Por Leonardo Parrini
Todo indica que las relaciones
diplomáticas entre Ecuador y el Perú entraron en un proceso de "deterioro
gradual”, según afirma diario El Comercio de Quito, luego de que el Presidente
Correa señalara que “Si el embajador Rodrigo Riofrío no puede regresar a Lima,
con el dolor del alma, el embajador peruano, Javier León, no podrá regresar a
Quito". La advertencia del mandatario ecuatoriano se enmarca en el clima
creado por un incidente protagonizado por el Embajador de Ecuador en Lima,
Rodrigo Riofrío quien sostuvo el pasado 21 de abril un altercado con dos
mujeres en un supermercado limeño. La actitud del Embajador Riofrío fue
considerado una acto de agresión contra dos mujeres peruanas. La postura del Presidente
Correa surge luego de que un video muestra que el embajador habría actuado en
defensa propia, después de ser agredido inicialmente por las mujeres.
La Primera dama peruana, Nadine
Heredia, se apresuró en declarar que "Quiero expresar nuestro total
rechazo al abuso y violencia contra la mujer que se ha venido dando por parte
de esta persona (…) Me solidarizo con todas las mujeres víctimas de
abusos". La declaración de la funcionaria peruana suena desproporcionada,
frente a un incidente que tiene algunos puntos álgidos: El Embajador Rodrigo
Riofrío es un hombre que en sus actos públicos y privados, no actúa a título
personal, sino en representación de todo un país, por tanto sus actos se
convierten en temas de Estado. Riofrío puede ser relegado de su
representatividad si como representante contradice la política del
representado. Si el Embajador es ratificado quiere decir, simplemente, que el
Gobierno ecuatoriano se siente bien representado por el diplomático.
La actual diplomacia
latinoamericana se basa en una relación más directa, coloquial, que
protocolaria, es decir, que no sólo se sustenta en detalles formales, sino en
una condición de fondo: el sentimiento de amistad, la coincidencia de intereses
y la comunidad de propósitos. Cuando alguno de estos factores de unidad y
confraternidad entre dos países flaquea, los motivos restantes cumplen con
sostener las relaciones armónicas.
Tratándose de dos países
fronterizos las relaciones bilaterales deben estar influidas por la buena
vecindad, condición que debe conducir al buen entendimiento por obvias razones
comerciales. Un elemento clave en este impasse diplomático es que se trata de
Ecuador y Perú, dos países con una larga trayectoria de conflictividad, disenso
de intereses, profundas heridas que se suponen cicatrizadas y un imperativo
histórico que llama a superar resentimientos provocados por invasiones
territoriales y guerras fronterizas.
A la luz de estos elementos el
incidente del diplomático Riofrío fue el menos indicado en el sitio más
inadecuado y en el momento menos oportuno, un lugar público donde había cámaras
que registraron el altercado del Embajador con las mujeres peruanas.
Idealmente, el representante del Gobierno ecuatoriano en Lima debió guardarse
“las iras” y responder diplomáticamente frente al hecho, como está obligado a
hacerlo por su condición de Embajador de todo un país.
Confraternidad condicionada
Si el Gobierno y la diplomacia
peruana enfatizan en argumentos que no conducen a las disculpas mutuas o a la
superación del incidente, quiere decir que apela a aspectos formales de la
relación bilateral, y no a las
motivaciones de fondo existentes entre dos pueblos hermanos que deben sostener
su fraternal amistad por sobre todas las cosas. En otras palabras, significa que
las relaciones ecuatoriana peruanas se sustentan en la diplomacia del papel, en
lo que obliga la norma y no, necesariamente, en lo que dicta la comunidad de
sentimientos fraternales entre ambas naciones. En este contexto, Ecuador y Perú
han llamado a sus Embajadores para efectuar consultas sobre el tema. De acuerdo
con los protocolos del derecho internacional, un país llama a su Embajador
cuando necesita información sobre alguna situación o cuando existe malestar en
ese país. Riofrío es considerado persona ya no grata en el Perú. Reiterarlo
como Embajador es interpretado como un gesto anti diplomático, puesto que un
Embajador debe ser bienvenido en un país, que ya no es el caso del diplomático
ecuatoriano.
