jueves, 3 de octubre de 2013

UN PROYECTO REVOLUCIONARIO EN LA AMAZONÍA ECUATORIANA


Fotografía Leonardo Parrini
Por Leonardo Parrini

El deslizador de Petroamazonas se aproxima a Playas del Cuyabeno, en las riberas del rio Aguarico, y a una distancia de aproximadamente 100 metros del embarcadero, la “comunidad del milenio” aparece en medio del paisaje como una realidad que contrasta con el bucólico entorno del bosque húmedo. Un conjunto de 81 viviendas emerge en medio de la selva como el nuevo modelo social y cultural de convivencia propuesto por el Estado ecuatoriano para las comunidades amazónicas que habitan las áreas de intervención petrolera.

En una de las viviendas de dos plantas vive Juan con su mujer, Julia, y sus cuatro hijos. La familia de Juan es originaria de los ayllus waoranis que habitan la región del Yasuní. Juan, es un joven agricultor de 25 años, dedicado a la plantación de la yuca en una finca familiar en una comunidad ancestral que adolecía de todos los servicios básicos.

-Hoy nuestra vida es diferente – dice Juan- ahora trabajo como canoero para Petroamazonas y puedo mantener a mi familia, en esta casa ahora tenemos todo lo necesario para vivir.

Su mujer, lo observa mientras habla y luego manifiesta que ahora puede vivir tranquila, porque sus hijos tienen la seguridad de estar en un área protegida con todas las comodidades.

-Antes mis pequeños corrían peligro de caer al rio y se enfermaban muy seguido. Ahora van a la escuela y el médico les atiende gratis, dice Julia.

Mientras recorremos, cámara en mano, la comunidad del mileno donde habita la familia de Juan, no deja de sorprender el cambio de vida de los pueblos indígenas de esta región del Yasuní, como producto de los beneficios provenientes de la explotación petrolera que tiene lugar en sus territorios desde hace ya algunos años, hoy bajo la responsabilidad de la empresa estatal Petroamazonas.

Si bien el cambio es evidente, aún no está todo resuelto para los habitantes la comunidad del milenio que deben abastecerse de víveres en las ciudades de Lago Agrio o del Coca, pagando hasta 20 dólares entre transporte fluvial y terrestre hasta esos centros urbanos, mientras que los habitantes de la región llegan a pagar hasta 400 dólares por movilizarse. Sin embargo, el principal desafío de los comuneros de Playas del Cuyabeno es convertir su realidad cotidiana en una convivencia sustentable con proyectos laborales sostenibles, vigilando que la migración no estropee su atractivo plan de vida comunitario.

Revolución comunitaria en la Amazonía

Playas del Cuyabeno, inaugurada oficialmente por el Presidente Rafael Correa esta semana, es el proyecto comunitario insignia del Estado, empeñado en llevar la revolución ciudadana a las comunidades amazónicas, provocando un cambio radical en la calidad de vida de sus habitantes. La nueva política pública hidrocarburífera establece la redistribución de las rentas petroleras, otorgando el 12% de las utilidades a las comunidades que se encuentran en las áreas de intervención. Estos recursos son utilizados en la realización de obras y proyectos comunitarios de trabajo, vivienda, salud, comunicaciones y actividades culturales que pretenden la integración armónica de la Amazonía ecuatoriana al desarrollo del país.

El proyecto Playas del Cuyabeno de 18 hectáreas  a un costo de $ 20’275.468,69, realizado de común acuerdo con la comunidad, consta de 81 viviendas de 100 mt2, área de ampliacion de 96 mts.,dotadas de agua potable, luz, internet satelital y telefonía. En esta comunidad de origen Waorani, construida con utilidades de la explotacion del crudo del campo Pañacocha, viven 180 personas dedicadas a diversas actividades como agricultura, pesca, artesanía y transporte fluvial. En Playas del Cuyabemo existe una “escuela del milenio” con la última tecnología digital, dispensario médico que brinda atención materno infantil, medicina general y odontología, áreas deportivas con multicanchas, coliseo y parque infantil
20’275.468,69

El Estado se ha planteado el desafío de erradicar la pobreza de la Amazonía, bajo el precepto de que “miseria no es cultura ancestral, miseria es injusticia”, como ha señalado el Presidente Rafael Correa. En esa región el Gobierno ecuatoriano ha invertido 275 millones de dólares en obras de infraestructura como carreteras, escuelas, telecomunicaciones, dispensarios médicos, entre otros, y espera cumplir con una inversión de 600 millones de dólares, provenientes de rentas petroleras, hasta el año 2014. 

Las comunidades indígenas asentadas sobre territorios ricos en yacimientos petroleros, viven la cruda realidad de morirse literalmente de abandono sobre un pozo de riqueza. Desnutrición infantil, enfermedades y muertes por las deficientes condiciones sanitarias que les rodea, aislamiento cultural y físico; analfabetismo y falta de servicios básicos de agua, salud, comunicaciones y vivienda son parte de la inaceptable realidad que viven los pueblos amazónicos, no obstante que su territorio financia el progreso del resto del país con las rentas del petróleo.

Playas del Cuyabeno, forma parte de doce proyectos similares en marcha en la región amazónica. Su implementación es un hito histórico en un país que negó, durante medio siglo de explotación petrolera, condiciones elementales de vida a sus habitantes; y, por el contrario depredó y contaminó los territorios amazónicos en manos de las compañías petroleras transnacionales que se llevaban el 80% de las ganancias.

Esta es una realidad que el Estado se propone cambiar, superando “el atavismo de enfrentar progreso vs naturaleza”. El desafío impuesto por el Estado es que “la Amazonía sea la primera región del país en vencer la pobreza y los pueblos Waorani sean pioneros en vencer la miseria”. En esa perspectiva el Ecuador enfrenta la explotación petrolea del Yasuní ITT, cuya autorización confirmará o denegará la Asamblea Nacional en debate esta semana. La suerte para la Amazonía ecuatoriana está echada: integrarse al desarrollo del país, viviendo en la realidad una revolución que le permita superar, a corto plazo, una prehistoria de marginación, depredación y miseria.

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