Por Leonardo Parrini
La niebla londinense -o fogs, en inglés-
tan nombrada en los cuentos de Charles Dickens, es un fenómeno climático
que tiene más de mito que de verdad, como la opacidad diplomática londinense que
cubre el caso Assange. A pocos días del 19 de junio, fecha en que se cumplirá
un año del ingreso de Julian Assange a la Embajada ecuatoriana en Londres, el
misterio y el velo informativo cubren los hechos, sin que hasta el momento
las autoridades ecuatorianas logren una salida al impasse diplomático con el gobierno británico.
El fundador de Wikileaks, Julian Assange, permanece asilado en la sede diplomática
sudamericana, en tanto que el gobierno del Reino Unido se niega a otorgar el
salvoconducto pertinente para que Assange viaje a Ecuador bajo protección de asilo
diplomático. Asilo concedido “en defensa de los derechos humanos, más que por cuestiones meramente
políticas”, según argumentó el Gobierno ecuatoriano.
Los considerandos observados
por la Cancillería ecuatoriana para otorgar el asilo a Julian Assange permanecen
intactos, y se refieren a que Assange
"es un profesional de la comunicación galardonado internacionalmente por su
lucha a favor de la libertad de expresión, la libertad de prensa y de los
derechos humanos; que existen serios indicios de retaliación por parte del país
o los países que produjeron la información divulgada por Assange, represalia
que puede poner en riesgo su seguridad, integridad, e incluso su vida".
Además, el Gobierno ecuatoriano puso de relieve para otorgar la protección
diplomática el hecho de que “la evidencia jurídica muestra claramente que,
de darse una extradición a los Estados Unidos de América, el señor Assange no
tendría un juicio justo, podría ser juzgado por tribunales especiales o
militares, y no es inverosímil que se le aplique un trato cruel y degradante, y
se le condene a cadena perpetua o a la pena capital, con lo cual no serían
respetados sus derechos humanos”.
Este argumento está en línea con
una reciente declaración de Julian Assange a la agencia AFP, en la que denuncia
un "colapso catastrófico del derecho" en Estados Unidos, país cuyo gobierno “trata de blanquear
sus actividades de espionaje de las comunicaciones telefónicas e Internet,
reveladas esta semana por dos artículos de prensa abrumadores”. El
gobierno estadounidense en la actualidad -según Assange- tiene grabaciones
telefónicas de todo el mundo en Estados Unidos y “la Agencia de Seguridad
Nacional NSA, los obtiene diariamente de manos de los
operadores en virtud a acuerdos confidenciales. Es lo que se desprende".
Guerra cibernética
El Departamento de Defensa de EE.UU tiene en la mira a Julian Assange debido a las
filtraciones hechas por Wikileaks relacionadas con la guerra de Afganistán y el ataque aéreo en Bagdag en julo de 2007, así como registros de la guerra de Irak, hechos frente a los que Assange denunció “delitos consentidos por el Pentágono”.
Los detractores de Assange, como la ex gobernadora de Alaska, Sarah Palin, piden
la captura de Assange como si se tratara de un terrorista. Mientras que el
presentador de FOX, Bill O'Reilly, sugirió
la ejecución de los miembros de WikiLeaks, petición que coincide con la postura de Tom
Flanagan, asesor del Primer Ministro del Gobierno de Canadá, en el sentido de
que “Julian Assange debería ser asesinado”.
En contraste, voces de todo el mundo se alzan en defensa del australiano,
entre las que destacan la del cineasta norteamericano, Michel Moore
que aportó 20 mil dólares para la fianza de Assange, puso sus
servidores, página web y nombres de dominio a disposición de Wikileaks y
aplaudió la concesión del asilo a Julian Assange en Ecuador. El periodista de
investigación John Pilger, junto con el director de cine Ken Loach, también ofrecieron
ayuda económica a Assange. Otra voz de aliento provino de Lula da Silva, ex
presidente de Brasil, quien exhortó a la liberación de Assange por considerar
que se atenta contra sus derechos a la libertad de expresión.
El congresista republicano por Texas, Ron Paul se expresó públicamente a
favor del fundador de Wikileaks, Julian Assange, porque "en una sociedad
libre se supone que sepamos la verdad", y manifestó que "en una
sociedad donde la verdad se convierte en traición a la patria, entonces estamos
en graves problemas."
El 8 de diciembre de 2010, en solidaridad con Assange, tuvo lugar la
Operación Payback cuando integrantes del Grupo Anonymous atacaron la Web de la
Fiscalía de Suecia y de las empresas Mastercard y Visa, declaradas enemigas de Wikileaks
por suspenderle sus servicios. El Gobierno de Australia,
a través de Kevin Rudd,
Ministro de Exteriores, exculpó ese mismo día a Julian Assange de las fugas de información,
mientras que el Gobierno de Wirtland -un país virtual- concedió la ciudadanía a Julian
Аssange, como un signo de apoyo y reconocimiento de sus logros.
Ecuador se propone doblar la mano al Gobierno del Reino
Unido en Inglaterra sobre el tema Assange. El Canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, viajará a Londres, el 16 de junio, para entrevistarse en la sede ecuatoriana con Assange; y al día siguiente, convesar con el Mnistro britanico de Asuntos Exteriores. Fuentes de Foreing Office confian en que la visita de Patiño "pueda contribuir a nuestro compromiso conjunto de encontrar una solución diplomatica a al asunto".
Todavía quedan muchas interrogantes
relacionadas con los motivos que tiene Londres para negar el salvoconducto a Assange
y otros tantos secretos relacionados con todo lo que sabe Wikileaks sobre los
EE.UU. Misterios e interrogantes que se disiparán -junto con la niebla diplomática
londinense- y Julian Assange pueda contar la parte opaca de esta historia, ya
en suelo ecuatoriano.
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