Por Leonardo Parrini
La Plaza Grande
de Quito, escenario de los tres poderes: el gubernamental en Carondelet, el
municipal en la Alcaldía Metropolitana y el eclesiástico en La Catedral, tiene
nuevo vecino: el flamante nuevo alcalde electo de Quito, Mauricio Rodas. Se
trata de un emergente político que sacó del sillón municipal a su actual huésped en
fácil lid electoral, en la que a juicio de observadores el “nuevo outsider de
vieja escuela, apostillando un discurso francamente elemental, edulcorado por
sus curtidos chefs del marketing político, no tuvo que esforzase mucho para
instalar el "anti" necesario y suficiente para derrotar a Barrera en
Quito, y por extensión, al Gobierno, en el mismísimo corazón político del
Ecuador”.
No obstante el
ácido perfil, una elemental norma de convivencia dicta que entre los habitantes
de un mismo barrio deben existir buena vecindad y cívico entendimiento. Así lo
han comprendido el Presidente Rafael Correa y Mauricio Rodas.
El nuevo Alcalde de Quito ha prometido frente a sus partidarios: "Soy un
demócrata y siempre lo seré, como Alcalde de Quito mi único objetivo será
servir a los quiteños", además agregó que tiene toda la “disposición para
trabajar coordinadamente con el Ejecutivo”. El Presidente Correa, ha manifestado
que "por supuesto colaborará con él. Está en la ley, jamás vamos a
perjudicar a la ciudadanía de Quito, pero entendamos lo que está en juego, no
es el servicio a la ciudad, es una punta de lanza para tratar de parar a la
revolución ciudadana, sabemos de lo que hablamos, si una buena virtud tengo, es
saber los escenarios futuros y ojalá no me equivoque, pero es raro que me equivoque
en estas cosas”.
¿Podrá la vida,
al margen de las buenas intenciones, hacer realidad este buen entendimiento en
beneficio de la ciudad o se trata de otra versión de pernoctar cerca del
enemigo?
En la hoja de
vida del alcalde electo se lee: Mauricio Rodas, nació en Quito el 15 de
abril de 1975. Hijo de Gustavo Rodas, abogado cañarense, y Victoria Espinel
Elizalde. Ex alumno del colegio Intisana (Quito), terminó la secundaria en la
Unidad Educativa Tomás Moro. Allí ocupó la presidencia del Consejo Estudiantil.
Casado con la venezolana María Fernanda Pacheco Púnceles, con quien procreó
tres hijos. Apasionado de la lectura también le gusta la música; toca el piano
y en su juventud integró la banda de rock Tabú. Tiene maestrías en Ciencias Políticas y
Administración de Gobierno de la Universidad de Pensilvania. Además estudió
jurisprudencia en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Entre el 2007
y 2011 fue fundador y director de la Fundación Ethos, organización sin fines de
lucro que realiza análisis y diseño de políticas públicas para América Latina. En
el 2013 fue candidato a la Presidencia de la República por el movimiento Suma y
se ubicó cuarto lugar con un 3,90% de votos. A finales de 2013 se postuló
a la alcaldía de Quito en la alianza entre los movimientos Suma-Vive.
Los vínculos de Rodas
Indagando en fuentes
alternativas -Prensa Latina, entre otras- se
encuentra que Mauricio Rodas, cuando terció como candidato a la Presidencia del
Ecuador en el 2013, presentó la propuesta Modelo de Gobierno Responsable que
según dijo fue una iniciativa de la fundación Ethos (Centro de Investigación en
políticas públicas para América Latina con sede en México) junto con la
participación de académicos y expertos con experiencia práctica en gobiernos de
diferentes países. En esta organización aparece relacionado con el escritor y
columnista venezolano antichavista, Moisés Naim, “miembro del directorio de la
NED; del Foro Económico Mundial, Director del Banco Mundial y ex ministro de
Comercio del gobierno neoliberal del venezolano Carlos Andrés Pérez".
Se conoce que entre
los financistas de Ethos estarían organizaciones como el Foro Económico Mundial,
la National Endowment for Democracy (NED) y la Agencia de los Estados Unidos
para el Desarrollo Internacional (USAID), principales agencias financieras de
Estados Unidos que alimentan a los grupos opositores de los gobiernos
izquierdistas en América Latina. Durante el año
2011 Mauricio Rodas presentó el llamado Índice Ethos “sobre la pobreza que
ubicaba a Ecuador en el penúltimo lugar. La entonces Secretaría de Comunicación “demostró que los
índices que exhibía Rodas eran de 2006. Entre otras cosas, se basaban en
encuestas de percepción, se mezclaban indicadores de diferentes años sin
ninguna lógica”. El índice, según se dijo, intenta “eliminar las disputas entre izquierda y
derecha para promover un acuerdo y un nuevo modelo de gobierno”. No obstante, los contactos políticos
de Rodas incluirían a Enrique Krauze, “historiador e intelectual de extrema
derecha, un fanático del libre mercado, opositor acérrimo de la izquierda
latinoamericana y con marcadas posiciones de tendencia fascista y racista”. El
venezolano Henrique Capriles, opositor al régimen chavista y de conocidos
nexos con el colombiano Álvaro Uribe, cuyo asesor es el venezolano J.J. Rendón “que
tiene orden de detención de la Interpol en Venezuela y El Salvador, por cargos
de violencia sexual”.
Según observadores
políticos, “Mauricio Rodas forma parte de esta alianza tácita de la derecha
latinoamericana para volver al poder, a través del financiamiento de
organizaciones vinculadas a la CIA como la NED y USAID”. Rodas representa “apenas
una pieza del poderoso engranaje ganador, montado con muchos recursos sobre una
gran plataforma mediática”. Rodas dice ser centrista-progresista, ha comprometido
un proyecto político que proclama la baja de impuestos, sin que se diga nada
sobre la reducción del gasto social o privatización de muchos servicios
básicos. Ese engranaje no descarta la misión delineada por la derecha regional de
disponer de un nuevo patrón de candidato de derecha de siempre, “ahora
presentada en versión amigable-light-moderna”. Como representante de esa
derecha, Rodas es la mirada de “un Quito
privatizado, privatizador y privador, en el que los espacios públicos y los
servicios básicos son para quienes pueden pagarlos”, según el ex canciller ecuatoriano
Kinto Lucas.
De alguna manera,
todo este panorama sintoniza con una denuncia hecha por el Presidente Rafael
Correa, en el sentido de que Ecuador está amenazado por la extrema derecha
latinoamericana y mundial al igual que Venezuela y Argentina. “Miren lo que
está pasando en Venezuela y Argentina, -señaló Correa- es el mismo guión del
que quieren réplicas aquí, con los mismos financistas del extranjero, que
quieren dar golpes de estado blandos”. El Presidente agregó que “esa es la derecha latinoamericana
y mundial, la que está amenazando a Ecuador”. Por sus obras los conoceréis,
dice una sabia máxima bíblica. El perfil del nuevo vecino de la Plaza Grande se
irá “calibrando” con el tiempo, “en tanto sea capaz de cumplir con sus ofertas
electorales, y sobre todo, en la medida en que sepa responder a la ambiciosa
agenda represada de sus padrinos políticos”.
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