Habrá que aprender la lección: la
diplomacia no es asunto de apariencias, sino un tema de esencias. Como en toda
relación humana, la diplomacia no es un juego de abalorios, sino un asunto de
reciprocidad real que conduzca a consolidar una relación de hermandad entre los
pueblos. Si es que aquello no ocurre, algo huele mal en la relación ecuatoriana
peruana, acaso los restos de viejos rencores aun no superados. En Lima se
anuncia “que las relaciones (con Ecuador) se congelarán”, lo que confirma la
fragilidad de dicha relación.
La política y, más aun la política
internacional, no puede estar sujeta a la diplomacia del pantallazo o del
micrófono. Los asuntos diplomáticos ameritan ser vistos a la luz de los
intereses nacionales y la continuidad de los proyectos de Estado. La política
exterior de un Estado debe prevalecer por sobre la presencia de los hombres y
mujeres que la representan, puesto que los seres humanos somos transitorios. En
este caso, los diplomáticos deben ser funcionales a los planes del Estado, caso
contrario se convierten en trabas de las políticas públicas y, en última
instancia, actúan en detrimento de las estrategias nacionales.
Me parece que este no fue un altercado normal y silvestre si se tiene en cuenta las excelentes relaciones Ecuador -Peru, que de por si tenian a ciertos estamentos del continente muy recelosos, aqui hay una clara mano que ejecuto un operativo de inteligencia para provocar todo este lamentable incidente,y que los Peruanos muy presurosos se adelantaron ha exacerbar de una manera insolita, sin pensar las consecuancias, incluida la honorable esposa del Presedente de Peru el Sr Humala, es decir la operacion contaba con la reaccion de la prensa y politicos Perunaos , los conocen bien, son predecibles para ellos y asi ejecutaron su operacion, quien o quienes tienen o tenian interes en romper las execelentes relaciones Ecuador-Peru, saque usted sus propias conclusiones es es facil de adivinar , en esta oportunidad estoy con el Sr Presidente Correa hay que apollar a nuestro Embajador.
ResponderEliminarEn todas partes del mundo los diplomaticos son muy bien considerados y resguardados, si este incidente hubiera ocurrido en otra latitud del mundo las dos mujeres en cuestion ya estuvieran detenidas y siendo interrogadas, el interes diplomatico en todas partes del mundo esta por sobre cualquier cosa, obviamente menos en Peru en donde la inmunidad diplomatitica vale en este particular caso nada, Los Perunaos nunca superaran las diferencias que tuvieron o tienen con Ecuador y este particular caso lo demuestra claramente, los militares de Ecuador tienen razon cuando dicen que con ellos hay que dormir con un ojo bierto y el otro cerrado
ResponderEliminarEstimado/a, humildemente me parece que usted tiene un poco confundidos los conceptos de consideración e inmunidad diplomática. La inmunidad diplomática no le da derecho a agredir, aunque no haya empezado el pléito, a ciudadanos comunes del país anfitrión, y peor al nivel de plaza. Más aún si se trata de mujeres.
EliminarPerú nos acaba de dar una bofetada y lección diplomática (al tenor de la reputación de Torre Tagle) al forzar la salida del embajador en Lima llamando a su propio embajador en Quito. A la vez, dejaron balbuceando explicaciones a nuestros arrebatados presidente y canciller, y nos hizo quedar como monos recién bajados de los árboles. Un ejemplo más de porqué nadie nos toma en serio internacionalmente.
Saludos.
En cualquier parte del mundo se rechaza la agresion a las mujeres,que lamentable que su presidente no entienda de civilizacion,en cuanto a ustedes,no pasan de inadvertidos.
ResponderEliminarque alucinantes los que dicen que esto está planeado o que los peruanos no superamos diferencias, soy peruano y aqui en el Perú a una mujer no la puedes golpear ni tocar porque te vas preso, o te cae una denuncia, y lo que se ve en el video es que el sr. Diplomatico no puede manejar una situacion de conflicto con unas señoras en un supermercado y encima responde a las señoras como si esa fuese la forma de manejar una situación. me da lastima Correa cuando dice que el respondió a una agresion, si pues respondió pero a unas señoras fisicamente mas debiles. Parece que Correa es igual de Salvaje, ya lo vi en una entrevista a una periodista española levantandole la voz y poniendose malcriado. Felizmente no todos los ecuatorianos son asi.
ResponderEliminarLuis Rojas.