Fuente El Telégrafo
Por Juan Paz y Miño C.
Por Juan Paz y Miño C.
Ecuador conmemora el aniversario 206 del
movimiento que el 10 de agosto de 1809 instaló en Quito una Junta Suprema de
gobierno, que proclamó la soberanía del pueblo y su representación, e inició
así el proceso de la independencia del país frente al coloniaje español. La
Revolución de Quito, cuyo ciclo histórico se ubica entre 1808 y 1812, fue parte
de los primeros movimientos emancipadores en Hispanoamérica, pues en 1809
también se produjeron los pioneros pronunciamientos en Chuquisaca y La Paz
(Bolivia), y en 1810 la revolución de México, así como las Juntas de Caracas,
Bogotá, Buenos Aires y Santiago de Chile.
Las Juntas fueron la primera expresión del
autonomismo criollo, aunque todavía camuflado bajo la proclama de fidelidad al
rey, que fue destronado y apresado por Napoleón a raíz de su invasión a España
en 1808. Sin embargo, en 1811 Venezuela fue pionera en proclamar su independencia.
La Revolución de Quito no solo movilizó a una élite que fraguó la toma del
poder, pues además tuvo apoyo de los barrios, que eligieron sus propios
diputados. La Junta convocó a todas las regiones del país a unirse al nuevo
gobierno; pero desde Cuenca y Guayaquil se alistaron fuerzas que engrosaron las
tropas enviadas desde Lima para someter a la revolución.
Tras la escandalosa matanza de próceres y
pobladores quiteños el 2 de agosto de 1810, en la ciudad se reunió un Congreso
que el 15 de febrero de 1812 expidió la primera Constitución, que creó el
Estado de Quito, autónomo y con clara estructura republicana, y que fue
defendido con las armas hasta la derrota del movimiento a fines de ese año. El
asesinato de los próceres quiteños, que privó a la ciudad de lo mejor de su
élite intelectual y política, así como la persecución a los defensores del
Estado de Quito, junto con la represión a sus pobladores y la férrea sujeción
que establecieron las autoridades realistas sobre la ciudad, explican la
imposibilidad que hubo para continuar las luchas por la libertad. De modo que
independizar a Quito fue uno de los objetivos más importantes para Simón
Bolívar, quien para entonces desarrollaba sucesivas batallas que lograron la
independencia definitiva de Venezuela y de Nueva Granada, con quienes
constituyó en 1819 la República de Colombia, a la que debía sumarse el país
quitense.
En esas condiciones, la independencia de Guayaquil, el 9 de octubre de 1820, resultó fundamental para el proyecto bolivariano, de modo que la llegada de Antonio José de Sucre a esta ciudad no solo dio garantia necesaria a la revolución, sino que abrió el camino para integrar una fuerza con tropas provenientes de distintas regiones latinoamericanas, que el 24 de mayo de 1822 derrotaron a las fuerzas españolas logrando la independencia total de la antigua Audiencia de Quito. Las razones históricas expuestas han determinado que el 10 de agosto de 1809 se consagre como Día Nacional del Ecuador, pues, tal como ha ocurrido en otros países latinoamericanos, el inicio de la gesta independentista ha sido la que ha marcado la identidad cívica de las repúblicas.
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