Por Leonardo
Parrini
Los mitos no mueren,
se transforman. Hoy a cuarenta años de la disolución de The Beatles aún persiste
en la memoria colectiva la conjunción y la rivalidad existente entre John Lennon
y Paul McCartney. Una dicotomía marcada por dos culturas contrapuestas. Rebelde,
contestatario, transgresor, progre, genial Lennon; formal, disciplinado,
diplomático, vegetariano, familiar, conservador, también genial, McCartney, encarnan
ambos los ideales antagónicos de dos generaciones.
Un McCartney que
sale de gira millonaria en familia, con una esposa con cara de bonachona como
Linda, no lo ha ayudado en tiempos en que “sexo, droga y rock and roll” son el
signo de una época donde pasa por conservador y monárquico. En ese avatar, Paul
ha tenido que mostrar algo más que lo mantenga vigente, además de regresar al
pasado en cada presentación. Se ha dicho de manera un tanto injusta que McCartney
es solo Yesterday, un ayer que como
el título de su tema icono es pura evocación, sin por ello dudar de su talento musical
superior.
Aquello que lo menoscaba
frente a Lennon, el insurrecto Beatle que murió en su ley, es que Paul no se sale
de un lugar común de sospechosa corrección política, con su condición de caballero de
la corona británica, sus manejos financieros de la compañía Apple y su militancia superficial de un vegetarianismo a ultranza,
defensa de los animales y lucha por quitar minas antipersonales. Mientras que
John Lennon representa los sueños de una generación que quería cambiar el mundo,
hacer una revolución del amor y oponerse por siempre a las guerras
capitalistas. Lennon era pura convicción, McCartney acomodamiento a las circunstancias
sociales y políticas. Para muchos Paul encarna el prototipo del popstar de
humor tontorrón, que promociona su gira por Ecuador llamando "mamacitas" a sus
fans, ya bien entradas en años. Un personaje que no teme al ridículo por salir al
escenario con indumentaria de Lord inglés, con tirantes incluidos, en un show
de rock. No obstante, lo mostrado en su gira latinoamericana no deja que su público tenga un sólo momento para pensar siquiera en que ese hombre que tienen enfrente es "monárquico,
conservador o de derecha".
Si bien Lennon
se ha convertido en el ángel caído, el mito; McCartney juega el papel de héroe
marketeado para una generación que no lo conoce a fondo y otra que lo evoca
como el compañero de John en el cuarteto londinense. Un sexagenario que da batalla
en el escenario con una disciplina inamovible. Se dice que muchos no le
perdonan a “Paul McCartney que no fuese el primero de los Beatles en morir”,
como afirmaba esa famosa leyenda urbana de Abbey Road. No deja de ser paradójico. Esta noche cuando salte
al escenario de Quito, Paul McCartney encarnará el héroe un tanto acartonado y formal,
que ya no lo mítico, puesto que el fantasma de John Lennon deambulará, entre bambalinas,
como el mito eterno de los auténticos escarabajos de Liverpool.
Me parece injusto como últimamente se habla de lo sobrevalorada que está la figura de Lennon tras su trágica y prematura muerte e incluso se cuestione su liderazgo en los Beatles. El fundó el grupo, era suyo, todo es en escencia Lennon. Desde las primeras canciones que en su mayoría eran covers es apuballante la presencia, voz, interpretación y sigularidad de Lennon. Son las composiciones de John las que llegaban a los primeros puestos en la etapa de la beatlemanía. Después es John el que lleva a los Beatles a otro camino, sus composiciones cada vez más complejas y sofisticadas en Rubber Soul y Revolver. Sólo a partir de ese momento me parece crucial la figura de Paul, pues mientras John continúa la linea que había marcado, Paul sigue con la misma fórmula de componer canciones exitosas, que durante mucho tiempo usó Lennon en los primeros años. Creo que fue fundamental para que los Beatles siguieran siendo populares a partir del '67 mientras Lennon con sus canciones y personalidad convertía a los Beatles en leyenda. Lennon es el líder indiscutible del mejor grupo de la música popular. Si John aún viviera, dudo mucho que se dedicara a hacer giras por el mundo cantando canciones de los Beatles, como lo hace Paul.
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