Por Leonardo Parrini
Tío caimán hablaba inglés y andaba por todo el mundo
y en cada sitio que iba metía su colmillo inmundo.
Esta canción del grupo chileno
Quilapayún retrata de cuerpo entero la injerencia de los EE.UU. en los países del
mundo. Injerencia que -segun el Gobierno ecuatoriano- se puso de manifiesto en Ecuador con las recientes declaraciones del Embajador norteamericano, Adam
Namn, en un mitin organizado por el gremio Unión Nacional de Periodistas, UNP.
Mientras se pintaban grafitis
en un muro durante el acto político por el Día Mundial de la Libertad de Prensa,
convocado por el gremio periodístico, Vicente Ordoñez, Presidente de la UNP dijo:
“Cuando no existe respeto a las ideas no queda otro medio más licito que utilizar
las paredes”. Esta declaración fue aupada por el Embajador norteamericano Adam
Namn, en términos considerados intervencionistas por el gobierno ecuatoriano: “Es
el deber de un gobierno de proteger a la prensa libre, es importantísimo en una
democracia”. Acto seguido, el embajador escribió un grafiti que rezaba: “La
única seguridad para todos es una prensa libre-Thomas Jefferson (1823)”, junto
a varias alusiones opositoras al Gobierno ecuatoriano escritas por los manifestantes sobre el muro en
el lugar del mitin.
El Presidente Correa se
pregunta con qué solvencia nos habla de libertad (Adam Namn), puesto que
libertad en EE.UU. es
que las transnacionales puedan financiar a las campañas políticas sin límites: “No
sea mal criadito y metidito aquí se va encontrar con dignidad y soberanía. No
tienen solvencia moral para venirnos hablar de derechos y de libertad. No sea metidito.
Está bien que el pueblo los vea juntitos a los periodistas payasitos y al
embajador que está financiando todo aquello; que sepamos bien dónde está y con quién
está esa gente y que el pueblo sepa qué poderes estamos enfrentando”.
El caimán, depredador de afilados
dientes y gran voracidad, resulta una metáfora perfecta para simbolizar a la política
exterior norteamericana, a través de sus agencias gubernamentales. Voracidad política
que ha quedado en evidencia cada vez que los EE.UU. han irrespetado el principio
de no intervención en los asuntos privativos de cada país, como establecen las
normas de convivencia internacional. La UNP invitó al evento a varias delegaciones
diplomáticas representadas en el Ecuador, pero todas, excepto la Embajada
norteamericana, se excusaron de asistir a un acto de claro tinte político, considerando
ese principio de no intervención en debates internos ecuatorianos.
Una historia de polémica cooperación
La historia del Ecuador muestra
evidentes casos de injerencia estadounidense en asuntos domésticos.
En 1980, el Presidente Jaime Roldós ordenó la expulsión del país del Instituto Lingüístico
de Verano, ILV (Summer Institute of Linguistics), una organización de origen
norteamericano íntimamente ligada con la Wycliffe Bíble Traslator (WBT), agrupación
financista de sectas religiosas encargadas de traducir la Biblia a idiomas y
dialectos de todo el mundo. Esta organización misionera fue fundada en la
década de los años treinta por William Cameron Townsend -también conocido como
Tío Cam-, y llegó a convertirse en una de las agencias protestantes más influyentes
de los Estados Unidos. Hacia la década de los años setenta el ILV disponía de
ingresos provenientes de donaciones particulares, iglesias, fundaciones, empresas
privadas, gobiernos y entidades, recursos que le permitían financiar
actividades de 3.700 miembros en 30 países. Según un documento del Colegio
de Etnólogos y Antropólogos Sociales de México, publicado en 1982, "a inicios
de los años sesenta, el ILV consiguió fuentes de financiamiento al suscribir
acuerdos con la Agencia Internacional de Desarrollo del Departamento de Estado
Norteamericano USAID, que apoyó la acción de los misioneros en Vietnam,
Camboya, Nepal y Guatemala; así mismo, ha recibido recursos del Departamento de
Salud, Educación y asistencia Pública de los Estados Unidos y de compañías
petroleras como la Shell".
