Por Leonardo Parrini
Los países latinoamericanos se
disponen a entablar un diálogo frontal, de igual a igual, con la Unión Europea
en la Cumbre de la Comunidad de Estados Americanos Caribeños, CELAC, en Santiago
de Chile. Acude a mi mente un momento simbólico de la relación Europa-Latinoamérica:
La prepotente y poco diplomática actitud que tuvo el Rey Juan Carlos de España,
en noviembre del 2007 en el mismo escenario
chileno, con Hugo Chávez al mandarlo a guardar silencio con un sonoro: ¿Por qué no te callas?
La pregunta que quedó sin
respuesta en aquella ocasión, en el fondo, fue formulada a todo el continente latinoamericano
por la voz de orden de un conspicuo representante del colonialismo europeo.
Ayer como hoy no nos callamos,
porque tenemos mucho que decir en defensa de nuestros intereses regionales; más
cuando los europeos no tienen nada nuevo que decirnos, que no sea la repetición
de sus obsoletas fórmulas económicas neoliberales, sus rancias recetas políticas
de exclusión de otros pueblos de ultramar como obstinada y unilateral defensa de
sus linderos económicos.
No hacemos silencio porque es
el momento de levantar nuestra voz latinoamericana para significar al mundo que
somos capaces de pensar distinto y vivir diferente y lograr resultados novedosos.
¿Cuáles? Pues haber conseguido estabilidad en la unidad de políticas económicas
que superan las recetas del fondomonetarismo ochentero que nos llevaron al borde
del colapso. Menos que nunca vamos a callarnos, al estar enfrentando hoy una nueva
etapa política de inclusión, democracia sólida y afirmación de nuestros
derechos regionales.
Hoy día Europa debe mirarnos
en silencio, aprender de Latinoamérica la fórmula solidaria de hacer las cosas bien
por el bien común. ¿Acaso hemos sido nosotros, los latinoamericanos, quienes
nos desangramos en dos guerras continentales que llevaron a dos conflagraciones
bélicas mundiales motivadas por la voracidad?
¿Dónde está el pensamiento luminoso
de los europeos, la lucidez de autores como Rousseau, Marx, Smith, Nietzsche,
Wilde, Baroja, Sartre, entre otros
referentes del ideario de la humanidad convertido en valores trascendentales
del hombre?
Tuvo que pasar mucho tiempo, fluir
tanta sangre, vivir excesivos absurdos políticos y sociales antes de que América
Latina mire a Europa como el viejo esquema de vivir sin resultados alentadores,
después haber contado con la riqueza material de América Latina, la mano de obra
barata de los latinoamericanos y el sacrificio colonial de nuestro continente.
UN DIALOGO ENTRE IGUALES
América Latina hoy día quiere
dialogar con una Europa inspirada en la humildad, en la fraternidad y en la
inteligencia de revertir sus errores. El foro CELAC-UE que se inicia en Santiago
de Chile “debe fortalecer el proceso de
integración iniciado hace tiempo en América Latina para que sea cada vez más
dinámico y logre superar los sistemas tradicionales de comercio”, ha señalado
el embajador de Ecuador en Perú, Ricardo Ulcuango, al referirse a la cita.
El encuentro latinoamericano-europeo,
en la capital chilena, debe permitir a la cumbre de la Celac “consolidarse como
mecanismo que le vaya dando envergadura, profundidad y densidad política a Latinoamérica”,
según ha manifestado el Secretario General de la Asociación Latinoamericana de
Integración (Aladi), Carlos Álvarez.
La CELAC -organismo paralelo a
la Organización de Estados Americanos (OEA)- es sucesora del Grupo de Río, que
reunió a los jefes de Estado y de Gobierno de 33 países en su primera cumbre en
diciembre de 2011 en Caracas, donde fue fundada tras ser creada el 23 de
febrero de 2010. Chile ostenta la presidencia pro témpore del organismo que en
esta cita pasará a manos de Cuba.
En la cumbe CELAC, Europa
debe guardar un minuto de silencio por las victimas de sus propios errores. Según
diario El Comercio, en España “cada día
intentan suicidarse un total de 243 personas, ingiriendo fármacos de los más
diversos, indicó uno de los informes citados en el Congreso Nacional de Laboratorio
Clínico de Barcelona”. No ha de ser porque están felices de vivir en medio de la
peor crisis europea.
En contraste, América Latina exhibe ante el mundo un crecimiento de 3,1% en 2012, uno de sus mejores momentos, mientras que la Unión Europea, su segundo socio comercial, se enfrenta a la mayor recesión de su historia. No en vano un viejo pensamiento europeo sentencia: Todo imperio tiene su cenit. Dado que siempre es creación de hombres excepcionales. Como todo lo excepcional contiene elementos efímeros.
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