Fotografía Leonardo Parrini
Por Leonardo Parrini
Por Leonardo Parrini
El deslizador de Petroamazonas
se aproxima a Playas del Cuyabeno, en las riberas del rio Aguarico, y a una
distancia de aproximadamente 100 metros del embarcadero, la “comunidad del
milenio” aparece en medio del paisaje como una realidad que contrasta con el bucólico
entorno del bosque húmedo. Un conjunto de 81 viviendas emerge en medio de la selva como
el nuevo modelo social y cultural de convivencia propuesto por el Estado ecuatoriano
para las comunidades amazónicas que habitan las áreas de intervención
petrolera.
En una de las viviendas de dos
plantas vive Juan con su mujer, Julia, y sus cuatro hijos. La familia de Juan es
originaria de los ayllus waoranis que habitan la región del Yasuní. Juan, es un
joven agricultor de 25 años, dedicado a la plantación de la yuca en una finca familiar
en una comunidad ancestral que adolecía de todos los servicios básicos.
-Hoy nuestra vida es diferente – dice Juan- ahora trabajo como canoero
para Petroamazonas y puedo mantener a mi familia, en esta casa ahora tenemos
todo lo necesario para vivir.
Su mujer, lo observa mientras habla
y luego manifiesta que ahora puede vivir tranquila, porque sus hijos tienen la
seguridad de estar en un área protegida con todas las comodidades.
-Antes mis pequeños corrían peligro de caer al rio y se enfermaban muy
seguido. Ahora van a la escuela y el médico les atiende gratis, dice Julia.
Mientras recorremos, cámara en
mano, la comunidad del mileno donde
habita la familia de Juan, no deja de sorprender el cambio de vida de los
pueblos indígenas de esta región del Yasuní, como producto de los beneficios
provenientes de la explotación petrolera que tiene lugar en sus territorios
desde hace ya algunos años, hoy bajo la responsabilidad de la empresa estatal Petroamazonas.
Si bien el cambio es evidente,
aún no está todo resuelto para los habitantes la comunidad del milenio que deben abastecerse de víveres en las ciudades
de Lago Agrio o del Coca, pagando hasta 20 dólares entre transporte fluvial y
terrestre hasta esos centros urbanos, mientras que los habitantes de la región
llegan a pagar hasta 400 dólares por movilizarse. Sin embargo, el principal desafío
de los comuneros de Playas del Cuyabeno es convertir su realidad cotidiana en
una convivencia sustentable con proyectos laborales sostenibles, vigilando que la
migración no estropee su atractivo plan de vida comunitario.
Playas del Cuyabeno, inaugurada
oficialmente por el Presidente Rafael Correa esta semana, es el proyecto
comunitario insignia del Estado, empeñado en llevar la revolución ciudadana a las comunidades
amazónicas, provocando un cambio radical en la calidad de vida de sus
habitantes. La nueva política pública hidrocarburífera establece la redistribución
de las rentas petroleras, otorgando el 12% de las utilidades a las
comunidades que se encuentran en las áreas de intervención. Estos recursos son utilizados
en la realización de obras y proyectos comunitarios de trabajo, vivienda, salud,
comunicaciones y actividades culturales que pretenden la integración armónica de
la Amazonía ecuatoriana al desarrollo del país.
El proyecto Playas del
Cuyabeno de 18 hectáreas a un costo de $ 20’275.468,69, realizado de común acuerdo con la comunidad, consta
de 81 viviendas de 100 mt2, área de ampliacion de 96 mts.,dotadas de agua potable, luz, internet satelital y
telefonía. En esta comunidad de origen Waorani, construida con utilidades de la explotacion del crudo del campo Pañacocha, viven 180 personas dedicadas a
diversas actividades como agricultura, pesca, artesanía y transporte fluvial. En
Playas del Cuyabemo existe una “escuela del milenio” con la última tecnología digital,
dispensario médico que brinda atención materno infantil, medicina general y
odontología, áreas deportivas con multicanchas, coliseo y parque infantil
20’275.468,69
20’275.468,69
El Estado se ha planteado el desafío de erradicar la pobreza de la Amazonía, bajo el precepto de que “miseria no es cultura ancestral, miseria es injusticia”, como ha señalado el Presidente Rafael Correa. En esa región el Gobierno ecuatoriano ha invertido 275 millones de dólares en obras de infraestructura como carreteras, escuelas, telecomunicaciones, dispensarios médicos, entre otros, y espera cumplir con una inversión de 600 millones de dólares, provenientes de rentas petroleras, hasta el año 2014.
Las
comunidades indígenas asentadas sobre territorios ricos en yacimientos
petroleros, viven la cruda realidad de morirse literalmente de abandono sobre
un pozo de riqueza. Desnutrición infantil, enfermedades y muertes por las deficientes
condiciones sanitarias que les rodea, aislamiento cultural y físico;
analfabetismo y falta de servicios básicos de agua, salud, comunicaciones y
vivienda son parte de la inaceptable realidad que viven los pueblos amazónicos,
no obstante que su territorio financia el progreso del resto del país con las
rentas del petróleo.
Playas del Cuyabeno, forma
parte de doce proyectos similares en marcha en la región amazónica. Su
implementación es un hito histórico en un país que negó, durante medio siglo de
explotación petrolera, condiciones elementales de vida a sus habitantes; y, por
el contrario depredó y contaminó los territorios amazónicos en manos de las compañías
petroleras transnacionales que se llevaban el 80% de las ganancias.
Esta es una realidad que el
Estado se propone cambiar, superando “el atavismo de enfrentar progreso vs
naturaleza”. El desafío impuesto por el Estado es que “la Amazonía sea la
primera región del país en vencer la pobreza y los pueblos Waorani sean pioneros
en vencer la miseria”. En esa perspectiva el Ecuador enfrenta la explotación petrolea
del Yasuní ITT, cuya autorización confirmará o denegará la Asamblea Nacional en
debate esta semana. La suerte para la Amazonía ecuatoriana está echada: integrarse
al desarrollo del país, viviendo en la realidad una revolución que le permita superar,
a corto plazo, una prehistoria de marginación, depredación y miseria.
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