Pero la USAID, tiene otras
líneas de financiamiento para actividades norteamericanas en el mundo. Desde su
creación, en 1962, se perfila como “la principal agencia a través de la cual el
Gobierno de los EE.UU. dirige recursos para la cooperación internacional”. Según
sus propios materiales de difusión institucional, la USAID, “brinda asistencia
para afianzar la democracia y expandir la prosperidad, mientras se logra una
mejor calidad de vida para miles de ecuatorianos”. Sus áreas de acción son el
tema ambiental en territorios amazónicos, promoción de comercio e incremento de
competitividad de empresas privadas, apoyo a gobiernos locales y participación de
la sociedad civil, fomento de actividad jurídica y legislativa, promoción de elecciones
transparentes, apoyo a sectores fronterizos, entre otros temas internos
del Ecuador.
El Presidente Correa se ha
referido “al apoyo financiero (4,3 millones de dólares) que está
brindando la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional
USAID, “frecuentemente vinculada con la CIA”, a organizaciones “disfrazadas de
ONG, como Grupo Faro y Fundamedios”. La referencia fue hecha en relación a una investigación
de prensa (Diario El Telégrafo), en la que se revela que “el Grupo Faro, Fundamedios,
Fundación Esquel y el Fondo Ecuatoriano Populorium Progressio (FEPP) participan
del proyecto “Ciudadanía Activa”, por 1,8 millones de dólares, que tendría
sesgo político para tratar, desde las bases de la sociedad civil, de
desestabilizar al Gobierno y echar al traste el Decreto 982 que regula a las
ONG”.
El proyecto Ciudadanía Activa,
según establece la investigación periodistica, "abarca actividades como: aumentar las capacidades de
incidencia y vigilancia de organizaciones de la sociedad civil, con talleres,
foros, capacitaciones en estrategias de presión y vigilancia (lobby); “mejorar
la capacidad de incidencia en políticas públicas relacionadas con el
fortalecimiento de la democracia”. En el marco de este
proyecto, dice la investigación, “en coordinación con Fundamedios, se realizan talleres, mesas redondas
con periodistas, reporteros, articulistas y representantes de medios, a nivel
nacional y regional, sobre la libertad de expresión y de prensa. Esas
actividades deben culminar con la producción de reportajes y artículos
relacionados en los medios participantes”. Adam Namn reconoció en entrevista
para El Telégrafo, la cooperación norteamericana: “Fundamedios
es una ONG que recibe dinero estadounidense, pero no es un donatario directo
sino un subdonatario. Es una parte muy pequeña de nuestro programa, más o menos
dos millones de dólares de lo que llamamos gobernabilidad y democracia. Creo
que unos 300.000 dólares llegará a Fundamedios este año”.
El Presidente ecuatoriano ha
calificado este tipo de cooperación como una “descarada intervención”. El
administrador adjunto para América Latina de la USAID, Mark Feierstein “admitió
así que la Casa Blanca mantiene una estrecha relación y entrega fondos a
sectores antigubernamentales radicados en Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y
Nicaragua”. Sin embargo, en el contexto de la investigación negó que estén
financiando los mencionados objetivos: “Tenemos muy buenas relaciones con varios ministerios en Ecuador. Creo que, a nivel de los
programas, nuestro futuro va a ser muy positivo”. Adam Namn replicó al respecto que
“Las declaraciones del señor Mark Feierstein fueron mal citadas por un
periódico cubano. Lo que estamos haciendo en Ecuador corresponde al programa
nacional del Buen Vivir y siempre hemos sido transparentes. Pero otra vez, el
gobierno de Ecuador tiene el derecho de suspender los programas de USAID”.
Tío Sam, Tío Cam o Tío Caimán,
como quiera que se llame a los EE.UU. y sus políticas internacionales, otros
vientos soplan en América Latina muy distintos de aquellos, como dice la canción
de Quilapayún, cuando Puso el caimán su
bandera y la mía me la quitó yo le dije: tío caimán, eso no lo aguanto yo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario