Por Leonardo
Parrini
Mensajes en
línea que desdicen de lo que somos públicamente. Sitios que visitamos en la red
y por privacidad mantenemos en estricto secreto. Diálogos
candentes con amigas o amigos clandestinos. Correspondencia con familiares y
detalles de nuestros gustos y obsesiones. Pinchazos a páginas censuradas.
Información confidencial sobre nuestros trabajos. Contactos comprometedores y
relaciones íntimas. Todo aquello que, de saberse públicamente, nos descubrirían
en alma y cuerpo enteros. La oculta privacidad que compromete nuestra imagen
pública, puede ser espiada y difundida en Facebook y Google, según informes de
WikiLeaks.
Los contenidos
de nuestra convivencia en las redes y sitios de internet pueden salir a la luz
pública el momento menos pensado, o servir de insumo para extorción en manos de
un enemigo o persona a la que le caemos simplemente mal. O en casos de menor
gravedad, ser información para los anunciantes de publicidad que nos bombardean
con mensajes personalizados.
¿Cómo es que una
organización o persona no autorizada puede llegar a conocer nuestras
intimidades? Sencillo y aterrador, gracias a Facebook y Google que, según
Julian Assange, el duro de WikiLeaks, están “en el negocio de ser agencias de
espionaje”. En una entrevista concedida al periódico digital chileno El Mostrador, Assange hizo la revelación
“para
desmitificar al gigante de la tecnología global y desentrañar el negocio tras
la administración de billones de datos personales de millones de seres humanos
en todo el planeta”. La denuncia de WikiLeaks ofrece detalles de cómo Facebook “dio a conocer
un dossier sobre espionaje económico de Estados Unidos a Francia en medio de la
nueva ola de ataques terroristas”. Y en el caso de Google, reveló que esta
empresa “comunicó al mundo los avances de su trabajo más ambicioso, el proyecto
Descartes, o el punto de partida de la Inteligencia Artificial, basado en los
billones de datos que maneja”.
WikiLeaks informó que el libro de Julian
Assange Cuando Google encontró a
WikiLeaks publicado recientemente en
Chile, detalla que "Google y Facebook están
en el negocio del ser como una agencia de espionaje. Es su modelo de negocios:
recolectar toda la información que puedan de la mayor cantidad de gente en todo
el mundo, como sea posible, usando servicios libres. Toman esa información de
las personas, igual que como se pesca un pez, y la colocan en enormes bases de
datos donde ordenan esa información". El libro es la
respuesta de Assange al texto The New Digital Age (Vintage, 2013), cuyos
autores son el ex presidente ejecutivo de Google Eric Schmidt, junto a
Jared Cohen, hoy director de Google Ideas, la unidad encargada de lobby
de la empresa con los servicios de inteligencia estadounidenses.
Se conoce que
Google recibe seis millones de visitas diarias en su página de inicio. Poder de
convocatoria que confirma “su capacidad de condicionamiento del usuario que no
tiene ni ha tenido jamás ninguna empresa actual o del pasado". Este acceso
le permite hacer un dossier de cada persona, en relación a sus intereses, para
hacerla más predecible y vender esos perfiles a los anunciantes. Ese es el
negocio, afirma Assange. De este modo, la investigación de WikiLeaks señala que
“grandes empresas como Google colaboran con el espionaje estadounidense para
vigilar a personas de todo el mundo, al estilo del “Gran Hermano” del que
escribía el autor inglés George Orwell”.
Politización de Internet
La entrevista de
Julian Assange, concedida telefónicamente, al periódico digital El Mostrador de Chile, desde la Embajada
de Ecuador en Londres donde se encuentra asilado desde hace tres años, constituye
una alarma mundial que pone en alerta a los países consumidores de tecnología
norteamericana. La privacidad de las personas, tantas veces mitificada por los
intermediarios cibernéticos, y proclamada en los requisitos de consumo del
usuario, se viene al suelo ante una evidencia que se conocía cual secreto a
voces. Esta situación afecta de manera especial a los usuarios
latinoamericanos: "Un 98% de las
comunicaciones de América Latina son interceptadas por la Agencia Nacional de
Seguridad (NSA) al pasar a través de Estados Unidos al resto del mundo", sostiene Assange.
La zona latinoamericana cobra importancia
mundial y destacada por varios hechos, entre otros, porque actúa con mayor
autonomía que hace algunas décadas. Lo que sucede en el continente, a
partir de nuevas voluntades políticas que acceden al poder en los últimos diez
años, “es importante no sólo para sus habitantes, sino también para países en
el resto del mundo”. Muestra de ello es la innegable independencia de América Latina respecto
de los Estados Unidos.
El mundo es un
pañuelo, dice el refrán popular. Si, un pañuelo que hoy es mediatizado por
Internet. La red cibernética nos une bajo un concepto que Assange denomina la
"politización de internet". Este fenómeno implica "la más importante transición de
los últimos cinco años, ya que la sociedad humana e Internet se han fusionado,
creando una conciencia política más amplia”. En ello radica el peligro de “concentrar
gran parte de la información mundial en megacorporaciones tecnológicas, la
corrupción y el rol de los medios de comunicación independientes en la
llamada era de la politización de internet".
Pero no todo es
malo. En la era digital se ha potenciado los medios independientes de
comunicación on line. Esta alternativa que hoy es un estilo de vida encausa el
poder individual de la gente propiciando un notable impacto de sus
comunicaciones personales. La comunicación individualizada gana credibilidad y
aumenta la influencia persona a persona.
Es un buen
momento para los medios independientes, en una época “extremadamente vibrante”.
Las oportunidades y riesgos crecientes están a la vista en el nuevo ciclo de
las comunicaciones. La independencia editorial se ve amenazada, no por los
medios tradicionales, sino por el “poderío de las empresas mediáticas on line”.
Esa vía es el camino, aun cuando la
independencia y la privacidad sigan pendientes de un hilo en la red.
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