EL LOBBY SECRETO ENTRE CHEVRON Y EL GOBIERNO ECUATORIANO

Por Leonardo Parrini

No es de extrañar, era una conducta previsible, sin embargo leer la noticia no deja de causar estupor: la Chevron buscó negociar por debajo de la mesa con el régimen de Rafael Correa. Para ello contrató, según documentos confidenciales del 2010, a una empresa de lobby encargada de contactar al ex subsecretario de Estado Arturo Valenzuela, quien oficiaría de portavoz con mensajes directos dirigidos al presidente Correa.

La estrategia de la petrolera norteamericana consistió en “infiltrar” al Gobienro ecuatoriano  con el propósito de vender las bondades de una negociación política, en lugar de continuar con litigios locales e internacionales. Chevron, ahora dueña de la Texaco, acusada de contaminar el norte de la Amazonía ecuatoriana, buscó acercamiento a través de funcionarios, expertos y políticos para alcanzar un acuerdo con Ecuador, según un facsímil interno de la petrolera fechado 22 de octubre de 2010. El documento es “dirigido por Alec Watson, de la empresa Hill & Company, a Bill Irwin, de Chevron. Watson es director de la consultora internacional  Hills & Company, dedicada a proveer  información y asesorar a clientes con afán de negocios especialmente en Latinoamérica”.

Lo que está en juego en las negociaciones es el pago de 19 mil millones de dólares que Chevron debe cancelar a Ecuador por daños y perjuicios, según sentencia de la corte ecuatoriana. El impacto causado por las operaciones de la Texaco en suelo ecuatoriano afectó la salud de treinta mil miembros de las comunidades Cofán, Siona, Secoya, Waorani y Kichwa, además de depredar la fauna, flora y fuentes de aguas de esos territorios de las provincias de Orellana y Sucumbíos. Entre 1972 y 1992 Texaco extrajo 1.5 mil millones de barriles de petróleo de Ecuador; durante este periodo vertió 19 mil millones de galones de residuos tóxicos en la región y derramó 17 millones de galones de petróleo. Si bien la Chevron contrató a la compañía TexPet para realizar presuntos trabajos de limpieza, la contaminación de aguas persiste, según fuentes de la prensa estatal ecuatoriana.

Chevron buscando acuerdos alternativos ofreció una propuesta discutida con el Subsecretario Adjunto, Craig Kelly, para “promover una discusión entre el gobierno ecuatoriano y Chevron”, relacionada con la contaminación ambiental provocada en la Amazonía. La agenda temática propuesta por Chevron incluía: “el juicio de arbitraje desfavorable de $700 millones contra Ecuador; la validez de comunicados que el Gobierno ecuatoriano (en 1998, con Jamil Mahuad) dio a TexPet (subsidiaria Texaco); las Preferencias Arancelarias Andinas (Atpda), programas de desarrollo para la gente del Oriente, etc.”. Todo ello en el contexto del interés norteamericano de “seguir fortaleciendo las relaciones bilaterales” entre EE.UU y Ecuador.

El primer escollo a vencer para lograr que las negociaciones propuestas por Chevron con el Gobierno ecuatoriano resultaran coherentes, fue la necesidad de dar una apariencia positiva al intento; toda vez que resultaba incomodo que Correa gestionara políticamente acuerdos con Chevron,  en vista del proceso judicial de Lago Agrio y de la presión política y de toda la retórica negativa en contra de la transnacional.

La solución tendría que venir del Gobierno ecuatoriano, puesto que en opinión de los norteamericanos, “Correa está en la mejor posición para resolver esto, si él quiere una solución negociada”. Se debería enseñar los resultados de la negociación como victoria para Correa, “quien mostrará que ha obtenido de Chevron beneficios para la gente del Oriente y asistencia para que Petroecuador fomente esfuerzos de limpieza”

¿Síntoma de debilidad de la transnacional Chevron o existen brechas por donde filtrarse en el régimen de Rafael Correa?   

El capítulo concluye con un epílogo claro: las “medidas sutiles” mediante las cuales los funcionarios norteamericanos buscaron acuerdos alternativos con el Gobierno de Rafael Correa, fueron adoptadas tomando en cuenta que intentaron “en siete ocasiones anteriores, acercarse a  la administración de Correa, pero  siempre  fueron rechazados.”