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lunes, 1 de febrero de 2016

CELAC: HACIA UNA NUEVA INTEGRACIÓN REGIONAL

Por Leonardo Parrini 

Nuestra América morena se da nuevos derroteros. La IV cumbre de la CELAC realizada recientemente en la mitad del mundo, a pocos kilómetros de Quito, planteó la necesidad de convertirse en un nuevo organismo de representación soberana de los 33 países miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. La insinuación vino del presidente ecuatoriano Rafael Correa quien, en representación de su país, se pronunció por un mundo conformado por bloques regionales. Correa apostó por la integración continental bajo el liderazgo de la CELAC, en sustitución de la OEA que no ha representado los intereses soberanos de nuestros países: Creemos que Celac en el mediano plazo debe reemplazar a la OEA, que jamás funcionó adecuadamente, pero que hoy es más anacrónica que nunca.

El anacronismo de la OEA es un proceso que se viene manifestando históricamente en un foro internacional que ha reflejado intereses de potencias mundiales como EE.UU, -en incluso europeas- en circunstancias claves de su desempeño diplomático. Tal es el caso de su fiasco acaecido en el conflicto que enfrentó a Inglaterra y Argentina, en 1992, por la disputa sobre las islas Malvinas, y ante el evidente atropello militar británico al continente americano. La postura inglesa comenzó con la movilización naval de su poderosa flota imperial, luego de que Londres anunciara un bloqueo en torno al archipiélago y estableciera una zona de exclusión de un radio de 200 millas. Un día más tarde, el canciller argentino, Nicanor Costa Méndez, planteó el caso en el seno de la OEA, sin embargo, el sistema de defensa continental establecido en el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), rindió su prueba de fuego en la Guerra de las Malvinas con un fracaso rotundo.

En 1961, el tratado de asistencia no cumplió su objetivo defensivo tras la fallida invasión norteamericana a Bahía de Cochinos, en Cuba, que todavía era miembro del TIAR. Dos años más tarde, dio el visto bueno a las invasiones a la República Dominicana, Nicaragua y Panamá y a la política norteamericana durante la crisis de los misiles, en 1963. Cuba fue excluida del TIAR y se prohibió la entrega de armas al régimen cubano. En referencia a ese contexto histórico, Fidel Castro señaló: "Hace 64 años fue creada la repudiable OEA. No es posible pasar por alto el grotesco papel de esa institución, considerada por La Habana como un ministerio de colonias a las órdenes de Estados Unidos. La OEA no ha prestado un solo servicio a nuestros pueblos; es la encarnación de la traición. Si se suman todas las acciones agresivas de las que fue cómplice, estas alcanzan cientos de miles de vidas y acumulan decenas de años sangrientos".

Soberanía continental

En la IV Cumbre de la CELAC realizada en Quito, el presidente Rafael Correa se pronunció por la soberanía regional e insistió en la creación de un nuevo sistema interamericano, así como de mecanismos alternativos de defensa de los derechos humanos que permitan superar el neo colonialismo que impera en las cortes regionales, situación inaceptable en la América del siglo XXI.

El mandatario ecuatoriano señaló en el foro latinoamericano, -a propósito de los desafíos de un continente libre de pobreza- que el desarrollo es “esencialmente un problema político y depende de quién tiene el poder”. Con el pensamiento enfocado en las nuevas realidades continentales, Correa invocó un cambio de época en la que “el poder de las elites se derrumba para dar paso al poder popular”. La postura ecuatoriana en la CELAC evoca las viejas posiciones cubanas, frente al rol poco representativo de la OEA en el continente americano. Ecuador reclama mayor coherencia del organismo en la solución de conflictos internos y externos regionales; caso contrario, amerita el reemplazo de la Organización de Estados Americanos por una nueva realidad continental representada por una CELAC mucho más a tono con las exigencias de sus miembros. 

En una acción puntual la CELAC en Quito, abocó conocimiento sobre 20 puntos específicos relacionados con la problemática de la región, frente a la cual se requería su pronunciamiento. Los 33 países miembros y 14 presidente presentes en la cita, realizaron una declaración conjunta para enfrentar la crisis económica actual, continuar con los esfuerzos para alcanzar la justicia social en la región, enfrentar la epidemia del zica, el narcotráfico y la migración; apoyo a la lucha antiterrorista, lograr la paz en Colombia y presencia de CELAC en Haití. Así como temas relacionados con el apoyo al turismo sostenible, deuda externa, límites marítimos, desarrollo energético, endeudamiento y financiación para el desarrollo, entre otros temas de interés para el bienestar de la región. Corren vientos frescos en Latinoamérica y el Caribe, hacia una nueva integración regional. La historia juzgará la certeza de los pasos dados por la CELAC, organismo que debe consolidar liderazgo soberano frente a un mundo cambiante y multipolar.  

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