la enorme fortuna acumulada por Cristina de
Kirchner y su esposo Néstor desde que asumió el cargo público. Su declaración
de patrimonio personal asciende a US$ 13.800.000, frente a los US$ 500.000 que
ostentaban cuando la pareja entró por primera vez la política nacional”. Observadores
consideran que a casi diez años de gestión kirchnerista, la acumulación de
indicios y evidencias de corrupción es tan abrumadora como la escasa
disposición de la Justicia a investigarla y la férrea determinación oficial a
negar, ocultar e intentar evadir las consecuencias de un accionar que ya
alcanzó dimensiones macroeconómicas.
Venezuela es considerada uno de los países más corruptos del mundo, según el
Índice de Percepción de Corrupción de Transparencia Internacional. La más
reciente denuncia provino del Departamento de Estado de Estados Unidos, que
aseguró que funcionarios venezolanos blanquearon cerca de 4,2 millardos de
dólares en la Banca Privada d’Andorra. Otro de los casos de corrupción más
emblemáticos se remonta al año 2007, cuando el empresario
venezolano-estadounidense Guido Antonini Wilson entró en Argentina con un
maletín en el que llevaba 790.550 dólares. Ese dinero supuestamente lo envió
Hugo Chávez para financiar la campaña presidencial de Cristina Fernández de
Kirchner.
En Ecuador, la corrupción es un fantasma que se hace realidad en un proceso de cambio social que exhibe algunos hechos emblemáticos como el caso Chuky Seven, la dimisión de Roberto Cuero de la Gobernación del Guayas y los supuestos actos irregulares en varias comisarías de Guayaquil. El préstamo de 800.000 dólares al argentino Gastón Duzac, el caso ‘Resurgir’ (narcotráfico) que habla de personas ligadas a la política y con cargos públicos en el actual régimen, que eran parte de la organización delictiva. La adquisición de los radares chinos, los negocios de Tecnistamp y los uniformes policiales. El caso de las ambulancias del Ministerio de Salud, en la administración de Carolina Chang, provocó un remezón en el país porque habrían sido adquiridas irregularmente, finalmente quedó en nada después de un largo y tortuoso proceso judicial. Pero, también se habló de pagos excesivos en la adquisición de medicamentos, como el Tamiflú, negociados en la compra de camas hospitalarias, equipos médicos son temas que siguen en investigación. En el Ministerio de Deportes los procesos penales no han llegado a ninguna conclusión, sobre la actuación del ex Ministro Raúl Carrión, mientras siguen acumulándose juicios por el mismo presunto delito de peculado. Y el caso reciente del primo en segundo grado del Presidente, Pedro Delgado que salió del país cuestionado por un manejo indebido del Banco Central y del Fideicomiso no Más Impunidad y tras conocerse que falsificó un título universitario que nunca obtuvo.
Los viejos preceptos del guerrillero heroico que proclamó la ética del hombre nuevo, se destiñen en los tiempos de pragmatismo político del siglo XXI. La ética, ese deber ser revolucionario que proclamó el Che, suele ser un tema soslayado en las prácticas políticas del socialismo de nuevo cuño. Los líderes de los procesos de cambio que tienen lugar en América Latina están obligados a erradicar las prácticas de corrupción en sus países por un elemental sentido de consecuencia ideológica. La historia los juzgará.
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