Por Leonardo
Parrini
El verso de Enrique
Santos Discépolo queda corto: Que el mundo
fue y será una porquería, ya lo sé…Que siempre ha habido chorros, maquiavelos y
estafaos, contentos y amargaos, barones y dublés…Siglo XX cambalache
problemático y febril. En el siglo XXI, la situación mundial es
insostenible por los abrumadores índices de injusticia social y
económica. ¿Qué sucede con la
igualdad, fraternidad y otras yerbas proclamadas por los mentalizadores del
actual orden económico social?
La respuesta en
cifras es elocuente: 62 ricos poseen tanto dinero como 3.600 millones de
personas. La fortuna de esta minoría es de $ 1.76 billones (millones de millones).
En cinco años se ha incrementado un 44% la riqueza de esas
62 personas, dueñas del planeta. La mitad más pobre de la población mundial
general alrededor del 10% de las emisiones totales de gases de efecto
invernadero a nivel mundial. En este siglo XXI la mitad más pobre de la
población mundial solo ha recibido el 1% de incremento de la riqueza, mientras
que el 50% de esa riqueza fue a parar al bolsillo del 1% más rico. La riqueza
individual que se encuentra oculta en los paraísos fiscales, asciende a 7,6 billones
de dólares. Mientras tanto, las posesiones de la mitad más pobre del planeta se
desplomaron en 41%.
El título que
encabeza un estudio sobre esta realidad publicado por la Oxfam,
entidad que reúne a varias Organizaciones No Gubernamentales (ONG) para
trabajar a favor de la reducción de la pobreza y la desigualdad en el mundo, dice: “Una economía al
servicio del 1%”. Eufemismo que resume la insostenible situación de desigualdad existente
en el mundo. El documento toma como base la lista anual de
multimillonarios de la revista especializada Forbes y Global Wealth Databook de
Credit Suisse y revela que el 1% de la población mundial acumula más riqueza
que el 99% restante.
El mencionado
estudio denuncia que “la desigualdad es favorecida por dudosos arreglos fiscales que
benefician sólo a los más ricos, por lo que es necesario tomar medidas en
contra de la evasión fiscal”. El documento de Oxfam sugiere además “un aumento
en la inversión en servicios públicos, así como un incremento de los ingresos
de la población que menos gana”. En el desarrollo del análisis se “pone en
evidencia el entramado mundial de paraísos fiscales y la floreciente industria
de la evasión y de la elusión fiscal, los cuales constituyen el ejemplo
de cómo el sistema económico se ha contaminado para favorecer a los poderosos”.
Se sugiere que “estamos atravesando una crisis de desigualdad y que el problema
no es la falta de riqueza en el mundo”. Se trata de una situación que no es
razonable, económica ni éticamente: que haya tanto en manos de tan pocos.
Entre las opciones que la Oxfam sugiere constan
el pago de un salario digno y reducir las brechas con respecto a los salarios
de los altos directivos, fomentar la igualdad económica y los derechos de las
mujeres. Además, propone mantener bajo control la capacidad de influencia de
las élites más poderosas, modificar el sistema mundial de investigación y
desarrollo, distribuir el esfuerzo fiscal de forma justa y equitativa y
combatir la inequidad a través de un gasto público progresivo.
America
Latina desigual
La Comisión Económica para América Latina y
el Caribe, CEPAL, señaló en su informe del 2015 que “la reducción de la pobreza
en la región está estancada”, y que en el 2014 “la pobreza afectó al
28.1% de la población”. El informe que se presentó en Santiago, en Chile indicó
que -ese año- el número de pobres alcanzó a 167 millones de personas en la
región, de las cuales 71 millones se encontraban en situación de indigencia
alarmante. La extrema pobreza, no obstante, aumentó desde el 11.3% en 2012
a un 11.7% en 2013; esto supone un aumento de 3 millones, hasta los 69 millones
de personas. Las proyecciones indican que en 2014 se habría registrado una
nueva alza, hasta el 12%, lo que significa que 71 millones viven con menos de $
1 dólar al día.
Ecuador
en cifras
En contraste,
desde el año 2017 al 2015, en el Ecuador el quintil más pobre ecuatoriano
duplicó su ingreso mensual per cápita y la pobreza extrema se redujo a un 8%,
ubicándose en el año 2015 en el 8,5%. El país registra una notable reducción en los
medidores de pobreza hasta 2016. En el año 2007, el 36,7% de la población vivía
en situación de pobreza, luego esta cifra en el 2014 se redujo al 22,5%. La pobreza extrema pasó del 12,9%, en
2007, al 5,7% en 2014. En el caso de la desigualdad, entre 2006 y 2014,
el Coeficiente de GINI de consumo bajó 4,8 puntos. Estos logros del Ecuador en cifras estadísticas, han sido
reconocidos por la CEPAL y otras organizaciones especializadas, no obstante
que el contexto internacional se cierne como una amenaza.
Si no imperan
urgentes valores de justicia y principios democráticos, el mundo seguirá siendo
“una porquería”. Triste cambalache de injusticia en manos capitalistas que
desdicen promesas de igualdad y fraternidad, contra la libertad de un sistema ya
obsoleto.
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