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sábado, 12 de octubre de 2013

ALARMANTE DISCRIMEN CONTRA NIÑAS EN EL ECUADOR


Por Leonardo Parrini


En “alarma general” se declaró la organización Plan Internacional ante las reveladoras cifras que arroja una investigación realizada en Ecuador sobre violencia contra la mujer: el 78% de las niñas sufrió maltrato en sus hogares y el 41% en las escuelas. La entidad dirigida por Rossana Viteri denunció que en el país existe “discriminación estructural hacia las mujeres” que padecen de una problemática agudizada por la dificultad de acceso a la educación, el embarazo adolescente, la violencia intrafamiliar y el trabajo doméstico infantil.

No deja de sorprender la “alarmante situación” de las mujeres en Ecuador, un país que exhibe una de las constituciones más “garantistas” del mundo, acerca de una gama de derechos puestos en el papel hace cinco años desde que se inició un proceso que redefinió el rol del Estado en la sociedad ecuatoriana, bajo los principios de equidad e inclusión. 

La investigación de Plan Internacional reveló que “el 69% de los menores entre 10 y 15 años han sido víctimas de violencia de género, especialmente abuso sexual, según un estudio de entidades locales e internacionales mencionado por Viteri”. Bajo estas cifras subyace “un Ecuador que ha normalizado, naturalizado, la violencia contra las niñas especialmente, tanto así que resulta casi invisible". Una realidad oculta, que esconde en su trasfondo una “menor valoración hacia el género femenino” en un país que a los ojos del mundo inició un proceso de transformación social y política.

Los realizadores del estudio señalaron como causa de la violencia contra la mujer en el Ecuador, la existencia de una sociedad patriarcal “que pone el acento en la valoración de lo masculino” y en la que lo femenino es visto como una categoría menor. Como ejemplo se mencionó que en una provincia del país una partera cobra más dinero cuando nace un niño varón, manifestaron los investigadores.  

Cartas reveladoras

Durante el desarrollo de la investigación, menores de nueve provincias del Ecuador involucradas en el estudio enviaron, aproximadamente, 1.500 cartas narrando sus casos particulares. En las misivas la palabra “miedo” fue el común denominador para el 58% de las niñas que confesaron “haber sufrido algún tipo de violencia en el hogar, escuela o espacio público”. Las infantes narraron hechos de maltrato, abandono de sus progenitores y miedo a que no las apoyen en sus estudios, debido a que los padres consideran una mala inversión pagarles los estudios porque finalmente terminaran casándose.

Las cartas escritas con mano temblorosa por las menores de edad son el crudo testimonio de la inseguridad en que viven en su entorno familiar y barrial. Una niña pidió al Presidente Rafael Correa proveer de alumbrado público a su barrio para que en medio de la oscuridad no se la lleve “ese señor” que llevó a su amiga.

Las cartas de las menores reflejan temor al embarazo y a que “personas grandes les hagan daño”; principalmente miembros o allegados de sus hogares, puesto que, según los estudios, allí conviven acosadores sexuales y violadores. Un 94% de las niñas manifestó conocer algún caso de embarazo adolescente, situación que en las dos últimas décadas ha aumentado en un 80% en el Ecuador. Un 37% de las niñas relata episodios de violencia relacionada con actos sexuales y un 14% denuncia abiertamente violencia sexual en lugares cercanos a sus hogares.

El trabajo infantil doméstico se perfila como la otra pesadilla de las niñas menores de edad que, según el 74% de las entrevistadas, les impide jugar o estudiar. Obligadas a prestar servicios domésticos, las menores no tienen posibilidades de terminar sus estudios primarios o secundarios.

Representantes de Plan Internacional manifestaron que mucha responsabilidad sobre los hábitos sexuales de los adolescentes la tienen  los medios de comunicación, debido “al bombardeo de información que les impulsa a ser adultos más pronto”. Los paradigmas machistas son identificados como un impedimento para lograr una sociedad equitativa que vincule la masculinidad a un gesto responsable con la mujer.

La investigación apunta a crear conciencia sobre la necesidad de asegurar educación a las menores de edad entrevistadas que, en un 80%, manifestaron interés “en seguir estudiando”. Este es un llamado de atención a las autoridades educacionales que deben garantizar la cobertura educativa en el país para “que no haya una niña fuera de las escuelas”.

El Ecuador incluyente debe asegurar que una auténtica revolución cultural llegue a todos los estamentos de la sociedad, con nuevos valores que permitan el desarrollo de la niñez y de la adolescencia en un ambiente seguro, sin miedos, que asegure su valoración como seres humanos. Acaso sea este el primer paso hacia una sociedad en capacidad de soñar y hacer realidad la utopía de un país libre de violencia de género.

1 comentario:

  1. Son cifras escalofriantes. No sabía que el abuso era tan común como se pinta aquí pero tenía una novia que era docente de Inglés para niños (en Quito) y a veces sí se chocó con casos de abuso y los trastornos emocionales que éstos conllevan. Gracias por hacerme caer en cuenta de la situación.

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