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miércoles, 13 de febrero de 2013

ELECCIONES ECUATORIANAS 2013: CIFRAS EN TIERRA DERECHA



Foto QPSM
Por Leonardo Parrini

Si fuera un certamen hípico diríamos que la campaña electoral ecuatoriana entró en tierra derecha, luego de la última curva, y se avizora ya la meta en la recta final. Una campaña muy suigeneris, distinta; caracterizada por algunos observadores, si no como apática, al menos de predecible.

A un costo para el Estado de 95 millones de dólares, según presupuesto del Consejo Nacional Electoral (CNE), el proceso electoral ecuatoriano elige el 17 de febrero, Presidente y Vicepresidente de la República, 137 miembros de la Asamblea Nacional y 5 representantes al Parlamento Andino. En caso de que ninguno de los binomios en disputa obtenga más del 40% de los votos y una diferencia de al menos un 10% sobre su inmediato seguidor, habría una segunda vuelta el 7 de abril de 2013.

Las cifras hablan por sí mismas. En encuestas difundidas diez días antes de los comicios del próximo domingo, como manda la ley, Rafael Correa tenía la semana pasada 56% de la intención de voto, Guillermo Lasso 13%, Lucio Gutiérrez 5% Rodas y Noboa 2%, Wray y Zabala 1%, según datos de OPEECUADOR. Para contrastar, las cifras publicadas la semana anterior por Perfiles de Opinión, señalan a Rafael Correa con un 62%, Guillermo Lasso 9%, Lucio Gutiérrez 4%, Alberto Acosta 3%, Álvaro Noboa 1,6%, Mauricio Rodas, 1%, Norman Wray y Nelson Zabala menos del 1%. Por su parte, Consult Marketing Solutions (CMS), señaló que “Rafael Correa ganaría con el 55,6%”, puesto que “Lasso tiene 6,7% y Alberto Acosta 5,8%”.

Si bien es cierto que las encuestas son un termómetro electoral que mide la intención de voto ciudadano, sus márgenes de error oscilan entre 0% y 5% sobre la aplicación de cuestionarios a una población –o muestra que llaman aleatoria- no superior a las 3 mil personas repartidas entre Quito, Guayaquil y Cuenca. Sin discutir la representatividad de aquella cifra frente a 14 millones de habitantes del Ecuador, cierto es que los encuestadores, por medio de una proyección matemática, establecen que esa muestra refleja con fidelidad las tendencias de los electores en el ámbito nacional. Una primera aproximación concluyente es que, según estas encuestas, no habrá una segunda vuelta electoral esta vez en Ecuador.

Frente a estas cifras existen otras que también reflejan las preferencias electorales, o al menos, la simpatía por determinados candidatos. Recientemente un estudio de la Universidad Autónoma de México (UNAM), denominado Observatorio Electoral 2012, publicado por diario El Comercio, señala que Rafael Correa lidera hoy la presencia de candidatos en redes sociales “con más de 333.000 seguidores en Facebook, unos 727.000 en Twitter y unos 4.200 en You Tube”. Como contendor inmediato aparece en el estudio mexicano, Guillermo Lasso “con más de 284.000 seguidores en Facebook, unos 71.500 en Twitter y unos 1.500 en YouTube”. Según el matutino quiteño, “el magnate bananero Álvaro Noboa está tercero con más de 287.000 seguidores en Facebook, unos 32.000 en Twitter y tan solo 263 en YouTube, mientras que el independiente Mauricio Rodas tiene aproximadamente 233.000 en Facebook, 10.700 en Twitter y 223 en YouTube. Alberto Acosta, un ex ministro de Correa, el ex presidente Lucio Gutiérrez y el izquierdista Norman Wray cuentan con números bastante menores, mientras que el pastor evangélico Nelson Zavala apenas tiene presencia en las redes”.

Interpretando las cifras

Las cifras son un pulso frio de la situación real, pero si bien “hablan” por sí mismas, es necesaria una interpretación al calor del conocimiento de esa realidad. Esta campaña, a diferencia de otras, tuvo una menor duración mediática y una mayor apatía ciudadana, como síntoma de lo previsible de los resultados y la falta de propuestas novedosas de los candidatos. Los foros que contrasten ideas brillaron por su ausencia y los medios informativos no se interesaron por hacer un seguimiento, en tal sentido, a los candidatos, excepto de recorridos triviales que generan noticias también fútiles. En cuanto al uso de medios, la ONG Participación Ciudadana, establece que el binomio oficial tuvo mayor presencia que el resto de postulantes. Mientras que, versiones de prensa destacan “la impotencia de la oposición al Régimen”, o que “las cosas han estado más que apagadas y deslucidas. Posiblemente porque todos sabemos quién va a ganar”.

Por otra parte, entre las razones de fondo que argumentan los observadores políticos para que la campaña concluya con lo señalado, están el “control de la información en los medios públicos. Gestión relativamente exitosa en ciertos sectores como la construcción de carreteras…Neutralización de todo lo que pueda sonar a oposición. A más de ello, el manejo ideológico de las grandes masas ha sido un éxito…De otra parte, la oposición sigue en un estado de sopor y somnolencia. Carentes también de ideas y con mucho temor desde el inicio, no han querido dar pelea al candidato-Presidente” (El Comercio).

Cuánto nos gustaría saber, por medio de estudios especializados, cómo ha incidido la campaña en la concientización de la ciudadanía, en el conocimiento de nuevas propuestas en función de país, en la difusión de nuevas tesis económicas, en la educación política de los electores y en estrategias de desarrollo nacional a mediano y largo plazo. Como decía mi abuela: no le pidamos peras al olmo. La carrera electoral entrada en tierra derecha, como en la hípica, mostró candidatos galopantes y otros respingadores, mientras que la mayoría son, a duras penas, potros de paso. Como dice el pueblo: aquí no pasa es nada. Que no sea reiterar nuestra preferencia por lo más seguro y conocido, porque lo que resta por conocer, también ya sabemos cómo mismo es.


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