Por Leonardo Parrini
Hay dos circunstancias vitales que no podemos elegir: dónde y cómo nacer.
El lugar donde venir al mundo es una heredad que depende de una decisión ajena a
nosotros y tomada por nuestros padres. El territorio donde nacemos puede ser
favorable o menos propicio, de acuerdo con una reciente publicación del rancio semanario
británico, The Economist, que exhibe una lista de 80 países calificados como mejores
o peores, según los escenarios que ofrecen para “desarrollar una
vida próspera, saludable y segura”.
El artículo de The Economist,
titulado La lotería de la vida,
escrito por el periodista Laza Kekic, hace alusión al azar que, según el autor,
implica nacer en un lugar y no en otro. El mapa coloreado con matices de azules
y rojos que acompaña a la publicación, representa las condiciones, positivas o
negativas, que ofrecen para vivir países de los cinco continentes. El estudio
se basa en la recolección de datos referidos a salud, seguridad, calidad de
vida y previsiones económicas. Según Kekic, Suiza encabeza la lista como el
mejor país donde nacer, seguido de Australia y Noruega; mientras que, Nigeria está
ubicado en el último lugar como el peor.
The Economist, semanario
fundado en Londres en 1843, trata
temas económicos y de relaciones internacionales bajo el prisma del grupo
empresarial al que pertenece y que dispone de la Unidad de Inteligencia de The
Economist, división que realiza estudios para información y orientación de los
inversores extranjeros. La publicación británica vende la idea de que
nacer aquí o allá, es un albur. Sin embargo, lo que no dependen del azar, sino
de claras condicionantes políticas y económicas, es el desarrollo de un país. Quienes
nos califican como países prósperos, seguros, con menor o mayor riesgo, lo saben;
y, bajo un discurso eminentemente político, “orientan” a los inversores
internacionales de acuerdo con su calificación. Ese solo hecho, que no tiene
nada de azaroso, condiciona la imagen del país que es juzgado por su realidad
socioeconómica que no depende sólo de sus decisiones, sino del conjunto de
características del sistema donde se desarrolla.
La situación en América Latina
Al revisar la lista de The
Economist saltan a la vista las sorpresas. El ranking del mejor país donde
nacer no lo encabeza EEUU o los países de la Unión Europea, pretendidos modelos
de progreso y bienestar, tampoco la emergente China que aún está lejos de ser
un buen país donde nacer.
En la nómina de The Economist,
Ecuador ocupa el puesto 65, el último de América Latina de la lista regional
encabezada por Chile, en el puesto 23. Brasil se sitúa en el lugar 37, México
en el 39, Argentina en el 40, Colombia y Perú en los puestos 42 y 43,
respectivamente. Venezuela, en el puesto 44, cierra el grupo peor ubicado que
incluye a República Dominicana en el puesto 52, a El Salvador en el 62 y a Ecuador
en el 65.
¿Qué sugiere esta situación? El
significado es claro: The Economist apunta a que la mitad de los países
latinoamericanos “sufrirán un deterioro de sus entornos para el negocio, sobre
todo aquellos que no hayan emprendido reformas estructurales”. La publicación,
en tal sentido, es un agüero y, al mismo tiempo, resulta una mirada sesgada
sobre el
curso de los cambios socioeconómicos
que están ocurriendo en el mundo y en la región latinoamericana.
Las economías emergentes de
Brasil, Rusia, India y China tienen puntajes inesperados en el ranking de The
Economist, ya que se preveía un mejor resultado en vista del dinamismo que han
experimentado en los últimos años. Al final de la lista, -hecho que no
sorprende- se ubican la ex URSS y un grupo de países africanos y árabes, naciones
que viven bajo el impacto de conflictos armados durante las dos últimas décadas,
propiciados por la incertidumbre política que suele ser reflejo del
neocolonialismo y la codicia de las grandes potencias. Si no pudimos elegir el país donde nacimos, al menos no nos neguemos la
oportunidad de hacer del Ecuador un país amable para vivir. Ese Ecuador
incluyente, soberano y próspero que todo ecuatoriano bien nacido aspira, a pesar
de la opinión de los agoreros de The Economist.
Sólo una pregunta le haría yo a The Economist... Si se vive tan bien en los países del norte de Europa como Noruega o Dinamarca, por ejemplo. ¿Por qué motivo entonces el índice de suicidios es tan algo en éstos países?... Desde mi humilde punto de vista, el dinero no lo es todo señores, las personas y el entorno valen más, y en eso en latinoamérica hay bastante, somos pobres pero felices... Un saludo
ResponderEliminarInteresante y muy pertinente punto de vista, amigo. Saludos.
EliminarNo me sorprende la postura de esta revista, esta sesgada en contra del proceso, que sin tacharlo de bueno o malo vive el Ecuador. Creo que el país tiene un proceso de cambio estructural importante a nivel social y que esta revista ha negado en varios de sus últimos editoriales. Sin embargo, es importante contrastar esta sesgada investigación con las últimas publicaciones de la CEPAL y organismos internacionales donde sitúan al Ecuador como uno de los países con mayor reducción de la in equidad y que más ha mejorado sus condiciones de vida.
ResponderEliminarSaludos
Yo quiero saber como hacen estas encuestas?? El ecuador en la peor lista de latina america para nacer?? Osea según ellos en ecuador hay pandillas ,sicarios,narcos ,etc ...XD AMANECEN DECENAS DE MUERTOS DIARIO!! XD HAY QUE SER REALISTA EN TODO LATINO AMERICA HAY VIOLENCIA,CORRUPCIÓN,POBREZA ,ETC !! PERO EN ECUADOR HAY UNA REVOLUCIÓN QUE ESTA CAMBIANDO LA SOCIEDAD , OSEA SUS PUEBLO!! QUE NO LO QUIERAN RECONOCER ES DIFERENTE !!!! TODO POR SU CONVENIENCIA DE LAS GRANDES POTENCIAS, ES MUY DIFERENTE QUE NO LO QUIREN RECONOCER!!!
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