Por Leonardo Parrini
Yo adivino el parpadeo de las luces
que a lo lejos van marcando mi retorno, dice el célebre tango Volver.
Si los tangos fueran premoniciones, que no lo son, la derecha argentina estaría
tatareando este verso del tango de Carlos Gardel, en vista a las próximas elecciones
presidencias del 2015 en el país del sur.
Y la premonición fue anunciada ayer, luego del resultado de las
elecciones en Argentina donde la oposición propinó una derrota electoral al oficialismo
con al menos diez puntos porcentuales de diferencia en la capital. La proyección aupada por
la prensa opositora daba como posible “presidenciable” a Sergio Mass, “resonante
ganador de las elecciones legislativas de Argentina realizadas hoy, al cosechar
gran respaldo en pos de una banca en Diputados por la provincia de Buenos Aires”.
El ex jefe de Gabinete de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, según
los entendidos, se insinuaba como potencial candidato presidencial para 2015.
Suele suceder que frente a resultados estrechos todos se sientan
ganadores y, esta vez, Argentina no fue la excepción, país en el que todavía Cristina
Fernández, cuenta con un 52% de apoyo, y que pese a la derrota mantiene el
control sobre las dos cámaras legislativas.
¿Qué explica la derrota oficial?
La prensa opositora argentina
se hizo eco de la derrota oficialista y habla de "la consolidación del
cambio político". Los resultados coinciden con el tercer aniversario de la
muerte de Néstor Kirchner, “cabeza de la transformación tras la crisis de 2001
que colapsó al país”. La ausencia del lider se hace sentir, como en todo proceso centrado en la figura personal del caudillo. El reemplazo de Kirchner por Cristina Fernandez, no parece ser suficiente para mantener los liderazgos oficiales, más aún cuando la eventualidad de su deteriorada salud la descubre como la gran ausente de las elecciones de ayer. La economía y la
participación de la juventud se perfilan como dos factores incidentes en el triunfo
electoral opositor al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. La juventud entre 16 y 17 años por primera vez
participa en una elección popular, y es en ese segmento donde se habrían dado
resultados adversos al régimen.
La inflación argentina, que bordea el 25% anual, es una de las razones
del “malhumor social”, según analistas. A esto se suma la “compleja situación económica”
del país que “no seduce al votante” y que se convirtió en el principal tema del
debate electoral. El denominado Barómetro
de la Deuda Social, medidor de la Universidad Católica, estima que el 24.5% de los
argentinos son pobres, es decir, “un
cuarto de la población vive en la marginalidad estructural”. El crecimiento del
país se estima en un 5.0% anual, según cifras oficiales, mientras que el FMI
solo habla de un 3.5% de crecimiento en la nación gaucha.
Otro tema económico que se
puso en la palestra electoral es el de los subsidios a la energía y el
transporte, que en Argentina alcanzan “niveles multimillonarios” y representan
el 4.5% del PIB. Para los opositores esta es la principal causa del “desequilibrio
de la política fiscal”, en un régimen económico que “se volvió inconsistente e
inestable”.
El resultado de las
elecciones parlamentarias para muchos marca "un fin de ciclo kirchnerista";
por su parte el Gobierno defiende su gestión "como la década ganada"
y plantea que comenzará "la década del desarrollo". Todo está aún por
verse en la Argentina tanguera y desencantada. No habrá que esperar mucho tiempo
para sopesar el desenlace de las premoniciones que dejaron las elecciones de
ayer porque, como dice la letra del tango de Gardel, es un soplo la vida.
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