Por Leonardo Parrini
Mientras el monarca español Juan Carlos daba muestras de su habilidad
para cazar elefantes, en la comarca del rey callador de presidentes, sus súbditos
cogobernantes del Partido Popular (PP), daban muestras de otras habilidades relacionadas
con el enriquecimiento ilícito, a través del recibo ilegal de sobresueldos provenientes
de empresas privadas y de una red de blanqueo de dinero. El escándalo estalló en
la Madre Patria con la publicación del diario El País que destapó la olla del más
sonado caso de corrupción español, desde que Franco dejó de ser el dictador más
corrupto de España.
Diario El País afirma que durante dos décadas, entre 1990 y 2002, los dirigentes
del PP recibieron dineros no declarados por su contabilidad oculta, a
instancias de los máximos jerarcas del partido y del actual gobierno español,
incluido el presidente Mariano Rajoy, quien habría recibido durante 11 años pagos
ilegales por montos que ascienden a 25.200 euros (34.000 dólares) anuales.
El pago de sobresueldos y donaciones fue realizado en una operación comandada
por los tesoreros del PP Álvaro Lapuerta y Luis Bárcenas; este último, según fuentes
judiciales, acumuló 22 millones de euros en sus
cuentas personales en Suiza. El diario español El Mundo, a mediados de enero, mencionó
pagos entre 5.000 y 15.000 euros mensuales efectuados a dirigentes del Partido Popular. En tanto, su colega, El País, publicó nombres de ministros del ex presidente español, J.M. Aznar que recibieron dineros, entre
los que se cuentan “Javier Arenas, Ángel Acebes, Jaime Mayor Oreja, Francisco
Álvarez Cascos o Rodrigo Rato, más tarde titular del Fondo Monetario
Internacional (FMI)”.
Los donativos ilegítimos provienen de empresas
privadas españolas vinculadas al negocio de la construcción, hecho que tendría relación
con la llamada burbuja inmobiliaria. El principal síntoma de la burbuja
inmobiliaria fue el incremento anormal de los precios de los inmuebles, debido a la especulación de las
constructoras, y la posterior quiebra de empresas e instituciones de ahorro que perjudicó a millones de españoles y
migrantes residentes en ese país, endeudados en la compra de viviendas que luego
no pudieron pagar. Entre las empresas donantes mencionadas por la prensa
española destacan “nombres de directivos de grandes compañías, sobre
todo del sector de la construcción, como Sacyr Vallehermoso, OHL o FCC
Construcción, así como de la cadena de supermercados Mercadona”.
Migrantes indignados
La reacción de protesta de los
migrantes, ante el escándalo de corrupción, no se ha hecho esperar en España, país
que se debate en la peor crisis de su historia y que ha afectado a millones
españoles y residentes extranjeros. Según cifras del INEC durante el 2012, obligados por la crisis española, 52.536
ecuatorianos regresaron a Ecuador de un total de 360.710
compatriotas que residían en España en el 2011.
La prensa española consignó en
estos términos la declaración de un testigo: “Duele muchísimo porque cuando
tienes cinco millones de parados, gente joven que se tiene que ir de España,
inmigrantes que han debido volver a sus países (…) que haya unos señores que se
han llevado dinero a manos llenas y que encima lo nieguen, es sangrante, dice
José María Calleja, periodista y analista político.”
Como corolario de esta historia
de corrupción que empaña la imagen de Espala ante el mundo, sectores de oposición
han pedido la renuncia al Presidente del Gobierno Mariano Rajoy y, al mismo,
tiempo han exigido que “no sólo las 21.000 instituciones que existen en España
deben transparentarse, sino los 55.000 políticos que ejercen cargos”. Mientras
tanto el monarca Juan Carlos, matador de elefantes y callador de presidentes, mira
los toros desde lejos.
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