martes, 25 de febrero de 2014

ECUADOR HOY: ALGO ANDA MAL


Por Leonardo Parrini

El anchor del noticiero local, Alfredo Pinoargote, mira a su entrevistado con gesto circunspecto. El banquero sonríe. Y en seguida responde al requerimiento de explicar el resultado electoral del domingo 23 de febrero con una idea-fuerza: El pueblo ecuatoriano pidió y votó por libertad, democracia y solidaridad, responde Guillermo Lasso con una naturalidad que sorprende. A continuación, hace un llamado a seguir demandando estas categorías que, según su discurso, se habrían perdido en el país.

Cuando una sociedad reclama libertad en lugar de pedir pan, algo anda mal. Y esto no quiere decir que el pan sea más importante que la libertad. Cuando una sociedad demanda democracia y, al mismo tiempo, participa en un proceso eleccionario sin restricciones, algo anda mal. Cuando ambas peticiones se formulan, sin ambages, en un noticiero de televisión, estamos en presencia de una estrategia de comunicación política de nuevo cuño, pero de vieja data. El banquero entrevistado reitera varias veces la idea-fuerza, y no satisfecho con su alocución concluye: Ecuador es un país que tiene esperanza de que un día la libertad y la democracia brillen con plenitud. No basta la obra física, porque no da libertad. Sonríe pletórico. El anchor sonríe cómplice. La entrevista da paso a comerciales.

Nueva estrategia de la derecha

Oír al banquero Guillermo Lasso no sorprende, puesto que esta trilogía de libertad, democracia y solidaridad es una parodia del ideario reaccionario en defensa de los fundamentos del capitalismo: libertad de empresa, democracia formal y solidaridad de clase. Lo que llama la atención es que se proclamen estos principios en una sociedad que se jacta de ser incluyente y democrática, cuyos derechos colectivos e individuales están claramente amparados en la Constitución del 2008, la más garantistas de la historia del Ecuador. Algo anda mal.

Cuando Rafael Correa ascendió al poder inauguró un proceso de revolución ciudadana con la promesa de profundizar la democracia, a través del ejercicio de derechos colectivos que condujeran al Buen Vivir. Proclamó la libertad, como una forma de recuperar la soberanía del país en la toma de decisiones y en el manejo de la política pública nacional e internacional.  Al cabo de siete años, el Gobierno de Rafael Correa sufre “un revés electoral” en algunas ciudades importantes, mientras que en otras mantiene el liderazgo político. Las elecciones seccionales ratificaron la participación ciudadana en un proceso con plena libertad y en democracia, como confirmaron los observadores electorales internacionales. Pero el banquero opositor nos dice que el pueblo ha votado luchando por la democracia y la libertad inexistentes. Algo anda mal.  

Los vacíos ideológicos

La revolución ciudadana ha dejado un espacio ideológico vacío en la defensa de sus principios y allí la oposición ha clavado sus banderas reclamando libertad y democracia. Algo anda mal en la categorización política de la revolución. No se observa a simple vista un condumio ideológico que refleje el carácter democrático y libertario del proceso, que se deja posicionar como lo contrario de lo que pretende ser.

Pareciera que las demandas sociales ya no son motivo de disputa, así como tampoco las etiquetas partidistas (izquierda o derecha), dado que la ciudadanía ahora busca un diálogo con sus representantes que debe ser atendido, según los analistas. Los episodios desafortunados que protagonizó el régimen son exhibidos como el leiv motiv de la demanda de libertad: la detención de los estudiantes del Colegio Central Técnico, el enfrentamiento verbal con el cantautor Jaime Guevara, el pedido de rectificación al caricaturista Xavier Bonilla ‘Bonil’, la defensa de la minería a gran escala y la luz verde para la explotación del Yasuní; la renuncia simbólica de los médicos en rechazo al Código Penal y el malestar de quienes apoyan la despenalización del aborto. Para algunos analistas, “ahora la derecha está a la ofensiva con un apoyo internacional muy grande” y se proponen virar la tortilla.


¿Cómo pueden los representantes de los conspicuos banqueros rasgar vestiduras por la libertad y la democracia, si el país que gobernaron hasta hace siete años, a través de sus secretarías partidistas, distaba mucho de ser un paraíso de oportunidades libertarias y de participación democrática? Por el contrario, nos heredaron un país represivo y con ciudadanos desaparecidos, con graves falencias en servicios básicos de salud, educación, vivienda, un país sin trabajo para millones de personas que tuvieron que emigrar, un país con una crisis económica sin precedentes y banqueros prófugos de la justicia, un país sumido en complejos de inferioridad política y social. Ese pasado oprobioso de huasipungos, guasmos y cordones periféricos de marginalidad urbana y rural, habla de un Ecuador sin libertad, encadenado a la miseria y sin democracia participativa real.

Hoy que el Ecuador enfrenta el desafío de consolidar el cambio de historia. La oposición al Gobierno, frente ese cambio, pareciera que no tiene nada que demandar en términos de salud, vivienda, oportunidades laborales, educación, participación ciudadana, soberanía internacional, redistribución de la renta petrolera, etc., entonces apela, como una panacea, a reivindicaciones manidas como la “falta de libertad y democracia”. Algo anda mal cuando la derecha política en el Ecuador orquesta una estrategia -según el Presidente Correa- que busca desestabilizar un Gobierno que se propone liberar al país de la dependencia del capital internacional y democratizar la convivencia nacional. Algo anda mal, cuando en ausencia de una didáctica estatal que enseñe los fundamentos libertarios y democráticos del proceso de cambio, los enemigos de la transformación social pretendan imponer un discurso agitador, de fantasía sin imaginación, que insita a asaltar el poder en nombre de una libertad y una democracia que nunca antes les interesó.

1 comentario:

  1. Anónimo2/27/2014

    muy buen punto de vista sobre el ciclico aparecimiento de los banqueros, ahora en una surte cambiada, porque antes, la vieja partidocracia a travez de sus voceros hablaba x los banqueros y, ahora los banqueros hablan poe si mismos en la busqueda de ese espacio de "libertad y democracia" que les permitio juntos a sus sastres favoritos, la partidocracia, hacer leyes que les dieron todo tipo de prevendas para saquear al pais a su antojo. Como se dice en el analisis algo anda mal, para ellos, cuando estan expectantes del mas minimo error del gobierno para tratar de cimentar sus supuestos ideales de una real democracia. Lo cierto es que hasta ahora, les parece imposible que la" gallina de los huevos de oro" se les haya escapade y no encuentran como hacer para que esa rica y real democracia de libertades y libertinajes, vuelva otra vez a ponerce a su servicio, al servicio de los banqueros y sus pertidoempleados.seguro aalgo anda mal.

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