Por Leonardo Parrini
Hay situaciones inconcebibles
en el Ecuador hasta hace poco tiempo atrás: democratizar la comunicación. La
sola expresión causa curiosidad e incredulidad en quienes hemos vivido en un
país con una de las más altas tasas de concentración monopólica en los medios
de comunicación. El universo mediático ecuatoriano es singular en el continente
y el mundo, porque en Ecuador subsisten grupos de empresas dedicadas al negocio
de la comunicación vinculadas a otras de carácter esencialmente distinto, entre
las que destacan bancos, financieras, aseguradoras, publicitarias y organizaciones
de entretenimiento.
Según informe, la SECOM registra
en el país un mix de medios privados concentrados en grupos económicos con un
poder amparado en ingentes recursos financieros y tecnológicos: Grupo Egas-Grijalva: Banco del Pichincha, Banco
de Loja, Banco Rumiñahui, Diners Club, revistas Gestión, Soho, Cosas, Gente,
Fucsia, Delta Publicidad, Multicines, Interdin, Financiera Amerafin, Citotusa,
Publi Promueve y Teleamazonas y Radio Colón. Grupo Eljuri: Banco del Austro y
ETV Telerama Grupo Quirola Canessa: Banco de Machala y los medios de la Cadena
Caravana, que tiene una señal de TV. Grupo Alvarado-Roca: Ecuavisa, Revista
Vistazo. Grupo Tauro-Vivanco: Diario La Hora, SatNet, TV
Cable, Revista Vanguardia y cadena de radios Planeta. Grupo Pérez: Diario el Universo, Revista Sambo, Radio
City, Diario Súper, Socio de Univisa, Empresa Naviera Galápagos, Canodros,
Unipartes. Grupo Mantilla-Ortega: El Comercio, Diario Ultimas Noticias, Radio
Quito, Ecuador Radio, Radio Platinum, Access Internet, Cofiec, Mega Datos,
Ediecuatorial, Metropolitana de Seguros y Consorcio del Pichincha.
En el ámbito de la comunicación pública,
los medios estatales que contrapesan a las empresas privadas de información son
los siguientes: Televisión: Ecuador TV,
TC Televisión, GamaTV, CN3. Radio: Radio Pública, Súper K. Prensa: El Telégrafo, El Ciudadano, PP El
Verdadero, Agencia Pública de Noticias ANDES. Revistas: América Visión,
Editorial Unimasa, La Otra, La Onda, La Onda Infantil, El Agro y Samborondón.
La nueva realidad mediática
Simultáneamente, junto a la concentración
monopólica de las empresas de comunicación, en el Ecuador subsiste la inequidad
en la concesión y posesión de frecuencias de radio y televisión. Esta tendencia
tiende a revertirse con la nueva Ley Orgánica de Comunicación, que prohíbe la
vinculación de empresas, la concentración de medios y obliga a la distribución equitativa de frecuencias. Cabe recordar que la
norma legal vigente, en el artículo 106, establece el 33% del espectro
radiofónico para la operación de medios públicos, 33% de privados y 34%
para medios comunitarios.
Como una forma de constatar el
actual dominio de la concesión de frecuencias, los medios debieron entregar una
declaración juramentada en un plazo de 30 días. Un total de 753 concesionarios
cumplieron este requisito: 11 lo hicieron fuera del plazo y 44 no lo hicieron.
En virtud de lo cual, el Estado revertirá las frecuencias a los 55 medios de comunicación
que no cumplieron con lo establecido en la tercera disposición transitoria de
la Ley de Comunicación. La reversión de una frecuencia implica integrar una lista de concesionarios que no
podrán renovar el permiso de operación.
En la actualidad existen 1.700
solicitudes de frecuencias que deben ser calificadas por el Estado. El Consejo de Regulación y Desarrollo de la
Información y Comunicación elaborará un informe vinculante para
autorizar la concesión de nuevas frecuencias del espectro radioeléctrico a
estaciones de radio y televisión abierta. Sectores radiofónicos como Aler,
Corape, Ciepal, colectivo El Churo, Radialistas,
entre otros, han manifestado su preocupación por la “falta de representatividad
y pluralidad” al momento de concesionar frecuencias.
La democratización de la
comunicación en el Ecuador pasa por una desconcentración de las empresas
mediáticas. La concentración de medios no ha favorecido a la democracia y ha
instalado una agenda informativa única desde intereses particulares, según
confirma el Consejo. Un tira y afloja persiste entre sectores de la prensa privada
y el Estado ecuatoriano. Voceros periodísticos y políticos impugnaron la Ley de Comunicación, ante la Corte Constitucional, por considerar que viola las libertades de
prensa, opinión y expresión. Por su parte, el Presidente Rafael Correa denuncia
a ciertos medios por “ser opositores políticos y afirma que la nueva ley
permitirá una verdadera democratización de los medios ecuatorianos”. Lo que
antes fue inconcebible, hoy es posible en Ecuador: democratizar la comunicación
y que ésta contribuya a profundizar la convivencia democrática.
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