Por Leonardo Parrini
Los abuelos quiteños decían hace
algunos años: ¡Vamos a los campos de aviación! para referirse al aeropuerto
Mariscal Sucre, creado en agosto de 1960 por decreto ejecutivo del viejo
caudillo J. M. Velasco Ibarra. La historia aeronáutica del Ecuador había
comenzado cuatro décadas atrás con la proeza del piloto italiano Elia Liut, que
realizó el primer vuelo en cielos ecuatorianos entre Guayaquil y la austral
ciudad de Cuenca en noviembre de 1920. Los antecedentes aeronáuticos de la
ciudad de Quito se remontan al año 1935, con el primer aterrizaje de otro
italiano, Ferruccio Guicciardi, que alternó vuelos con Liut en las rutas
Cuenca-Riobamba-Quito-Ibarra-Tulcán-Pasto-Cali.
El aeropuerto Mariscal Sucre que
hoy cierra sus operaciones funcionó en el sector de Chaupicruz sobre una altiplanicie
a 2.880 metros s.n.m., y durante sus 53 años de servicio fue catalogado como uno de
los más riesgosos del mundo, según afirman publicaciones del diario británico Daily Mail, la revista estadounidense
Flying y el portal USA Today. Las razones son claras: debido al
crecimiento de la ciudad el aeropuerto quedó ubicado en una zona residencial congestionada
de gente. Cuando se inauguró el terminal aéreo la ciudad tenía aproximadamente
350.000 habitantes; actualmente más de 2,2 millones de personas habitan en
Quito. Para los moradores del sector, el
aeropuerto es considerado un “vecino peligroso”.
Una pista con historia
Aterrizar en la capital del
Ecuador siempre fue un desafío para los pilotos, dice Stephen Pope en la
revista Flying. En el sector de la ciudad donde operaba el antiguo aeropuerto soplan fuertes vientos que aumentaban el riesgo de aterrizar en una pista estrecha y de poca longitud. El resultado, al término de medio siglo de
operaciones comerciales del aeropuerto quiteño, registra 10 serios accidentes
aéreos acaecidos por despiste de aeronaves y estrellamientos en tierra. A esa
historia trágica se suman algunos hitos importantes como la innovación del
aeropuerto que tuvo lugar entre el 2000 y el 2003, con la instalación de seis puentes de embarque de
pasajeros, ampliación de terminales de salida y arribo internacional, adecuación
de salas de preembarque y modernización de equipos para chequeo de pasajeros.
En su palmarés histórico el viejo aeropuerto de Quito registra el arribo
de personajes de trascendencia mundial. El líder cubano Fidel Castro arribó
a la capital ecuatoriana, en noviembre de 2002, para asistir a la inauguración
de la obra arquitectónica la Capilla del Hombre, de Oswaldo Guayasamín. Kofi
Annan, secretario general de la Organización de Naciones Unidas, arribó a Quito
en visita oficial, en el 2003. El Papa Juan Pablo II visitó Ecuador en enero de
1985. Las candidatas a Miss Universo llegaron
en mayo del 2004 para participar en el certamen que en esa ocasión se realizó
en el país. Los integrantes de la banda Iron Maiden arribaron a la capital
ecuatoriana en su avión privado, en marzo de 2009. A la nómina de celebridades
que arribaron al aeropuerto se suman una extensa lista de presidentes,
deportistas y personalidades públicas. En contraste, por el antiguo aeropuerto
de Quito, salieron millones de ecuatorianos migrantes en busca de mejores
oportunidades en los EE.UU y Europa.
Una obra monumental
La planicie de Tababela fue visitada y
bautizada por la Misión Geodésica francesa a su arribo al Ecuador, en 1736, cuando
vino a medir un arco de meridiano desde la latitud cero al Polo Norte, para
comprobar la forma de la Tierra. El lugar se convirtió en hacienda y luego en la zona donde hoy se emplaza el Nuevo Aeropuerto Internacional de Quito, a 37
kilómetros al oriente del área urbana de la ciudad. Su nombre se debe a que los franceses
consideraron a la planicie como una tababela
o tabla bella.
Los trabajos de construcción del
nuevo aeropuerto internacional de Quito, a un costo de 630 millones de dolares, comenzaron en enero de 2006 y generaron
7.000 puestos de trabajo. La obra de 1.600 hectáreas concluyó en mayo del 2012 y la pista de 4.100
metros -la más extensa de América Latina- fue inaugurada por un avión-laboratorio
tripulado de la DAC que aterrizó en Tababela. Dos meses más tarde tocó pista el
primer avión comercial, un Boeing 757 de American Airlines al mando del capitán
Bryan Will, luego de transportar en 9 minutos, desde el antiguo aeropuerto hasta
la nueva pista, a las autoridades de la ciudad y a un equipo de periodistas
invitados.
El Nuevo Aeropuerto Internacional
de Quito (NAIQ) cuenta con instalaciones para un terminal con capacidad de recibir 6 millones de pasajeros anuales, área de carga y
de combustibles, servicios de catering, equipos de ayuda en tierra, Policía,
Bomberos, torre de control, hangares y el lado aire (plataformas, puentes de
embarque, mangas y pista). El alcalde de Quito, Augusto Barrera, indicó que se
ha resuelto la ubicación de dieciocho instituciones públicas y privadas que
operan en el aeropuerto, entre otras, Policía, Aduana, SRI y las Fuerzas
Armadas. Durante el periodo de concesión por 35 años, la operación del NAIQ
generará USD 800 millones al Municipio. El terminal aéreo atenderá a 12
aerolíneas de pasajeros y a 5 flotas de carga.
El Cabildo percibirá el 12% de
las tasas aeroportuarias pagadas por pasajeros y aerolíneas, cantidad que redondea
los $ 6.666 millones de dólares. El costo de la tasa para nacionales y
extranjeros es de $ 3,00, ingresos que deberán amortizar el costo de siete
filtros con rayos X de seguridad para ambas categorías de pasajeros. También
deberá financiar la custodia del aeropuerto y el aumento de 260 a 538 agentes
de seguridad que controlarán 14 puertas de salidas y 20 de llegadas y 4 filtros de aduana. Con la apertura del flamante Aeropuerto Internacional Mariscal
Sucre de Quito, comienza una nueva etapa en la aerotransportación ecuatoriana.
Un signo de progreso del Ecuador que abre una nueva puerta al mundo, dando
inicio al inédito capítulo de una historia de altura.
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